Una victoria ante el Fuenlabrada habría situado al Tenerife a las puertas de los puestos de promoción; y en la plantilla blanquiazul contaban con ese impulso para demostrar que habían iniciado el despegue como aspirantes a "algo importante" después de regresar de la doble visita, a Albacete y Elche, con un botín de cuatro puntos.

Pero los planes no salieron y el resultado (0-1) apagó la "ilusión" de un equipo ansioso por dar "un paso adelante" en campo propio y ya con siete jornadas celebradas. "Era el momento de subir puestos y decir que estamos aquí de verdad para hacer algo importante en esta temporada, pero se nos escapó", lamentó uno de los capitanes del Tenerife, Aitor Sanz. "Veníamos con la ilusión de darle continuidad a los dos partidos que jugamos fuera de casa y no pudo ser", continuó el centrocampista.

Aitor notó en el equipo "ansiedad y ganas" de poner de manifiesto su potencial. Fue una puesta en escena que elevó un nivel de "competitividad" que "quizás faltó en otras temporadas", pero que también llevó al Tenerife a no jugar con la "fluidez de otras veces" y a mostrarse "impreciso".

Con todo esto, Sanz aconsejó "buscar" un punto de "equilibrio" entre esas dos caras del Tenerife. En esta misma línea, destacó la conveniencia de "mantener al equipo y al entorno en una situación emocional óptima" con el fin de evitar saltos bruscos de la euforia a una visión más pesimista. "Ni cuando salimos de Albacete éramos un súper equipo ni ahora somos un desastre", opinó Aitor, convencido de que también se pueden sacar lecturas positivas del encuentro con el Fuenlabrada. "Hicimos muchas cosas bien y, a pesar del resultado, salimos reforzados, porque el grupo compitió, aunque también es cierto que debemos estar más acertados y prestar más atención a los detalles que deciden los resultados", dijo.

A pesar del "duro palo anímico" recibido, el mediocentro insistió en quedarse con las "sensaciones positivas" que percibió sobre el campo. Por ejemplo, afirmó que este mismo partido habría seguido un guion diferente en otras temporadas. "Habríamos salido con la empanada ante un rival fuerte a balón parado que te enchufa un gol en el minuto 15 en una acción de estrategia y acabas desesperado".

Esa no fue la impresión que le dejó el Tenerife, entre otras cosas porque "el equipo defendió la estrategia a la perfección" y estuvo "muy atento en la parcela defensiva durante casi todo el tiempo", con la única excepción de la jugada del gol de Salvador. "Se nos escapó el encuentro por un detalle", apuntó sin quedar anclado en esa acción decisiva. "Dimos un paso adelante en cuanto a juego y a situación de partido, y creo que el equipo está creciendo, aunque el resultado no nos acompañara. Si vamos en este camino, tendremos más alegrías que disgustos".