Quinientos días -504 para ser absolutamente precisos- habrán transcurrido este sábado entre los últimos dos combates de Francis Jorge -39 victorias, tres derrotas y tres nulos como profesional-.

El 19 de mayo de 2018, el menor de la saga saldó una gran deuda personal: se proclamó campeón del Mundo Iska -en menos de 88,5 kilos-. Lo hizo noqueando al francés Gregory Grossi -poseedor hasta ese entonces del cetro-, en la localidad francesa de Cavalaire-sur-Mer.

Dentro de tres días, en torno a las 23:00 horas, Francis pondrá en juego su cinturón. Será en el evento Fight Night & Day, a celebrar en el Salle Omnisport De Bouvy de la localidad belga de La Louvière.

Su adversario será el local Anis Bouzid, al que ya se pudo medir en la Isla, en noviembre de 2017, por el Mundial Iska en menos de 85 kilos. Tras el intento fallido, debido a cuestiones económicas, el destino les ha vuelto a emparejar, esta vez sin obstáculos.

Jorge ha aprovechado la moratoria de la Federación Iska para tener la oportunidad de continuar con su reinado. "Hay un año para defender el título. Nadie lo solicitó, ni yo lo organicé", relata el fajador tacorontero y lagunero a El Día. Por normativa, "te dan seis meses más para disputarlo".

El fajador insular se plantará en la cita planetaria sin combates de rodaje previos, "lo ideal a la hora de defender un título". Una vez superado el escollo de Grossi, Francis pensaba que se le abrirían puertas con retos de gran nivel.

No fue así. "Me han salido cosas, pero no estoy para aceptar cualquier combate. Yo decidí elegir el camino de la soledad y todo es más complicado. No es lo mismo que contar con un mánager que esté asociado a diferentes organizaciones".

Sin autocompadecerse, manifiesta que su "carrera ha sido así" y no le ha "ido mal. He conseguido el Campeonato de España y el del Mundo. Ahora tengo la suerte de volver a disputarlo. Soy consciente de que no tengo esa continuidad, pero ya lo tengo más que asimilado", reconoce.

Con todo, el tinerfeño se ve preparado. "Llevo ocho semanas a piñón. La gente que me ha ayudado en otros combates me ve mejor físicamente". Para este, ha contado con el soporte de "Manu Fit -centro de entrenamiento funcional-; de Cheo -Escuela de Boxeo El Morocho-; de Airam Gómez, en la parte de kickboxing; y Adasat Toro Rojas, que me ha echado una mano con el sparring".

Un 'déjà vu'

Toca batir a otro gigante. Si en territorio galo Francis se midió a un competidor de más de 190 centímetros de altura, en Bélgica se encontrará con otro coloso. Bouzid alcanza el 1,93, por el 1,85 al que se eleva el insular.

"Estoy compitiendo en dos categorías por encima, aunque hemos pactado la contienda a menos de 86 kilos. Siempre va a haber tres o cuatro kilos de diferencia entre él y yo -83-, pero no me preocupa", asevera.

Al contrario que Jorge, el belga arriba sumamente rodado. "Lleva un año y medio en el que no ha parado". En su último duelo, cedió por decisión con el marroquí Khalid El Bakouri -al que batió su hermano Loren hace casi un año-.

"Bouzid tiene mucho ritmo. Si te quedas quieto, te come. El Bakouri le metió presión y esa también es mi idea. Intentaré conectarlo y que caiga, algo parecido a lo que hice en Francia". Y es que Francis sabe perfectamente que un combate a los puntos será complejo que le sea favorable.

"Viene de perder y si lo toco de entrada, psicológicamente puedo hacerle daño", completa confiado.

Pancho Camurria: la espina clavada

El 15 de octubre de 2016, Francis Jorge desaprovechó su primera gran oportunidad en pos de ajustarse un cinturón planetario. Se trató del Campeonato del Mundo Iska -en menos de 85 kilos-, celebrado en el santacrucero Pancho Camurria y organizado por él mismo. En la contienda, terminó cayendo a los puntos con el italiano Giuseppe Di Domenico. "Fue un combate igualado, pero al final valoraron el cansancio y no la puntuación", declara el deportista tacorontero. Desde ese entonces, se quedó "con esa espina" y evita "organizar y competir la misma noche" por el desgaste que supone. Es por ello por lo que ni se le pasó por la cabeza defender su actual título en la Isla. "Ni me molesté en intentar organizarlo porque todo lo tendría que haberlo hecho yo". El fajador explica que le "gusta" pelear en Tenerife, aunque no de manera "muy seguida. Fuera siempre me ha ido bien y me ha ayudado a darme a conocer mucho más". Bélgica puede otorgarle otro espaldarazo en su carrera.