Risueño, Pedro González López (Tegueste, 25/11/2002) llega al hall del hotel Golden Tulip Porto Vitória, en el moderno y comercial barrio de Enseada do Suá, en Vitoria (Brasil). Es el emplazamiento donde la FIFA ha concentrado a las selecciones que transitan por una de las tres sedes del Mundial Sub-17, a pocos metros del océano Atlántico, que, cuando baña la capital del estado de Espirito Santo, adquiere tonos verdemares que hacen la alegría de los adictos a Instagram.

¿Dónde estaba un año atrás?

Empecé la temporada en el Juvenil B de Las Palmas y, unos meses después, Suso Hernández me subió al Juvenil A.

Ahora es una de las estrellas del Mundial Sub-17. ¿Le hace una ilusión especial que sea en Brasil?

Sí, muchísima. De aquí han salido grandes futbolistas como Pelé y muchísimos más... y, claro, te da ese morbillo poder estar en un país tan representativo como es este.

¿Su estilo de juego tiene algo de brasileño?

Yo creo que de brasileño no tengo nada, pero bueno... (se ríe), si la gente dice eso aquí, pues vale, pero yo creo que es 100% español.

¿Y esos regates que se marca de dónde salen?

Lo que sí que creo es que todos los futbolistas canarios jugamos de la misma forma, todos tenemos ese mismo corte. Nos gustan los regatitos, las canchas... Somos, como se dice, jugadores de cancha.

¿Y qué me dice de lo que hizo en el debut contra Argentina? Eso es de crac, al alcance de muy pocos.

(Sonríe). Me lo han pasado mil veces después del partido...

¿Es una jugada marca de la casa?

¡No! ¡No! Es la primera vez que me sale.

¡No, hombre, no! Tendría que decir que ese es su estilo habitual.

¡Qué va! Eso no se prepara. Esos son lances que aparecen en medio de un partido y que se ejecutan casi sin pensar.

¿Cómo se define como futbolista?

Mira, esto prefiero que lo haga la gente que me ve jugar en los partidos. Particularmente me veo más como un interior con llegada que un extremo que se va de tres en carrera. A mí lo que me gusta de verdad es asociarme con el equipo.

¿Cómo analiza la ausencia de Ansu Fati?

Pensando estrictamente en los intereses de la selección es una lástima que no esté aquí en el Mundial con nosotros, porque podría aportar muchísimo, pero los que han venido aquí también son buenísimos. Vamos a trabajar muy duro para ganar el Mundial.

Ansu y usted son, sin duda, los dos abanderados de esta generación. Están llamados a hacer grandes cosas. ¿Llegó a coincidir con él?

En la selección todavía no hemos tenido la oportunidad de entrenar y de jugar juntos. Sin embargo, el día que firmé con el Barça, cuando me enseñaron las instalaciones y bajé al vestuario, me lo encontré por casualidad, porque él estaba ya saliendo y, claro, nos saludamos.

Hay una unanimidad en señalarlo como una de las atracciones del Mundial. ¿Cómo vive ser el centro de atención?

Ni me he enterado de lo que se dice. Yo me evado un poco de esta cuestión, de todo lo que aparece publicado en los medios de comunicación. Intento ir más a mi bola y centrarme en mis cosas. Lo que me importa es el juego colectivo.

En el Mundial, la Federación lleva un tutor, José Antonio Culebras, que fue futbolista profesional. ¿Es una forma de recordarles que aún tienen mucho camino a recorrer?

Exacto. Siempre nos intenta aconsejar y nos incentiva en el tema de estudios y en aspectos propios la vida. Por ejemplo, hay veces que algunos tienen peleas con la novia y después están mal... Este tipo de cosas.

¿Por qué está jugando con el 18?

Me tocó por sorteo, pero el número 8 me ha gustado muchísimo, por la admiración que le tengo a Iniesta. Estoy muy contento de llevarlo. En Las Palmas, por ejemplo, llevo el 28, que es el dorsal reservado al jugador que viene de la cantera. Esta temporada he llevado el 18 y el 28... Me encanta.

Su vida cambia en verano cuando le ficha el Barça.

Sí. Fue una sorpresa increíble. Es un gran orgullo, porque yo, como el resto de mi familia, siempre hemos sido del Barça y acabas viendo cómo el equipo en el que he querido jugar desde que era chiquito te acaba fichando. Estoy superfeliz de pertenecer al Barça.

¿Y ahora qué?

Tengo claro que tengo que ir paso a paso. Ahora mismo estoy absolutamente centrando en la selección porque queremos ganar el Mundial. Y sé que después volveré a Las Palmas, y allí tengo que seguir jugando, progresando y creciendo.

¿Dónde se ve la próxima temporada?

Buf... Pues la verdad es que no me veo en ningún lado. De momento estoy en aquí en el Mundial, y después vuelvo a Las Palmas, y lo que tenga que venir vendrá.

¿Cómo proyecta su futuro a dos o tres años vista?

Si te digo la verdad, yo solo sigo pensando en el día a día.

¿El Barça le ha dicho que es un fichaje para el primer equipo?

No. Me dijeron que siguiera jugando como lo estaba haciendo en Las Palmas, que siguiera creciendo y madurando, que las cosas ya vendrán naturalmente.

¿Sigue los partidos del Barça?

Lo hago como lo he hecho desde que era pequeño, porque siempre ha sido mi equipo.

¿Qué le llama la atención de la versión actual del Barcelona?

Me encantó el fichaje de De Jong. Es una gran incorporación. Es un jugador muy bueno y además es muy listo dentro del campo. Me fijo mucho en él. Hay otro jugador que también me llama mucho la atención, que es Arthur... Y, claro, por encima de todos está Leo Messi, a quien todos admiramos, por lo que hace y por lo que representa.

¿Cómo interpreta que Ansu ya forme parte del primer equipo?

Es un ejemplo claro que el Barça está apostando decididamente por la cantera. De hecho, es un club que lo ha hecho siempre. Es muy bueno, porque si te fichan, como ha sido mi caso, ves que tú también puedes subir. El club está dando oportunidades y, por tanto, tienes que estar centrado en tu trabajo.

¿Ha pensando que esta temporada puede haber un Barça-Las Palmas en la Copa?

La verdad es que sí. Estaría realmente muy bien, me gustaría mucho..., pero, bueno, primero tengo que pensar en la selección y en este Mundial.

Sus compañeros culés de la selección, José Martínez y Moriba Ilaix, ¿qué le cuentan?

Tengo una gran relación con ellos y nos hemos echado ya unas risas, pero no hemos hablado mucho de eso porque no me quiero descentrar.

Su padre asegura que usted no va a perder el norte.

Siempre me ha aconsejado y me repite que lo primero que hay que tener es cabeza y seguir siendo como realmente uno es. Si uno acaba perdiendo su forma de ser, luego ya no hay ninguna posibilidad de ser futbolista.

Su ídolo es Andrés Iniesta. ¿Es el futbolista que más le ha inspirado?

Sí, claramente, tanto por su forma de jugar, porque tiene un estilo que nos encanta a todos, pero también, y principalmente, por la forma de ser. Es un tío tranquilo, un tío sencillo con todo lo que ha ganado y representa para el fútbol. Y a mí esto me gusta mucho.

Usted, por tanto, no debe tener ningún tatuaje.

¡No, qué va! A mí eso no me gusta.

Y de peinados raros, por lo que se aprecia, de momento, tampoco

¡No, no! Todo normal.

¿Cuántos años tenía cuando Andrés marcó en Stamford Bridge?

Era pequeño, tenía solo ocho años. No tengo un recuerdo preciso de aquella noche, pero he visto muchísimas veces repetida la jugada. Fue un golazo. Cada vez que lo vuelvo a ver aún se me pone la piel de gallina. Del gol de la final del Mundial, me acuerdo de saltar todos y abrazarnos.

En su casa, cuando usted aún no había nacido, gustaba mucho un futbolista del Dream Team...

Sí. A mi padre le encantaba Michael Laudrup. De hecho, Iniesta decía que era su referente. Cuando era más pequeño, mi padre me ponía vídeos para que me fijara en cómo jugaba, para ver los pases que daba. Era brutal.

¿Siempre se vio futbolista?

Soy muy joven y siempre tuve claro que quería dedicarme a algo relacionado con el fútbol, que es lo que más me gusta en la vida. Era un sueño, pero no sabía si lo iba a lograr. Estoy muy contento de empezar a serlo.

Aun con 16 años ha debutado en Segunda con Las Palmas, lleva 3 goles y 3 asistencias en 10 partidos.

En esto creo que estoy teniendo un poco de suerte, porque puedes jugar bien, pero, al final, te tiene que acompañar la suerte para estar en el momento adecuado para empujarla o para tener la oportunidad de marcarla.

Su técnico, Mel, habla maravillas de usted. Dice que será un jugador importante en el fútbol español.

Hay una química especial con el míster. Desde el primer momento, me llevé muy bien con él. Le estoy eternamente agradecido porque no es fácil apostar por un niño de 16 años y él lo hizo.

Los números indican que no siente la presión. Está muy mentalizado.

Llevo muy bien la parte psicológica. Intento estar tranquilo, ir a mi rollo por así decirlo y seguir disfrutando, que es lo que a un niño le gusta.

¿Se ve como un niño?

Sí, sí, yo me sigo viendo como un niño (ríe).

Y, como tal, ¿debe hacer cosas de niños?

Sí, sí. Cuando tengo tiempo libre juego a la Play, a veces voy al parque con un balón con mis compañeros de la residencia de Las Palmas y allí jugamos.

¿Qué juega a la PlayStation?

Lo que más me gusta es el FIFA.

¿Estudia?

Sí. Ahora es más difícil compaginarlo con los entrenamientos del primer equipo, pero estoy haciendo un ciclo de inglés. Tengo claro que siempre hay que hacer algo más al margen del fútbol.

¿Cómo fue lo de dejar de vivir en casa?

Desde el primer momento me adapté muy bien. Quienes lo pasaron un poco peor fueron mi padre y mi madre, pero yo me sentí muy a gusto.

Por último, una duda: ¿por qué Pedri y no Pedrito?

Salió del equipo donde jugaba. Yo siempre era el más flaquito y el más chiquitito. Había otro compañero que se llamaba Pedro, que era más gordillo: él era Pedro y a mí me quedó lo de Pedri. Y así me llama todo el mundo, incluso en casa.