El dominio en la pintura de Shermadini, los triples de Salin o la irrupción ofensiva de Yusta. Esas fueron las tres aristas individuales más destacadas del Iberostar Tenerife en su triunfo del sábado. Pero si hay un jugador para el que la victoria contra el Burgos fue gratificante ese es Álex López. El lagunero parecía no terminar de arrancar en este inicio liguero. Bien fuera por sus problemas en una fascia, por verse relegado ante la calidad de Huertas, y también por una especie de autopresión por querer hacer las cosas bien ante los suyos tras tantos años fuera de casa.

Lo cierto es que sus cuatro primeros partidos de ACB en el Santiago Martín se habían saldado con una pobre aportación (0,75 puntos, 1 rebote, 1,25 asistencias y 2 pérdidas para 0,5 de valoración de media) y con cierta sensación en la grada de inseguridad cada vez que el base isleño cogía el balón. Una percepción que Álex se sacudió por completo este fin de semana.

¿Con su actuación del sábado se quita un peso de encima?

Bueno... Sí por las últimas semanas, pero no porque haya sido en casa ni porque salieran bien las cosas. Estoy contento porque el equipo sigue ganando partidos y no me puedo sentir de otra manera. Sí es verdad que quería que las cosas me salieran un poco mejor a mí para poder ayudar más. Y ahora es verdad que estoy más contento, no lo voy a ocultar, pero tampoco es que en esta semana haya aprendido a jugar al baloncesto.

No sé hasta qué punto rozó la frustración, porque se le notaba enfadado en sus gestos, se marchaba el primero del pabellón tras los partidos...

A veces todo es complicado por ciertas circunstancias. Entrenas bien y, por lo que sea, te salen las cosas peor el día del partido, y eso para el jugador resulta difícil de llevar. Yo he tratado de llevarlo bien, trabajando siempre de la misma manera, y además ha sido muy importante esta semana la confianza de Txus, ya que me dijo tres cosas que debía mejorar y en las que él tenía razón. Eso también me ha ayudado a que las cosas hayan salido mejor.

¿Que este último partido haya sido contra su exequipo hizo más sencillo el motivarse para quitarse esa mochila de encima?

No juego pensando en si lo hago contra mi exequipo. En Manresa, por ejemplo, creo que jugué un muy buen partido, pero a la semana siguiente no. Tengo que encontrar esa regularidad necesaria y ese orden que me pide el entrenador, porque soy base y tengo que hacer las cosas de una determinada manera, y soy consciente de que no las he estado haciendo. Seguro que según nos vayamos conociendo algo más, las cosas seguirán saliendo mejor, ya sea contra mi exequipo, contra cualquier otro, en casa o fuera de ella.

¿Se puede decir que, por diversas causas, Álex López es el jugador de la plantilla que más presión tiene encima por rendir bien?

Yo no lo quiero ver así. Estoy muy contento de estar en Tenerife, algo que no sucedía desde que tenía 17 años. A lo mejor la gente tiene esa percepción, pero yo no pienso que deba demostrar nada; creo que llevo bastantes años jugando a un alto nivel. Por la razón que fuera hasta ahora las cosas no estaban saliendo de la mejor manera, pero no hubo ni presión, ni enfado ni frustración. Quiero salir, divertirme, hacerlo bien, sí, pero sobre todo ayudar al equipo para seguir ganando.

Balance de 5-3 en ACB y 4-0 en Champions. Con todo lo que ha rodeado al equipo, mucho más no se puede pedir...

La situación es buena. Y no solo por los resultados, ya que estamos entrenando bien, y aunque a veces los partidos se nos atascan un poco más de lo normal, en general hacemos las cosas bien y estamos ganando, que es lo que cuenta. Incluso hemos vencido más fuera de casa que en la Isla, por lo que creo que desde que pillemos la buena racha aquí, seguro que estaremos en predisposición de mirar hacia arriba.