Como si de una costumbre ya adquirida se tratara, el Iberostar Tenerife volvió a verse abocado ayer a un final de infarto delante de los suyos. Un epílogo de máximo suspense, esta vez contra el Burgos, que los isleños tenían pinta de esquivar a menos de medio acto para la conclusión (77-63). Pero los laguneros no terminaron de cerrar el choque y se metieron en un enorme problema que casi les cuesta el partido. Huertas, muy errático todo el choque, forzó una falta en ataque y anotó dos libres que acabaron sentenciando la que es la quinta victoria del curso.

Fue prometedor el arranque del Iberostar, con Shermadini haciéndose grande ante Huskic y con Díez anotando de tres desde la esquina tras una buena circulación (5-0). Pero no pudieron darle continuidad los locales a ese inicio, ya que delante se enredaron en malas selecciones y pérdidas, lo que permitió al Burgos correr varias veces; mientras que en el otro lado de la cancha, pese a los 2x1 contra McFadden (pitado por un sector de la grada cada vez que cogía el balón), los isleños estuvieron despistados en las segundas ayudas (7-11). Con los tinerfeños algo más equilibrados atrás, el choque se metió en un intercambio de triples (15-17) antes de una sucesión de errores que se prolongó hasta el final del primer acto.

Siguió el Iberostar a remolque un rato (20-24 con cinco puntos de Benite), pero entre la calidad de Gio en el poste bajo, la pausa dirigiendo de Lundberg (mejorando a una pobre puesta en escena de Huertas) y, sobre todo, la chispa de Santi Yusta para rebotear y ser vertical sin miedo alguno, el cuadro lagunero le dio la vuelta a la tortilla (30-26). Aportaciones individuales con refrendo global desde el perímetro, ya que fue con su acierto exterior (7/11) con lo que el club lagunero marcó las primeras diferencias considerables del choque (34-26 con un 3+1 de Salin). Una renta que llegó a superar la decena (39-26) culminando un parcial de 19-2 en el que mucho tuvo que ver, con 10 puntos casi seguidos, un Yusta en trance.

Un arreón que, sin embargo, no tuvo continuidad por parte aurinegra. Los isleños no tuvieron el mismo acierto de los minutos previos, a la vez que el Burgos sí mostró la paciencia necesaria para mover, y cuando no dio con McFadden desde fuera, acabó encontrando claras ventajas debajo del aro para un 0-7 con el que aplacó el huracán aurinegro (39-33).

Amagó el Canarias con un nuevo despegue a la vuelta del receso (42-33), pero el Burgos, con tres pequeños (Bassas, McFadden y Benite), se agarró al choque gracias a su efectividad desde el arco (47-44). Sin tanto acierto en el triple los aurinegros recurrieron a un recurso que casi nunca le falla, el de buscar a Shermadini. Bien labrándose sus propios tiros tras posteo, recibiendo cómodo tras una buena circulación, e incluso como palomero, el georgiano lideró otro pequeño estirón local (55-46, 26'). Ahora sí, los de Vidorreta parecieron ser capaces de estabilizar su renta, en parte por la buena conexión López-Guerra, pero en especial gracias a su implicación defensiva frente a un rival al que se le hizo de noche debajo del aro y que perdió todo el peligro previo (1/7) desde el 6,75 (62-50, 30').

En un continuo ida y vuelta de movimientos tácticos, Peñarroya apostó por jugar con cinco pequeños. Un planteamiento con el que Shermadini sacó de inicio ciertas ventajas en el poste (65-52), pero con el que también sufrió, y mucho, por la movilidad de Clark (16 puntos en el acto final), que trató de romper de frente al georgiano (68-59). De esta batalla individual sacó tajada el Canarias apoyado en el descaro de Yusta, la fiabilidad de López y un Huertas que por momentos recuperó su verdadera versión (77-63, 36'). Pero el Burgos no terminó de sacar la bandera de rendición y se agarró a sus pequeñas opciones corriendo y, de nuevo, con Clark -ya de 4- para darle suspense al choque (77-70, a 2:25").

Los visitantes decidieron presionar a toda pista, y aunque a los locales les costó salir de la tela de araña, rentabilizaron el peaje desde el tiro libre (81-72). En el intercambio de canastas, el Iberostar se dejó un balón en pasar el medio campo y un triple de Bassas puso el choque en un puño (83-80) con 44 segundos por jugar. Erró Lundberg, Gio no acertó en sendos palmeos y pese al triple fallado por Bassas, un rebote ofensivo derivó en una antideportiva de Huertas a 10"7. Benite acertó con los dos libres (83-82), pero Huertas arregló su ilógico borrón anterior sacándole, en la ayuda, falta en ataque a su compatriota, y anotando luego dos libres (85-82). McFadden tuvo la bola de prórroga, pero su triple no tocó ni aro, respirando de alivio todo el Santiago Martín.