Ni la insularidad, ni el practicar un deporte minoritario han podido con los tinerfeños Eduardo Acosta, Gustavo Vidal, Lucía Pérez e Ingrid Ruiz. El cuarteto, junto al técnico Javier Pinto, le dieron a la selección española dos subcampeonatos de frontenis olímpico que, a la postre, le sirvió a la rojigualda para llevarse el título del Campeonato del Mundo de Frontón de 30 metros celebrado la semana pasada en las instalaciones del Real Club Náutico de Tenerife (RCNT).

Un Mundial que, pese a ser de categoría inferior (sub'22), batió registros de audiencia -154.000 espectadores frente a unos 130.000 que siguieron el absoluto-. La cita en cancha nauta fue un éxito, también lo fue la competición de los locales.

Las pelotaris del RCNT, Lucía Pérez e Ingrid Ruiz, que formaron equipo junto a las peninsulares Lidia Simón y María Rodríguez, se hicieron, ante México, con el subcampeonato de frontenis olímpico femenino.

"Fue un privilegio disputar un Mundial en casa; nos dio un plus de motivación que fuera en Tenerife. Este era mi primer Mundial y no pudo ser mejor. Es cierto que nos quedamos con la miel en los labios al no haber conseguido el oro, pero le doy un 9,5", reconoce Lucía Pérez a EL DÍA.

Por su parte, su compañera Ingrid Ruiz, que disputaba su segundo Mundial sub'22, coincide y, además, añade que "fue una semana increíble. La plata sabe a poco, pero me siento orgullosa de poder decir que somos subcampeonas".

Ambas coinciden en el sueño de poder disputar la Copa del Mundo de Frontón 30 metros con la selección española absoluta. Ingrid asume que "es muy difícil ir, pero nada es imposible; hay que dejarlo todo para conseguirlo". Su colega revela que su mayor sueño es que el frontenis se convierta en deporte olímpico y, una vez ahí, "disputar unos Juegos con España", afirma.

Mientras, los pelotaris del Círculo de Amistad XII, Eduardo Acosta y Gustavo Vidal, junto a los foráneos Carlos Domínguez y Germán Escobar, se hicieron con la plata de frontenis olímpico masculino.

"Esta participación la hubiéramos firmado antes de empezar. Estoy muy contento con esta medalla, creo que ha sido un Mundial de 9,5", comenta un Gustavo Vidal que afrontó su segunda cita planetaria.

Ante la valoración de su compañero, Eduardo Acosta -debutó en un campeonato de esta naturaleza- difiere y le atribuye "un 10" al campeonato cuajado. "No se puede mejorar. Sobre todo, la sensación que teníamos como un grupo que bien lo podríamos describir como una familia. Nos faltó suerte para ganar la final", dice.

Los dos pelotaris del Círculo coinciden en el "gran apoyo" que les brindó la grada. "Tenemos que agradecer al público la manera en la que se volcó con el evento y, en particular, con nosotros", puntualiza Vidal.

Por último, el cuarteto coincide en la necesidad de que la Isla cuente con canchas públicas que hagan más accesible este deporte.