Desplegar las capacidades, navegar en pos de la inclusión de las personas con diversidad funcional y conseguir que la sociedad surque en un mismo sentido. Un año más, el Proyecto Vela Adaptada, impulsado por la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias, junto a la empresa Canarias Cultura en Red, la Federación Canaria de Vela, la Asociación Adepsi y el Real Club Náutico de Tenerife (RCNT) contaron con diferentes asociaciones de la Isla para impulsar un programa que vivió ayer su segundo día grande.

Lo han vuelto hacer posible; han utilizado la práctica deportiva de vela como una vía integradora e inclusiva para 55 personas con diversidad funcional que disfrutaron ayer de la especialidad náutica. En esta edición, la organización volvió apostar por encuadrar esta actividad dentro del programa de la XVI Regata Infantas de España que conmemora, en su edición de este año, el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo.

El evento contó con un total de siete asociaciones de la Isla. Usuarios y monitores de Apanate, Aspronte, Probosco, Hermano Pedro, Fundación Sonsoles Soriano, Acamán -Hermanas Hospitalarias- y Hogar San José convivieron durante toda la jornada. Sin que el grado y tipología de diversidad funcional afectase, todos ellos tuvieron una oportunidad de integración que, en casos concretos, ya torna en inclusión social con proyectos como el impulsado por el Gobierno de Canarias, Deporte sin barreras.

Después de una recepción a primera hora de la mañana en las instalaciones santacruceras del RCNT, se llevó a cabo la presentación, asignación de grupos y reparto de camisetas con voluntarios de la Fundación La Caixa. En la apertura ya se vislumbraba una bonita de jornada de convivencia, aprendizaje y, sobre todo, de la vivencia de un deporte acuático como la vela a través de un bautismo. Los participantes, después de una charla en la que recibieron instrucciones básicas de navegación y seguridad, compartieron un desayuno en el que ya mascullaban con la actividad marítima.

El menú, fiel a los hábitos de vida saludable que contempla un evento de esta magnitud, estaba condimentado con la ilusión para lo que muchos era su estreno en una embarcación de vela. Los usuarios que ya habían disfrutado de esta actividad en el pasado año, o aquellos que ya se habían subido antes en un navío, le trasladaban a sus compañeros lo que se encontrarían una vez se subieran a cubierta. Algunos ya no podían esperar, sabían que estaban ante la inminente rotura de barreras, aquellas que nunca debieron de existir para las personas con diversidad funcional en riesgo o en exclusión social.

De lo abstracto, a lo tangible. Después de las conjeturas acerca de cómo esperaban que fuera la experiencia de subir a una embarcación, y una vez preparados para el embarque, los grupos hechos previamente se fueron acomodando en las embarcaciones. Las sonrisas de unos, el nerviosismo de otros y la satisfacción del conjunto arribó velas. Dos horas de diversión y actividad física les esperaba desde proa a popa.

Un total de cuatro embarcaciones colectivas tipo Ludic y Rabioso -dos ejemplares de cada modelo- partieron antes del mediodía del muelle del RCNT. En ellas, los primeros grupos de deportistas con monitores y técnicos. Las principales naos de vela iban custodiadas por sendas zodiacs que actuaban de apoyo, seguridad y lanzadera para el resto de participantes. Los grupos, hechos previamente, fueron turnándose. Desde la zona de amarres nauta partieron hacia la zona de la Escuela Náutica y Valleseco; siempre dentro del muelle para garantizar la seguridad de los participantes.

El entusiasmo quedó patente en cada uno de los usuarios, tanto cuando embarcaban en los Ludic y Rabiosos, como cuando veían hacerlo a sus compañeros. En la zona del Cidemat, y con las condiciones meteorológicas propicias para la práctica de vela, recibieron consignas acerca de esta disciplina a modo de un bautismo. En él, se les dieron instrucciones, e incluso, aprendieron a hacer nudos marineros.

Al atracar y pisar tierra firme, los regatistas mostraron sonrisas y carcajadas que se vieron complementados a continuación con la entrega de medallas y diplomas para todos sin excepción. Al fin y al cabo, junto a sus progenitores y educadores, son campeones de la vida, aquella en la que rompen con barreras y obstáculos que la sociedad tiene que ayudarles a derribar.

Desde los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000 la vela adaptada dejó de ser un deporte de exhibición a uno competitivo que entró dentro del programa de la cita intercontinental. En la cita australiana los deportistas compitieron en 2.4mR (individual) y Sonar (con 3 tripulantes). Después de ser asidua cada cuatro años e incluir la clase Skud 18 en Londres 2012, la vela adaptada dejó de pertenecer a las Paralimpiadas. Desde entonces, la World Sailing (Federación Internacional de Vela), en su intento por que el Comité Paralímpico vuelva a incluir a los regatistas en su programa, ha sustituido las clases Sonar y Skud 18 por otras nuevas, las modalidades RS Venture y Hansa 303. Estas últimas, junto a la clase 2.4mR pretenden recuperar su consideración y entrar en las Paralimpiadas de 2024, ya que para la cita de Tokio la vela y el fútbol son deportes que se han quedado fuera de la lista -entran bádminton y taekwondo-.

Bautista: "Queremos la inclusión en este deporte"

Después de diferentes cursos llevados a cabo por toda la geografía del Archipiélago durante este curso, la Federación Canaria de Vela que preside Francisco Bautista volvió integrar a personas con diversidad funcional en el bautismo de ayer. "No lo teníamos hasta el año pasado. La retroalimentación ha sido muy buena; ya hemos cooperado con 30 asociaciones diferentes en Canarias y todas ellas nos han expresado su satisfacción y deseo para que se extienda en el tiempo. Estamos intentando ir a más, queremos lograr la inclusión en nuestro deporte", explica a EL DÍA el dirigente.

Félix Galera, un comodoro implicado con la causa

El comodoro del RCNT, Félix Galera, actuó como anfitrión en el evento, tal y como hizo el pasado fin de semana con una jornada dedicada a los pequeños valientes que luchan contra el cáncer infantil. Para Galera, la cita del pasado sábado como la celebrada ayer, supone una "terapia" para personas que con la vela "salen de sus rutinas", asegura. Acostumbrado a promover la vela adaptada en la escuela nauta, habló de la "satisfacción y orgullo" que supone para la entidad capitalina albergar una cita inclusiva. Además, apostilló que en el Náutico ya tiene entre su elenco de regatistas a Gerardo Armas, un joven de familia apasionada a la navegación. "Nuestra intención con él, y con más personas con diversidad funcional que tenemos en nuestro club, es incluirlo en barcos Optimist y Vela Ligera. En él se ve esa pasión que le ha transmitido su familia y nos inspira a poder seguir en esta línea", reconoce.

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