La irresistible seducción ante la llamada de un grande o la dificultad de encontrar un hueco en la rotación en medio de un roster plagado de estrellas. No son esporádicos los casos de jugadores que sucumben a los encantos de un equipo top para luego, después de un año casi en blanco, verse obligados a dar un paso hacia atrás para volver a ganar protagonismo a la vez que se curten baloncestísticamente. El último y más claro ejemplo en la ACB es el de Klemen Prepelic, cedido por el Real Madrid este pasado verano tras un curso muy discreto como jugador merengue y que ahora, en el Joventut, ha rescatado sus verdaderas prestaciones, aquellas que llamaron la atención de Pablo Laso. Mañana al Iberostar Tenerife le toca sufrir este particular paso atrás para coger impulso.

Tras haberse labrado un nombre en el basket de su país y firmar dos buenos años en Francia, el alero esloveno despertó el interés del cuadro blanco, si bien su impronta en el ejercicio 18/19 fue prácticamente testimonial. Y es que de los 85 partidos que jugó el Real Madrid la pasada temporada (entre Supercopa, ACB, Copa y Euroliga), el exterior solo estuvo presente en 44 de ellos, y con una media de 10 minutos por choque. Frenazo en seco a su progresión. Lejos de persistir en su intentona, el de Maribor decidió ser menos exigente en sus pretensiones a cambio de recuperar protagonismo.

Así, Prepelic aceptó salir cedido en su segundo año de contrato en la casa blanca. Su destino, el Joventut, donde el exterior se ha convertido en una de las sensaciones de esta Liga Endesa 19/20. Los números lo dicen todo, empezando por su presencia en cancha, ya que el esloveno ha jugado, en ocho jornadas, apenas siete minutos menos (237) que todos los que estuvo en pista durante la ACB 18/19. Pero Klemen no solo no reduce su relevancia al tiempo que está en cancha (es el sexto jugador de toda la competición en minutos jugados), sino que su producción viene siendo excelsa. El pupilo de Carles Duran es, para empezar, el máximo anotador de la competición con 21,6 puntos de media, caudal ofensivo que se explica en buena medida a su asiduidad desde el 6,75 (es el tercero en triples anotados) y su regularidad en la línea del 4,60, ya que es el que más faltas recibe (6,5 por duelo), y el segundo que más tiros libres anota, además de hacerlo con un 89,7% de efectividad.

Su caso es la continuación de una solución intermedia que ha tenido otros episodios recientes en varios de los clubes más potentes de la competición española, que han visto en la cesión una solución intermedia para no perder al baloncestista en cuestión y, de paso, foguearlo de cara a empresas futuras mayores. Lo hizo por ejemplo el Barça con Marcus Eriksson, que salió al Manresa en el ejercicio 13/14, igual que ocurrió con Adam Hanga, al que el Baskonia mandó al Avellino italiano durante la campaña 14/15. Más significativo si cabe es el caso de Facundo Campazzo, a la sombra de Sergio Rodríguez y Sergio Llull en el Real Madrid 14/15 y que tras dos años puliéndose en el UCAM Murcia ha acabado consolidándose como uno de los mejores bases de Europa. Es, seguramente, el espejo en el que mira Prepelic. El mismo que el Iberostar tratará de esconder mañana para acercarse a su sexta victoria del curso.

Huertas también explotó con su cesión al Bilbao

En el verano de 2004 el Joventut fichaba al brasileño Marcelinho Huertas, que con 21 años ya había despuntado en el campeonato paulista. El base hizo tres cursos decentes en el cuadro verdinegro pero en el cuarto el sudamericano decidió probar una cesión dada la competitividad existente en su puesto con Demond Mallet y un emergente Ricky Rubio. La apuesta le salió de maravilla a Marce (a las órdenes de Vidorreta) hasta el punto de que en la escuadra vizcaína firmó los que, por ahora, son sus mejores números en toda su trayectoria en la ACB: 14,5 puntos y 4,05 asistencias en casi 27 minutos de media. Unas cifras que llevaron al de Sao Paulo a ser designado mejor base de la temporada y despertar luego el interés de la Fortitudo Bolonia italiana, donde acabaría recalando. El ahora canarista va camino este ejercicio de acercarse a dichos guarismos.

Dani Díez y Santi Yusta, los otros casos de préstamo canarista

También pueden hablar positivamente de la conveniencia de una sesión al menos otros dos canaristas, Santi Yusta y Dani Díez, a los que les costó asomar la cabeza en el Real Madrid. Díez salió en préstamo al Gipuzkoa en dos ocasiones, la segunda de ellas, en la campaña 14/15, cuando acabó convirtiéndose en uno de los mejores nacionales de toda la liga, sobresaliendo en especial en el apartado reboteador. Yusta, por su parte, también repite cesión (los blancos mantienen sus derechos) después de su doble experiencia pretérita en el Obradoiro. Ahora el Iberostar debe sacar tajada de las ansias de mejora del madrileño para volver a su casa más pronto que tarde.