Apenas 149 días como entrenador del CD Tenerife le han bastado a Aritz López Garai para encariñarse de tal manera con el club, su afición y la Isla que compareció en su despedida entre lágrimas y muy acompañado. "Ante todo y sobre todo, quiero dar gracias a todos. Empezando por mi representante (Mario Parri), que fue la persona junto a Víctor Moreno que hizo posible venir a este gran club. También a los futbolistas, que para mí siempre serán mis futbolistas, quienes nunca han dudado y siempre han creído en mí; al cuerpo técnico que me ha acompañado en este viaje corto pero bonito y a todos los que forman parte de esta entidad desde cuerpo médico, gabinete de prensa y personal del club", dijo.

El entrenador blanquiazul se sintió respaldado por gente que "desde el primer día puso ilusión y esperanza para que esto saliera bien". Entre sus agradecimientos se detuvo en la figura del director deportivo para describir a su grupo de trabajo como "personas preparadas y entregadas" al CD Tenerife.

En cuanto a su estancia en el banquillo insular, aseguró haberse "vaciado desde el primer día" que llegó, "descuidando" a su familia, a los que pidió "perdón" por no haber podido disfrutar de ellos. "No me arrepiento, pero solo deseo que la decisión espero que sea para lo mejor del club, de corazón", agregó López Garai. En este punto, se sinceró al decir que detrás del profesional serio "hay una persona con un corazón que tiene que decir adiós a un sitio donde se ha sentido muy feliz".

No obstante, mostró su lado más positivo al vaticinar que saldrá adelante: "Me volveré a ver en los banquillos, disfrutando de este deporte que tanto amo y volveré a sonreír".

En ningún momento entró en polémicas el profesional de Baracaldo, aun reconociendo que las últimas horas habían sido "complicadas" porque no es un "extraterrestre". A su juicio, no era el momento ni el lugar. "Yo ahora no estoy para echar en cara a nadie la decisión, solo para dar las gracias", afirmó descartando a Víctor Moreno al que no se lo podría reprochar. "No es una persona que me pueda decepcionar, tomando o no la decisión, me ha dejado trabajar y hemos compartido muchos momentos", explicó.

Para López Garai, ha sido "un orgullo" entrenar al Tenerife y, aunque ha sido "poco tiempo", advierte que le ha "marcado". Sobre todo por la afición, de la que no ha recibido casi críticas: "Me han demostrado muchísimo cariño y no tengo manera de devolvérselo. Hemos sido muy felices aquí y me guardo un recuerdo enorme de la Isla. Espero que este amor sea eterno porque creo que algún día volveré, estoy convencido y nuestros caminos se volverán a unir".

En cuanto a la plantilla, pidió "paciencia" porque "en una dinámica positiva será excelente. Necesita crecer desde la tranquilidad y no tener esa presión. Necesitan que los ayuden, lo están pasando muy mal. Con tres resultados buenos se verá su nivel".