Marieke Vervoort, cuatro veces medallista paralímpica en atletismo, recibió el pasado martes la eutanasia en su Bélgica natal. Era la opción que ella mismo valoró y había firmado en el año 2008 por los dolores provocados por la enfermedad muscular degenerativa que sufría. La atleta era asidua de Lanzarote, donde se preparaba para las competiciones de gran calado que afrontaba. Estaba enamorada de la isla conejera, tanto que ahí quedarán depositadas sus cenizas.

"Fue todo muy sereno, falleció pacíficamente en un círculo íntimo", aseguró Wim Distelmans, médico de la deportista, en declaraciones recogidas por el diario Het Nieuwsblad, donde indicó que "un gran número de personas" acudió a despedirse de ella en su casa en la localidad de Diest.

"En mi funeral habrá champán y vino de Lanzarote, de Los Bermejos. Será una jornada festiva porque ya estaré liberada y dejaré de padecer. Me encantaría que fuese en esta tierra. Es mi pequeño paraíso, donde medito y puedo soñar", reconoció la belga en una entrevista concedida a este medio en agosto de 2016, cuando preparaba en tierras conejeras su participación en los Juegos de Río.

Allí recordó que tenía firmados los papeles para recibir la eutanasia desde 2008. "Mucha gente piensa que quiero la muerte, pero vivo en dolor y necesito todo el día a una persona que me ayude. Quiero vivir cada pequeño momento. No quiero la eutanasia tras Río, vivo día por día, y cuando sea el momento será", recalcó entonces la belga.

"Me planteo la eutanasia con naturalidad. La muerte forma parte de nosotros. Pero me gusta soñar, me gusta la vida. Tras 2008, estaba tan mal que planteé suicidarme", afirmó a este medio. "La eutanasia debería estar aprobada en España, eso reduciría el número de suicidios", aseguró.

Pese a su enfermedad, Vervoort era una luchadora. En Lanzarote se la veía entrenar para los Juegos Paralímpicos, donde realmente mostró lo gran deportista que era: "Jamás me he rendido, soy una luchadora pero paso unas noches terribles. Solo duermo unas horas por el dolor".

En Brasil, Vervoort sumó dos nuevas medallas a su palmarés tras ganar la plata en los 400 metros y el bronce en los 100 metros de las clases T51-52. Estas dos preseas se unieron al oro del hectómetro y a la plata de los 200 de cuatro años antes en Londres, mientras que en 2015 se proclamó campeona del mundo en 100, 200 y 400.

"No olvidaremos las excelentes actuaciones deportivas de Marieke Vervoort, así como su coraje frente a su enfermedad. Su personalidad también contribuyó en gran medida a la gran popularidad de los Juegos Paralímpicos en Bélgica después de Londres 2012", expresó Anne d'Ieteren, presidenta del Comité Paralímpico Belga en un comunicado tras conocer la noticia.

El mundo del deporte llora la pérdida de Marieke Vervoort, una enamorada de la isla de Lanzarote que plantó cara a su larga enfermedad degenerativa.

Sus cenizas, en Los Hervideros

La atleta tenía su funeral planificado al detalle. Tras su incineración, sus cenizas serán depositadas en Los Hervideros, en Lanzarote, en noviembre. En la imagen arriba, el pequeño rincón instalado en el hotel Sands Beach, donde se solía hospedar en tierras lanzaroteñas, para recoger las condolencias por la belga; en la foto de la izquierda, Vervoort con una de las medallas conseguidas en los Juegos Paralímpicos de Río.