Nahuel Leiva tuvo ayer la oportunidad de hablar por primera vez en público del episodio que protagonizó el 22 de septiembre tras ser sustituido en el partido entre el Tenerife y el Fuenlabrada, en el Heliodoro Rodríguez López. Su debut como titular vistiendo el uniforme blanquiazul no terminó como le habría gustado, y no solo por el resultado adverso, sino por su enfado al salir del campo para ser relevado por Suso. El extremo mostró su estado de ánimo esquivando el saludo de López Garai y dejando patente su frustración con elocuentes gestos al llegar al banquillo. Poco después, en la sala de prensa del estadio, el entrenador afirmó que el jugador se había "equivocado gravemente" y que su actitud iba a tener consecuencias.

Esa misma noche, Leiva compartió su arrepentimiento en su cuenta de Instagram; y al día siguiente, en la primera sesión de trabajo, pidió disculpas al entrar en el vestuario. Lo sucedido no alteró los planes del técnico con él. De hecho, Aritz López Garai lo incluyó en la convocatoria para la visita al Lugo, aunque finalmente optó por no concederle minutos.

Nahuel dio ayer por zanjado el asunto, aunque también admitió que su adaptación al equipo no ha avanzado como esperaba. "Después de lo que pasó con el entrenador, me está costando un poco", confesó el atacante. "Ha sido un poco difícil, pero ya está todo olvidado y poco a poco me voy acoplando", añadió el rosarino.

El dorsal 12 de la plantilla justificó su comportamiento diciendo que tuvo un "calentón" al ser sustituido, y aseguró que el problema "se resolvió" de puertas adentro. "Se queda dentro del vestuario", indicó al ser consultado por la reacción que tuvieron sus compañeros y el entrenador. "Pedí perdón y aceptaron mis disculpas", se limitó a contar. "Ha quedado olvidado, está zanjado y no hay que darle más vueltas", insistió el exfutbolista del Olympiacos.

Leiva dio a entender que se ha visto obligado a convivir con una realidad que no esperaba, la de ser suplente en el mejor de los casos. "Vine con muchas ganas de jugar", advirtió antes de destacar que sus compañeros "también juegan y lo están haciendo bien". Asumiendo su papel, apuntó que se dedicará a "trabajar", a "ponérselo difícil" al técnico y a "aprovechar" sus oportunidades.

"No me gusta tener protagonismo y que el equipo pierda"

La actuación de Nahuel fue la mejor noticia del partido del miércoles entre el Tenerife y el Oviedo. El extremo aportó algo de desequilibrio en un encuentro que se había atascado para los blanquiazules. Pese a esos "buenos minutos", el argentino no quedó conforme, ya que el resultado fue adverso. "Es cierto que tuve unos buenos minutos, pero estoy dolido por la derrota", aseguró antes de añadir que no le gusta "tener protagonismo" en el césped si el Tenerife pierde. "Pero me voy sintiendo mejor", matizó.

"Tenemos una idea clara de juego y vamos a morir con ella"

Los partidos ante el Fuenlabrada y el Oviedo dejaron en el vestuario blanquiazul la conclusión de que el modelo de juego que practican invita a los rivales a "encerrarse en su campo" para bloquear al Tenerife "de tres cuartos de campo en adelante". Es el análisis que ofreció ayer Nahuel Leiva, quien, no obstante, garantizó que el equipo tinerfeño va "a morir" con ese estilo. "Tenemos una idea y creo que vamos a morir con ella. No vamos a cambiar. Nuestro fútbol es así y el entrenador no va a modificar el sistema; estamos con él", manifestó el extremo. En el terreno anímico, reconoció que el grupo estaba "jodido" por el "palo" que se llevó el pasado miércoles en el Heliodoro. "Estábamos con buenas sensaciones por haber conseguido la victoria en Lugo y porque sabíamos que ganando al Oviedo nos íbamos a poner arriba, pero no pudo ser y no queda otra que seguir. El sábado tenemos una revancha", dijo pensando en el partido con el Extremadura.