Ramón Miérez reconoció que se pasó "un poquito" en la acción que le costó su expulsión en el entrenamiento del martes, en El Mundialito. Asimismo, contó que en la sesión posterior, desarrollada ayer en el Heliodoro Rodríguez López, aclaró el "malentendido" que tuvo con otro blanquiazul.

"Fue un malentendido, un cruce con un compañero, pero nada que pasara de otro límite", explicó el delantero en Onda Cero. El jugador cedido por el Alavés apuntó que son "situaciones" que "pasan constantemente" en su país natal, Argentina. "Allá se juega mucho más al roce y yo siempre voy a todos los balones, tratando de ir a cien, y me pasé un poquito, pero no fue a mayores, está todo bien", afirmó.

Miérez confesó que todo ocurrió en un "día complicado", y dio a entender que se empleó con excesiva dureza en un rondo a causa de la frustración que vive por no estar pudiendo "aportar goles" en el equipo. "Es algo que ya pasó; son roces que suceden siempre en el fútbol, pero fue un día complicado", manifestó echando de menos "darle alegrías a la gente en el estadio, marcar goles...".

A raíz de ese "roce", López Garai le ordenó que saliera del campo y dejara de entrenar. El jugador obedeció, se cambió de ropa y siguió el resto de la sesión desde su coche, donde charló con su compatriota Nahuel Leiva y con el capitán Suso Santana. "Con Nahuel tengo una buena relación, y Suso también me ha tratado muy bien. Los dos vinieron a hablar y me aconsejaron".