Algo poco común y, muy posiblemente, sin precedentes en la historia de un deporte semiprofesional como es la Superliga 2 de voleibol. Cristiana Ikwuowma, Na Ebi, Naike e Ikemba, más allá de ser jugadores el Arona Voley -femenino y masculino-, comparten el apellido Obi y corre la misma sangre por sus venas. Cuatro hermanos que, pese a nacer en lugares diferentes, se reencuentran en el Pabellón Jesús Domínguez El Grillo durante cada semana. El sentimiento y el deporte está unido, pero en el caso de los Obi alcanza su máxima expresión.

"Es curioso que seamos cuatro hermanos que practiquen el mismo deporte, en el mismo equipo y, sobre todo, que nos llevemos tan bien", comenta Ikwuowma.

Sus vidas han pendido siempre de cruces de caminos, de casualidades que hacen especial su historia. La familia de los Obi han sido nómadas por naturaleza y, en cada lugar por el que han pasado, han dejado una huella que permanecerá siempre en sus pequeños. Las mayores, Ikwuowma (9/12/1996) y Na Ebi (11/10/1998), nacieron en Las Américas (Arona). En Tenerife dieron sus primeros pasos antes de hacer un viaje que, sin esperarlo, tendría retorno y asentamiento prolongado.

Por su parte, dos años y medio más tarde de que naciera Na Ebi, vio luz en Holanda la pequeña Naike (5/4/2001). El siguiente destino de la familia ya numerosa fue Lamin (Gambia), pueblo en el que nació un 17/6/2002 Ikemba. Los cuatro pequeños y dos hermanas más que conforman los Obi partieron de Gambia para hacer escala en Nigeria, Ghana e Italia para acabar arribando a Tenerife en 2012. Aquí se reencontraron con su madre que, cuando se instalaron en territorio transalpino, se encontraba en Inglaterra.

Una vez asentados en el sur de la Isla, empezaron a crear sus primeros lazos de amistad y a fortalecer las habilidades de socialización, eso les llevó hacia la práctica deportiva. La más pequeña de las tres féminas, Naike, fue la primera en acudir a una cancha de voleibol después de una invitación en el colegio. "Al principio no me gustaba pero, después de pasar por otros deportes regresé", recuerda la opuesta.

El primer contacto de la novel hizo, colateralmente que Na Ebi e Ikwuowma se interesaran y acabaran recalando en el Arona Voley. "Jaime (Fernández, presidente del club), nos vio cuando acompañamos a nuestra hermana y nos dijo que si queríamos probar. Al principio no nos gustaba tampoco", relata Na Ebi. "No sabíamos nada y por eso no estábamos muy decididas, pero seguimos y aquí estamos", añade Ikwuowma.

Mientras, Ikemba se desempeñaba como portero del Nomads Soccer -equipo de fútbol base de la zona Sur-. Su comienzo en la red -es central- del Arona Paradise Park se fraguó merced a la insistencia de Gabriel Navarro, actual técnico del femenino. "Siempre me insistía y, un día, no me acuerdo por qué, fui a El Fraile a probar. Era bastante malo y no acudía con regularidad, pero me acabé enganchando", puntualiza.

"El deporte nos ha servido para integrarnos en la sociedad", subraya la mayor de los cuatro. "Siempre teníamos que dejar a nuestros amigos y cambiar de ambiente", recalca Na Ebi. Mientras, la joven Naike revela que eran "muy tímidos" pero, con el paso del tiempo en Tenerife, han logrado "abrirse" y ser más sociables.

Las dos mayores debutaron en Superliga 1 -Liga Iberdrola- en la temporada 2018/19 de la mano de Romina Lamas. Ambas aseguran ser "afortunadas" porque les haya "llegado la oportunidad siendo tan jóvenes", sin embargo, intentarán repetir la experiencia en la élite, cota que quieren alcanzar sus menores.

Entre los objetivos que se plantean en su carrera deportiva está muy presente el salir fuera, tal y como hizo Na Ebi al fichar el curso pasado por el Mairena, aunque ello suponga separarse. "No es lo mismo si no estamos los cuatro juntos", concluye Naike.