El tramo inicial de la temporada está siendo de contrastes para un Tenerife que, rompiendo casi todos los pronósticos y tras nueve jornadas, presenta números de playoff en su trayectoria como visitante, con siete puntos de quince, pero se ha descolgado como el cuarto peor local de la categoría, empatado a cuatro puntos con el Extremadura y con un gol más en contra.

Las dos caras llaman la atención a partes iguales. En el primer caso, sorprende la reacción experimentada por el Tenerife después de quedarse sin sumar en las visitas al Zaragoza y la Ponferradina. La respuesta fue de dos goleadas, en Albacete y Lugo con un meritorio empate en medio ante el Elche. Si este balance es poco frecuente para los blanquiazules, mucho menos lo es el que lleva en el Rodríguez López. Abrió el curso en casa derrotando al Numancia, pero a partir de ahí ni ha marcado ni ha puntuado: empate sin goles en el derbi y dos tropiezos con idéntico resultado (0-1) ante Fuenlabrada y Oviedo. La racha adversa no es solo de resultados, sino también de puntería, dado que el equipo de López Garai se medirá mañana al Extremadura en el Heliodoro después de pasar 282 minutos consecutivos sin anotar siendo anfitrión. El último gol que festejó la afición tinerfeña en el estadio fue el de Filip Malbasic al Numancia el 25 de agosto.

El representativo no soportaba una sequía tan larga en su cancha desde la parte final de la Liga 13/14, la que acabó con la inesperada serie de siete derrotas seguidas, tres de ellas en casa por 0-1. Como ahora, el Tenerife estuvo 282 minutos sin colar el balón en la portería rival.

Centrando el análisis en el camino que ha seguido la escuadra tinerfeña en el Rodríguez López, resulta significativo que las dos únicas derrotas hayan coincidido con los partidos en los que el Tenerife tuvo más tiempo el balón, un 67 por ciento ante el Fuenlabrada y un 70 frente al Oviedo. Contra los madrileños ensayó quince remates y ejecutó ocho saques de esquina, por doce y seis en el siguiente partido. En cambio, tanto en el derbi como en el estreno en casa con el Numancia, el dominio del balón estuvo casi igualado, mientras que el total de disparos también fue inferior, de ocho (Las Palmas) y once.

¿Se puede sacar la conclusión de que los rivales ya han encontrado la fórmula para neutralizar al Tenerife en el Heliodoro? López Garai avisó tras la derrota ante el Oviedo que habrá que "acostumbrarse" a situaciones similares; es decir, a que el equipo visitante espere replegado en su campo un resquicio para lanzar un contragolpe. "Si el contrario te da el balón, ¿qué hacemos? ¿Nos encerramos? Esa no es nuestra manera de entender esto", expuso el técnico defendiendo su estilo de juego, pero abriéndose igualmente a matices que podrían desatascar los partidos. "Habrá que buscar alguna alternativa para intentar finalizar más o tener más sensación de gol".

Carlos Ruiz, uno de los capitanes, ya se ha hecho una idea de lo que le espera al Tenerife en su estadio. "Los rivales nos ven, saben qué juego realizamos, se meten bien atrás y nos intentan morder cuando movemos el balón por dentro para salir a la contra", repasó.

El siguiente intento no tardará en llegar, dado que el Tenerife repetirá como local mañana frente a un Extremadura que ganó en su última visita, al Alcorcón (0-2).

Inusual balance en la Isla

Desde que se empezaron a premiar los triunfos con tres puntos, a partir de la temporada 1995/96, el Tenerife ha rebasado la frontera de los cuatro primeros partidos de Liga en el Heliodoro Rodríguez López con cinco puntos como mínimo, exceptuando cuatro campañas. Una de esas salvedades se confirmó hace dos días con la derrota en casa ante el Real Oviedo. El tropiezo dejó en cuatro créditos el saldo del Tenerife en campo propio. Se trata del mismo balance de la Liga 2015/16. En aquella ocasión, teniendo a Raúl Agné como entrenador, el equipo perdió sus dos primeros encuentros como local, ante el Nástic y el Real Oviedo. Luego venció al Mirandés y empató con el Leganés. La diferencia entre estos dos casos está en los goles a favor y en contra: el saldo actual es negativo en una unidad, mientras que el de hace cuatro años fue neutro. Para encontrar una puntuación más baja hay que llegar a la Liga 2010/2011, la del descenso a Segunda B. Los empates con el Cartagena y el Numancia fueron los mejores resultados en los cuatro primeros partidos en el Heliodoro. Mucho antes, en 1998, un Tenerife que acabó bajando a Segunda A igualó con la Real Sociedad, Mallorca y Deportivo y perdió con el Alavés.