El deporte entendido exclusivamente para ganar no tiene cabida en el contexto en el que se desenvuelve actualmente Julia Yanes -Santa Cruz de Tenerife, 1999-. La joven de 19 años -hará 20 en diciembre- juega a tenis en la Great Lakes Intercollegiate Athletic Conference -Gliac- de la conocida NCAA -National Collegiate Athletic Association-, gracias a lo que se sufraga buena parte del coste de sus estudios de matemáticas -actualmente cursa tercero- en Estados Unidos.

"Yo siempre jugué a tenis porque me encanta, aunque no fuese de las mejores", explica a El Día la canterana del Círculo de la Amistad XII de Enero. "Nunca gané un torneo en Tenerife. Lo malo es que éramos muy pocas y estar jugando con las mismas desde benjamín hasta sénior se convierte en un poco aburrido. Al final, te desmotivas", comenta la deportista.

Tras una conversación con su entrenadora, Yenny Falcón, se decidió a "probar" con el sueño americano. "Lo puedes intentar por tu cuenta, contactando con entrenadores, pero si no contratas una empresa que te lo gestione no te van a hacer mucho caso". La intermediación funcionó.

"Obviamente, lo que me trajo aquí fue el tenis, pero también tenía otras muchas otras aspiraciones. Me encanta viajar y tenía muchas ganas de salir fuera. Era como la combinación perfecta -tenis, estudios, viajar, e idiomas-".

Rumbo a Virginia

Con 17 años, Julia inició su periplo universitario. Se plantó en la West Virginia Wesleyan College, de pequeñas dimensiones, en el estado de Virginia Occidental. "La entrada a Estados Unidos es un cambio cultural bastante grande, la verdad. No pensé que fuera tanto". Con todo, nunca pensó en tomar el camino de vuelta a la Isla. "Al final, conectas. Obviamente, hay días y días, pero he estado bien, a pesar del choque. Te tienes que adaptar a que no hay una vida social en la calle, como hay en España".

Estudiar, un lujo

"Estudiar aquí cuesta mucho dinero porque por lo general las universidades son privadas", como la primera en la que se matriculó. "Costaba más de 40.000 dólares al año. Yo no tenía beca completa, pero al final acabas pagando lo mismo que si estudias en Madrid. Y te compensa", afirma. Lo importante es la beca deportiva, muy superior a la que puede concederse por cuestiones académicas. Empero, todo va entrelazado. "Hay ciertos requisitos en cuanto a notas. No puedes bajarlas porque te quitan la condición de ser elegido para competir -y por lo tanto, la beca más importante-. Tienes que estar muy a todo", apunta.

Cuatro años de NCAA

Julia afronta su tercer curso enrolada en la NCAA, de los cuatro que se permiten. En sus dos primeros años compitió en la Mec -Mountain East Conference-, mientras que en este 2019/2020 lo está haciendo en la citada Gliac, dado su cambio a la Purdue University Northwest -estado de Indiana-, una universidad más grande y pública -más económica, en torno a 26.000 euros anuales-. "Yo juego en la segunda división. Está muy bien porque hay distintos niveles y siempre vas a jugar con un jugador del tuyo. En la primera división son buenísimas", mientras que "en la tercera no hay becas, por lo que suele haber más jugadores americanos". En cuanto al cambio de conferencia, "lo he notado mucho", dice en cuanto a la competitividad. Empero, se prima más el hacer deporte que simplemente ganar. La muestra fehaciente de ello es que la beca deportiva no tiene relación exclusiva con los resultados obtenidos.

Sentido de equipo

Hacer piña es casi una cuestión natural en el deporte universitario norteamericano. "Aquí, comes con tu equipo, cenas con tu equipo, viajas con tu equipo? Somos como una familia porque pasamos mucho tiempo juntos. En Tenerife no hay ese ambiente", apunta sobre el sentido de pertenencia a un conjunto. Y es que en la disputa de la temporada oficial, correspondiente a estos meses, "solo tenemos los lunes como día libre de tenis".

El descuido de la nutrición

Si bien lo normal es que el deporte vaya de la mano de una nutrición saludable, en Estados Unidos no parece haber tal simbiosis. Resulta curioso que se potencie tanto la práctica deportiva académica, mientras que las tasas de obesidad y sobrepeso superen el 35% de la población en nueve de los 50 estados de la república norteamericana -en España es del 25%-. "En la universidad, prácticamente todo el mundo hace deporte. Se enfocan mucho en la práctica deportiva, pero no tocan tanto la nutrición. Los internacionales -extranjeros- nos cuidamos bastante más".

'No' al profesionalismo

Cuestionada por la posibilidad de intentar trazar una carrera profesional en el tenis, una vez culminada su carrera, Yanes lo tiene claro. "No, nunca lo he pensado. Ni es mi objetivo, ni creo que pudiera. Lo que pretendo es seguir disfrutando del deporte y sacar mis estudios". El deporte de la raqueta ha servido de vehículo para abrirle puertas. La capitalina anima a otros como ella a intentarlo. "Nunca fui muy buena y aún así he conseguido una beca en Estados Unidos. Es algo que no se suele ver mucho. No hace falta ser un top porque aquí hay muchos niveles de tenis, así como de otros muchos deportes".

Jugadora de la semana

Recientemente, Julia Yanes fue proclamada mejor jugadora de la semana en la Gliac. La conferencia lo decidió en función de sus resultados y puntos decisivos conseguidos. La tenista insular aportó para su equipo los réditos por haber ganado sus dos enfrentamientos individuales, así como triunfar en los dos compromisos dobles.