Un viaje previo tormentoso y una consiguiente horrible puesta en escena (13-2) supusieron el germen de la primera derrota a domicilio este curso del Iberostar Tenerife. Casi siempre con una marcha menos que su oponente, los isleños fueron siempre a remolque, lastrados por su inferioridad en el rebote y, además, por su enésimo pésimo día en el triple (6/29). Lejos de opositar por la victoria, los laguneros fueron cediendo cada vez más hasta verse 20 abajo (69-49) en lo que se presumía una dolorosa derrota. Sin embargo, un redoble de esfuerzos en defensa y la aparición de Shermadini, metieron de lleno en el choque a los de Vidorreta (75-73) hasta el punto de tener bola para ponerse por delante a 45 segundos del final. La precipitación, que se cogió de la mano con la mala puntería en el triple, imposibilitaron el milagro.

Quizá porque el tortuoso desplazamiento del viernes le había pasado factura, o simplemente porque su rival entró al partido mucho más concentrado, el Iberostar ofreció una obertura pésima. Los cinco primeros ataques de los locales fueron un ejercicio ofensivo extremadamente sencillo (Zisis rompiendo a Huertas) para disparar a la Penya hasta el 10-0 primero y un 13-2 después. Cachetón sin manos que despertó a los laguneros gracias al acierto exterior de Salin, que si bien sufría en defensa para seguir a Prepelic, sí estuvo atinado desde el 6,75 (13-8, 5'). Aún así, la reacción fue testimonial ya que los laguneros volvieron a encadenar varios errores ofensivos (casi cuatro minutos sin meter un punto) y pese a unas mejores prestaciones defensivas, no pudieron evitar que su rival, a cuentagotas, siguiera aumentando su cuenta (19-10). El 4/18 en tiros de campo (con especial atención al 2/10 en triples) lo decía prácticamente todo de un equipo extremadamente ralentizado -por momentos al borde del colapso- en el cinco contra cinco.

Incidió el Canarias en sus errores primigenios durante los primeros compases del siguiente acto (23-10) aunque ahí la segunda unidad salió al rescate. Guerra se hizo lo grande que no lo había sido Shermadini, Lundberg tiró de piernas y Yusta ofreció una de sus rachas imparables. Casi sin quererlo, y con un 2-11, el cuadro lagunero se había metido en el choque (25-21, 15'). Pero la reacción volvió a ser efímera. La actividad de Buford acabó arrollando a Lundberg y Yusta (30-22) a la vez que solo había noticias de Shermadini por sus faltas en ataque, y Huertas seguía peleado con el mundo. Combinación perfecta para que el Iberostar tocara fondo (37-22) poco antes de un descanso al que los aurinegros mantuvieron la tendencia de los diez primeros minutos. Inferiores en el rebote (23 a 13), se estaban desangrando precisamente ahí, en la pintura, donde los verdinegros habían logrado 22 puntos, amén de ocho tantos de segunda opción. Por si no tuvieran suficiente atrás, los de Vidorreta reeditaban otro de sus particulares días para olvidar desde el perímetro (3/15) y encima se enredaban con el balón, como hizo Huertas en la última jugada del periodo.

Otra andanada del Joventut a la vuelta de vestuarios puso el +15 (43-28), aunque el Iberostar pareció dar con la tecla. Detrás con una zona 2-3 que por momentos confundió a los locales, y delante encontrando, por fin, a Shermadini. Incluso pese a algunos errores para apretar aún más el electrónico, los laguneros se situaron a siete en tres ocasiones (43-36, 45-38 y 48-41). Pero, como en situaciones previas, al cuadro canarista le faltó ese algo con lo que equilibrar su pésimo arranque y, sobre todo, su continua guerra con el tiro de tres (3/19), a lo que unieron, en ese momento, una serie casi interminable de malas finalizaciones cerca de canasta (Lundberg, Yusta, López y Atkins). De nuevo los isleños se vieron demasiado lejos de su rival (58-44) y con el añadido de otro final de cuarto para olvidar: falta en ataque en un bloqueo de Atkins y triple de Dimitrijevic desde nueve metros (63-46).

Casi a la desesperada, insistió Vidorreta en la zona 2-3, pero entre los desajustes de la misma y algunos errores en ataque que permitieron correr a los locales, la desventaja isleña llegó a la veintena (69-49, 33'). Ya con prácticamente todo perdido el Iberostar soltó lastre (69-57 tras triple de Salin), aunque su discontinuidad ofensiva y el acierto de los de Carles Duran desde el perímetro volvió a estirar la renta local (75-62, 36'). Con Shermadini en velocidad crucero, una enorme implicación defensiva a toda cancha, y pese a otro ramillete de errores (Iffe desde el triple y Díez bajo el aro) los laguneros fueron arañando punto a punto la desventaja hasta el punto de que una continuación de Gio y un triple de Lundberg hicieron creer, ciegamente, en otra remontada imposible de los aurinegros: 75-73, a 1:19".

Pero al Canarias le faltó definir. Omic erró dos libres antes de que Salin se precipitara desde el perímetro y Huertas fuera castigado con una dudosa personal. Aún así, el 0+0 de Ventura dio cabida a una esperanza que se desvaneció cuando a Lundberg se le escapó el rebote de entre sus manos y Harangody pusiera la puntilla (1+1) con nueve segundos por jugarse.