Visita a Badalona sin lapso para el más mínimo respiro. Tras su agónica -y casi milagrosa- victoria del miércoles contra el Gaziantep, el Iberostar Tenerife cambia el chip para intentar continuar su buena racha, esta vez en la Liga Endesa. Los de Txus Vidorreta viajaron ayer a tierras catalanas para medirse esta tarde al Joventut, en un duelo que -como suele ser habitual en estas semanas- apenas han podido preparar los isleños (solo han tenido dos entrenamientos) pero que a la postre podría tener valor doble, toda vez que la Penya debería ser un supuesto rival directo por la zona media-alta de la tabla.

Al margen de haber salido airoso en nueve de sus 10 encuentros más recientes, el combinado canarista tratará, en el Olimpic de Badalona, de prolongar su condición de invicto a domicilio este curso. Empresa que no se antoja sencilla toda vez que el Joventut parece haber encontrado la estabilidad que le faltó en el arranque de la campaña, hasta el punto de solventar positivamente sus últimos cuatro duelos en la ACB, el más reciente hace seis días en la pista del Casademont Zaragoza.

Contra el conjunto maño los verdinegros se fueron hasta los 92 puntos, ejemplo de la prolijidad ofensiva que han conseguido en esta racha victoriosa, en la que los de Carles Duran han promediado 87,5 tantos anotados, dato en contraposición a los aurinegros, que en el mismo periodo solo han encajado 73,5 por duelo. Números, los de los canaristas, que son los que están en la cabeza de Vidorreta desde verano. "El rendimiento defensivo colectivo es muy bueno", reconocía ayer el responsable del banquillo del Iberostar. Eso sí, el preparador bilbaíno se mostraba preocupado, más que por las prestaciones defensivas de los suyos, por "atacar bien para que la Penya no pueda hacer daño luego con su juego en llegada".

En esa correcta ofensiva de la que habla Vidorreta destacan dos preocupaciones a mejorar por encima del resto. Por un lado el tiro de tres, faceta global que sigue siendo el caballo de batalla de los canaristas tras casi dos meses de curso: 97/312 en 13 duelos para un 31,09% de efectividad. Guarismos que el propio técnico ve "fuera de lugar para un baloncesto como el actual". Por otro, uno más concreto: la aportación ofensiva de los cuatros, ya que ni Suárez, ni Atkins ni Gielo logran producir con regularidad.

El pálpito final que dio la victoria del miércoles

Todavía se mantienen vigentes los ecos por la apurada victoria aurinegra del miércoles en Champions contra el Gaziantep. Un triunfo que fue posible por un parcial final de 9-0 culminado por un triple de Salin... pese a que esa no fue la jugada marcada inicialmente por el técnico canarista. En el tiempo muerto previo, Vidorreta dibujó en su pizarra un saque lateral en el que el balón debía "llegar enseguida a Salin" para luego buscar un "mano a mano", a ser posible por medio de Huertas o Shermadini. Pero entre lo esbozado y lo que finalmente ocurrió hubo un mundo. La razón se escondía en lo que sucedió justo al terminar el citado tiempo muerto, cuando Txus se metió en la cancha y se reunió en un corro con sus cinco jugadores. "No me gustó lo que habíamos decidido; íbamos a palmar haciendo eso", reconocía ayer el técnico sobre la mencionada variación. "No había quedado la explicación clara por lo que decidí recoger a los jugadores y recuperamos una jugada que llevábamos un par de partidos sin hacer y que teníamos un poco oculta. Y salió bien", explica el bilbaíno, que pese a tener en la cancha a fiables tiradores de libres (Salin, Huertas y Shermadini), "no veía claro el sacar ventajas ni que fueran a pitar esa posible falta". "Fue un tema de intuición ya que Salin acababa de meter otro triple; había que aprovechar el momento", añadió sobre "una jugada que acabó saliendo perfecta".