Luis Jesús Pérez Maqueda (Utrera, 4 de enero de 1995) vive uno de sus mejores momentos en el Tenerife. Titular indiscutible y con un protagonismo considerable en el juego de López Garai, sus dos asistencias ante el Racing de Santander parecen haber encendido las luces de alarma en el tinerfeñismo. Acaba contrato el próximo 30 de junio, pero el club ya piensa en su renovación.

Imagino que aún se está recuperando el grupo del 3-3.

Sí, al final te empatan un partido y te quedas con sabor a derrota porque pierdes dos puntos. Creíamos que se ganaba porque habíamos hecho méritos suficientes. Pero es que nos metemos los goles nosotros mismos, permitiendo que el rival se meta en el partido. Aún así, nuestra actuación fue muy completa, salvo por esos errores.

¿Y por qué tantos errores?

Es una mezcla de todo. Tenemos que mirarnos individualmente y hacer valoración de lo que podemos hacer mejor cada uno. El equipo compitió bien, pero cometemos errores que penalizan a todos. Da la casualidad de que cada vez que fallamos nos cuesta un gol.

¿Miran la clasificación? Porque verse en descenso no será agradable.

Sí que la miras, pero también es verdad que queda muchísimo, noventa puntos, y no sirve de mucho. Solo para saber que queremos estar más arriba, pero no para alarmarse. Si ganamos en Miranda se verá todo de otra forma.

¿Pesará más el nivel de juego o los resultados de cara al futuro?

Es verdad que pesan más los errores de momento y eso es lo que hay que pulir. Pero creo que todos estamos contentos con este juego y todo el vestuario está con el míster y con esta idea de fútbol.

O sea que el debate está más en la calle que dentro del equipo.

Casi todo el mundo tiene redes sociales. Yo suelo meterme y leer, aunque ahora me afecte menos que antes. Veo que se ha creado un poco el debate del míster. Comprendo el cabreo del aficionado, que lo que quiere es vernos ganar. Pero que quede claro que a nosotros también nos duele cada derrota y cada fallo.

¿En qué nos equivocamos los de fuera? ¿Qué nos falta por ver?

Se crea un runrún en la grada cuando jugamos en casa que no nos beneficia. Aunque sea normal en el fútbol, nos afecta. Estás en el campo, juegas hacia atrás y suena algún silbido... y no sabes si jugar hacia delante o hacia atrás para evitarlo. Tenemos que tener mucha confianza o experiencia para que te dé un poco más igual. Pero es que es difícil estar al cien por cien pendiente de lo que pasa en el campo porque uno te dice una cosa, el compañero te dice que está solo, el otro te silba desde atrás... y nos cuesta. Tenemos que ir todos unidos y en la misma dirección.

¿Qué se siente cuando llevan cinco partidos sin ganar en casa?

Mi sensación es que hemos estado más cerca de ganar que de perderlos. Me gusta ver los partidos repetidos y veo las ocasiones que hemos tenido para ganarlos, también que nos penalizan hasta los fallos pequeñitos. La afición puede decir que es el mismo discurso y tienen razón. Pero que sepan que sentimos y padecemos.

Está dolido con las críticas.

He tenido momentos más dolorosos. El año pasado se llegó a alegrar alguna gente de que estuviera lesionado para que no jugara. Eso te duele. Siempre he contado con la confianza de los entrenadores y, jugando mejor o peor, lo he dado todo. Hay gente que se refugia en twitter, se pone una foto del campo y no sabes ni quién es. Eso te da coraje porque ¡son aficionados tuyos! En vez de ayudarte para que te salgan las cosas mejor, te están dando. Creo que sería mejor que te lanzaran un mensaje positivo, pero no siempre pasa. Y cuando llegan más los negativos tienes ese runrún en la cabeza. No puede ser que un jugador no esté en lo que tiene que estar o que acabe peleado con media grada. Es mejor sumar. El año pasado sucedió un poco eso, conmigo y con todo el equipo.

¿Pero ven mejor ahora al equipo?

Creo que las sensaciones son buenas y que jugamos bien. El sistema de juego va acorde a los jugadores que tenemos. Llegará el momento en el que puliremos esos errores y se verá la diferencia con el año pasado. Entonces íbamos en el avión y pensábamos madre mía la que nos va a caer.

¿Final en Miranda de Ebro?

Creo que si ganamos se verá todo de otra forma. Yo no diría final, pero sí es un partido importante.

¿Atraviesa su mejor momento?

El año que llegué hice buena campaña. La experiencia también ayuda. Es mi cuarto año en Segunda y el tercero aquí. Intento ir corrigiendo errores, aprender cosas. En el Barça y en el Madrid es donde están los mejores. Y ellos también cometen fallos. Si yo no los cometiera, no estaría aquí. Fíjate que en twitter me dicen que este verano me he cuidado especialmente y que por eso he empezado tan bien. ¡Y he hecho lo mismo que los años anteriores!

Viene de dos asistencias y ovación del público.

Salí con buenas sensaciones, pero muy jodido por el empate. Pero sí estoy contento con mi actuación y los pases de gol porque es verdad que lo intento hacer todo a la misma velocidad y me equivoco. Llego 200.000 veces y centro tres balones buenos. Pero creo que estoy mejorando.

Acaba usted contrato.

Víctor (Moreno) está hablando con mi representante. No sé lo que pasará. Tengo la cabeza aquí, en cumplir este año de contrato y lo que tenga que pasar, pasará. Ya el año pasado me atizaron bastante con el tema del AEK. Es verdad que estaba ahí el equipo, pero no se había dicho nada. La gente me empezó a decir "que se vaya, que es malísimo y no vale ni para un Segunda B". Y esas cosas no ayudan. Me quedé como dije. Si me iba, solo era porque ganábamos el Tenerife y yo.

¿Pero le gustaría quedarse?

A día de hoy se está hablando de la renovación y tengo la cabeza en Tenerife. Cualquiera quiere jugar en Primera, pero ojalá que pueda en este club. No he querido hablar en detalle con mi agente, más allá de saber que está dialogando con Víctor. Tengo mucho cariño al club porque apostó por mí y lo hizo en una situación complicada en Elche. Lo tengo en cuenta y me gustaría quedarme, pero también te digo que si viene algo mejor habría que ver.