De nuevo otro partido gris y a trompicones, pero de nuevo otra victoria. El Iberostar sacó adelante su cuarto compromiso del curso en la BCL, esta vez contra un aguerrido Nymburk, en un choque donde los de Vidorreta fueron a tirones, se las desearon para cerrar su rebote y además sufrieron el lastre del enésimo día calamitoso desde el 6,75 (2/18 hasta el último cuarto). Cuarto triunfo de otros tantos posibles gracias a la dirección de Huertas (nueve asistencias), los chispazos y aplomo interior de Shermadini y, sobre todo, el deseo de un excelso Konaté, el único que, por pundonor, equilibró las ansías de morder que mostraron los checos en cada jugada. Con su intensidad, el galo no solo fue el jugador más sólido de los aurinegros en defensa, sino que además aportó delante en un amplio abanico de situaciones.

Derrochó intensidad el partido desde los compases iniciales. En parte por las señas de identidad de los locales, y también en buena medida por la garra que imprimió en los aurinegros Konaté, titular por primera vez. El Canarias, como se podía prever, sufrió ya de entrada para cerrar su rebote (9-6), a lo que unió, en el otro aro, el poco acierto de Shermadini a la hora de postear. Pero entre la dirección de Huertas (seis puntos), la electricidad del citado Konaté, y después las manos de Lundberg en defensa el Iberostar fabricó un parcial de 0-11 que pareció allanar el camino a los isleños (9-17, 7').

Pero nada más lejos de la realidad, ya que tras un tiempo muerto el Nymburk se reorganizó y comenzó a ver aro con suma facilidad, bien en situaciones claras de tiro, tras rebote ofensivo (seis en el primer cuarto) y también aprovechando las numerosas pérdidas de los laguneros (en ocasiones sin balance defensivo), poco atinados en la circulación y muy atrabancados -en especial con un Shermadini colapsado por las ayudas- cuando metían el balón dentro. De esta forma los de Vidorreta se vieron con un parcial en contra de 17-4 y con la sensación de estar completamente fuera de partido (26-21, 13').

Como hicieran los locales, un parón forzado permitió que el Iberostar reordenar ideas y al menos ser capaz de frenar la sangría en medio de un juego a trompicones en los dos lados de la pista. Buenas defensas pero también demasiadas pérdidas. Aún así, y casi con los mismos protagonistas que en el primer arreón (Konaté y Lundberg), el Canarias firmó un 0-13 que le devolvió a la tranquilidad deseada (26-34). Aún así, los laguneros no fueron capaces de mantener la intensidad previa y entre su nefasto día en el tiro de tres (1/13 al descanso) y la concesión de varias canastas sencillas se fueron al descanso con solo un punto de renta (34-35).

Sí logró rescatar el Canarias su versión más equilibrada a la vuelta de vestuarios, primero con un arrollador Konaté detrás y delante (con triple incluido), y a continuación con la imparable conexión Huertas-Shermadini para que el georgiano hiciera seis puntos casi seguidos, culminando otro estirón de 3-11 (37-46). Insuficiente de nuevo porque los aurinegros incidieron en su desacierto desde el 6,75 (2/18) y pese a estar muy efectivos en líneas de pase, vieron como su rival mordía en cada rebote de ataque, arrebatándole, en multitud de ocasiones, el balón de las manos en rebotes que cualquier otro ya hubiera dado por perdidos (47-51).

La intensidad local se recrudeció en el inicio del acto final, con una presión a toda pista liderada por un Iván Almeida que acabó sacando de sus casillas a Huertas (55-56). Momento delicado del que salieron los isleños gracias a un triple de Salin y, especialmente, por la paciencia interior que mostró un Shermadini irregular hasta ese tramo, pero desequilibrante en esos instantes calientes (57-66). Cerrado su rebote, de nuevo intenso para generar varios robos que le permitieron correr, y reconciliado con el tiro exterior, el Iberostar puso encima de la mesa su enésimo parcial del choque, esta vez de 3-17 y ya definitivo a solo 2:35" del final: 58-73. Aún así, tuvo que sudar el cuadro lagunero para finiquitar el partido ante un rival que nunca bajó los brazos (67-75 y dos triples fallados a un minuto del final) para que su condición de invicto en esta BCL se mantenga casi con tanto mérito como sufrimiento.