En Segunda División hay decenas de partidos muy parejos, con juego espeso, que tienden al empate y que se desbloquean con acciones de estrategia. El del Martínez Valero fue uno de ellos. Cada equipo supo aprovechar un córner para marcar, justo en el inicio de cada parte. Primero fue el Elche y luego un Tenerife que cierra su estancia en la Península con un botín de cuatro puntos, los tres conquistados en Albacete y el de ayer, una igualada madurada y de mucho mérito.

López Garai retocó lo mínimo la alineación del partido anterior. De hecho, el único titular en el Carlos Belmonte que no repitió fue Aitor. El entrenador ya había avisado que le iba a dar un respiro. En su lugar jugó un Milla que había tenido que parar por una sanción.

Con estos argumentos entró el Tenerife al Martínez Valero. Y no lo hizo mal, concentrado y siendo fiel a su propósito de llevar el control. Sin la profundidad ni la eficacia de Albacete, porque eso pasa muy pocas veces, el equipo se mostró competitivo. Pero esta vez la pegada la tuvo el rival. Apenas había pasado nada cuando Nino forzó un córner que acabó con un remate de Qasmi, con la bota, anticipándose a Muñoz y sin que Carlos Ruiz pudiera impedirlo. El toque a media altura, al borde del área pequeña, dejó sin margen de maniobra a Ortolá (7'). El guion cambiaba demasiado pronto para presentar un escenario ideal para un Elche que lo tuvo claro: se replegó durante un tramo largo del primer tiempo bloqueando la reacción del rival.

Al Tenerife le costó superar las dos líneas que montó el conjunto local delante de Édgar Badía. Quizás le faltó velocidad y una mayor participación del flanco izquierdo, en el que Bermejo apenas intervino. En cambio, Malbasic si fue un recurso relativamente frecuente. El serbio volvió a actuar como interior/extremo derecho y generó algo de peligro. Lo mismo que Miérez. No le sobraron las opciones para mirar la portería, pero cuando encontró un hueco, no se lo pensó, como en un disparo desde la frontal del área (24') que detuvo Édgar Badía. Fue el primer tiro de un Tenerife que dominaba, pero sin más.

Cerca de la media hora, el Elche vio el momento de dar un paso adelante apoyándose en un par de detalles de calidad de Nino y poniendo en aprietos a un adversario aturdido por el giro que había dado el encuentro. Pero cuando los de Pacheta empezaban a hacer méritos para volver a marcar, el Tenerife dispuso de su mejor ocasión en la primera parte: Álex Muñoz envió el balón al palo tras un saque de falta lateral (39').

López Garai no esperó para agitar el ataque y sustituyó en el descanso a un agotado Miérez para apostar por la frescura de Dani Gómez. Con el madrileño en el campo, el Tenerife protagonizó un prometedor arranque, con más verticalidad que en el inicio. De ahí surgió el córner con el que llegó el empate. Lo sacó Luis Milla al centro del área y apareció Borja Lasso desde atrás para marcar, de cabeza, su segundo gol en esta temporada. El 1-1 impulsó a los blanquiazules y llenó de dudas a un Elche que sufrió en dos saques de esquina más ejecutados por Milla.

El amago de remontada perdió efervescencia, pero tuvo su instante clave en un balón al palo rematado por Dani Gómez (76'), ya con Nahuel en el césped para revitalizar la banda derecha.

Al Tenerife se le había escapado la oportunidad de poner el resultado a su favor, y el Elche tomó el relevo para pisar el acelerador en los últimos minutos con alguna llegada, una consulta al VAR por posibles manos de Carlos Ruiz en el área y poco más. Por si acaso, había entrado Aitor Sanz para cerrar el partido y asegurar un punto trabajado y de mucho mérito.