El Tenerife no se reconoce a sí mismo. Ayer sufrió la tercera derrota consecutiva en casa, algo que no sucedía desde la temporada 13/14, y lo hizo repitiendo el guión de tardes anteriores: descontrol en muchos tramos y errores aislados que lo condenan. Sí, el equipo de Aritz López Garai tiene mucho el balón. Pero ni concreta en ocasiones ese caudal ni convierte las que crea. Si encima ese desacierto coincide con la desgracia de un penalti en contra cuando mejor estaba, el resultado final no puede ser otro que la derrota.

De repetir once a una revolución en cuatro días. Aritz López Garai realizó cuatro cambios, unos esperados (Mazan y Milla) y otros no tanto (Nahuel y José Naranjo). Por primera vez en la temporada fueron suplentes Alberto y Borja Lasso. En cambio, los veteranos Carlos Ruiz y Aitor Sanz formaron como titulares en los tres partidos de la semana. Lógica no pareció la dosificación de minutos.

No pudo empezar peor la cosa para el equipo blanquiazul. Como si de una pesadilla se tratara, el 0-1 subió pronto al marcador. Fue en una segunda jugada, con dos acciones en las que los locales pagaron la falta de contundencia, para que Zarfino acabara introduciendo el balón en la meta de Ortolá (8'). Aún así, pudo empatar Naranjo de cabeza tras un buen centro de Luis Pérez (11'). La derecha fue siempre la vía preferente para el conjunto que dirige López Garai porque Mazan nunca le dio la profundidad de su compañero.

Pero el encuentro lo tenía mejor controlado el Extremadura, con una presión alta que causó más de un quebradero de cabeza a su rival. Eso y las segundas jugadas, los rechaces, dominados siempre por los de negro. Rocha ya complicó la vida a Ortolá, que despejó con problemas al larguero (13') en un susto mayúsculo para la hinchada del Heliodoro. Willy cabeceó a continuación un córner cerca del poste izquierdo de la meta local (14').

López Garai buscaba, con la disposición en rombo de su centro del campo, romper la presión del conjunto de Almendralejo. Casi nunca lo consiguió. Entre el desastroso criterio de Nahuel y las imprecisiones de Bermejo facilitó en no pocas ocasiones las labores defensivas a su rival. Solo en acciones de juego más directo, saltándose pasos, encontró alguna posibilidad de hacer daño. En una de ellas, a balón parado, empató. Fue en un córner sacado por Milla que remató Álex Muñoz en el segundo palo (20'). Contó con la colaboración de Casto, desafortunado en la acción, y del VAR que ratificó que el balón había entrado tras la revisión.

El empate dio empuje, pero no fútbol al Tenerife. Sin ocasiones se llegó al descanso, en el que López Garai intervino para ajustar sobre todo la posición de su mediapunta. Con Nahuel y Bermejo intercambiados y Milla soltándose para recibir un escalón por delante de Aitor, la producción ofensiva mejoró. Bermejo disparó alto casi en la primera jugada (46') y Malbasic lo intentó desde fuera (53'). Pero la fragilidad defensiva de los insulares volvió a quedar de manifiesto cuando Pinchi, en un contragolpe, puso en bandeja el 1-2 a Zarfino. Perdonó, sin embargo, el mediocentro visitante bien incomodado por Álex Muñoz (59').

Entonces sorprendió López Garai con los cambios. Primero retirando a Milla y luego a Malbasic, mientras se quedaban otros futbolistas sobre el césped que pedían a gritos la sustitución. Naranjo rozó el gol, pero su cabezazo se fue al poste izquierdo (71'). A renglón seguido, Dani Gómez remató blando en una posición inmejorable. Y entonces llegó la desgracia: penalti por mano de Carlos Ruiz en una contra aislada del Extremadura. No perdonó Nono (75'), abocando al Tenerife a una carrera desesperada por el empate. Pero ya derrotado y sin fe.