Ante la adversidad, labor de equipo. Con la ya consabida ausencia de Singler, pese a un flojo encuentro de Marcelinho Huertas (5 puntos y 5 pérdidas), y tras un arranque muy poco esperanzador (11-2), el Iberostar Tenerife sacó lo mejor de sí para conquistar en el Nou Congost. Liderado por un onmipresente Shermadini y, sobre todo, apoyado en la inconmensurable labor de su segunda unidad, el cuadro lagunero fue de menos a más para acabar arrasando al BAXI Manresa. El georgiano aguantó a los suyos cuando peor lo pasaban y luego, ya con las rotaciones, el equipo de Txus Vidorreta tomó el impulso suficiente para terminar de revertir la delicada situación inicial (31-39 al descanso) y sacar del campo a su oponente (49-75, 35'). Lo hizo liderado por un Santi Yusta en estado de gracia, detrás y, sobre todo, en la parcela ofensiva, donde protagonizó 21 de los 51 puntos que convirtieron los no titulares del bando canarista. Paso al frente individual para capitanear una mejora colectiva con la que hacer frente -¡y de qué manera!- al infortunio.

Pocos podían prever una victoria aurinegra tan plácida a tenor del nefasto arranque. El Iberostar enlazaba una pérdida tras otra y, detrás, era indolente en el rebote y extremadamente lento para llegar a los tiros exteriores (3/3) de su rival (11-2). Después de solo tres minutos y medio de partido, Vidorreta se vio obligado a pedir tiempo muerto. No hubo reordenación táctica, solo un toque de atención a los suyos. Advertirles de que caminando como hasta ese momento saldrían apalizados del Nou Congost. Dicho y hecho. El giro fue radical puesto que junto a la aportación de Shermadini (nueve puntos en el 17-14) y la entrada en escena de los reservas, el Canarias se metió de lleno en partido (20-19).

Con un quinteto formado por López, Lundberg, Yusta, Atkins y Guerra, Vidorreta condenó el tiro exterior por una mayor garra y más piernas. Y la apuesta le salió que ni pintada al técnico vasco. El balance defensivo ya funcionaba, mientras que delante Yusta - que también tuvo mucho que ver en que el enrachado Tomàs dejara de producir- tomó el mando de las operaciones, tirando de su buena mano y, como no, de sus excelsas virtudes para penetrar. Con el madrileño en el puesto de alero (12 puntos al descanso), el Iberostar construyó un parcial de 4-15 con el que tomaba la delantera en el electrónico (24-31). Un estirón al que le dieron continuidad Shermadini y Guerra bajo el aro (28-39, 19').

A la vuelta de vestuarios Yusta mantuvo su momento imperial con siete puntos seguidos (33-46), pero entre que Huertas no terminaba de encontrar su punto y que Kravish aprovechó algunas bondades defensivas de Shermadini, el Manresa se agarró al choque mediado el tercer cuarto (41-49). Pero también en plan reivindicativo, la entrada en cancha de Álex López resultó diferencial. El base lagunero dirigió con inteligencia y, sobre todo, con determinación de cara al aro para monopolizar un 0-8 (43-59) que seguidamente tuvo el respaldo de un Díez muy activo atrás y un Guerra grande bajo su aro y muy activo cerca del contrario. Con un 2-14 los aurinegros dieron carpetazo al choque (43-63, 30') y comenzaron a gustarse.

Sin bajar una encomiable intensidad en su lado de la cancha, el Iberostar aumentó su renta hasta los 26 (49-75, 35') gracias de nuevo a un Álex López ya lanzado y a un Shermadini muy superior dentro de la zona. Esfuerzo más que suficiente para entender una pequeña relajación final de los aurinegros con la que el Manresa maquilló su derrota. Un intercambio de canastas en el epílogo que en nada desmerece un señor encuentro de los de Vidorreta, firmes y solventes ante la enésima adversidad del curso, y ya con balance positivo (3-2) antes de otra prueba de fuego, la que supondrá recibir al Baskonia el próximo domingo.