"Siento que estoy en deuda. No me imaginaba recibir tanto cariño en tan poco tiempo. Con las pocas alegrías que les hemos dado... me demuestran que esta Isla merece que le pasen cosas buenas". Las palabras de Aritz López Garai representan, en su despedida, la caballerosidad con la que se manejado el entrenador que fue despedido el pasado domingo por el CD Tenerife.

Entre lágrimas y acompañado en la sala de prensa por sus ayudantes (Raymond Henric-Coll y Cristian Bustos), todo el área deportiva del club con Víctor Moreno a la cabeza, el consejero Francisco Mares, el delegado Víctor Padrón y hasta el gabinete de comunicación, el entrenador vasco solo tuvo palabras de agradecimientos para todos y un deseo, el de volver a defender el escudo blanquiazul. "Estoy seguro de que volveré", vaticinó.

En ningún momento quiso entrar en polémicas. "No sé quién ha tomado la decisión. Solo espero y deseo de corazón que el tiempo les dé la razón porque lo han hecho pensando en el bien del club. No estoy aquí para reprochar nada a nadie, sino para dar las gracias", finalizó López Garai.