Un clásico de la categoría con más mordiente, pero sin aspiraciones mayores. El Pabellón de la Avenida de Anaga acoge mañana -a partir de las 19:00 horas y contra el filial del Movistar Estudiantes- el estreno del RC Náutico de Tenerife, que se dispone a vivir su séptimo curso seguido en la Liga EBA.

Puesta de largo para un conjunto dirigido de nuevo por Santi Lucena y cuyas pretensiones, al menos a priori, no parecen ser ostentosas. "Queremos lograr los mejores resultados posibles en la primera vuelta para luego, en la segunda, tratar de alcanzar la permanencia lo antes posible", apunta el técnico isleño, que ve a los suyos "un escalón por debajo del año pasado", en especial "porque la plantilla es infinitamente mucho más joven, no solo que la anterior, sino de estos siete años".

Para paliar la deficiencia de calidad, y "aprovechando" a la vez la bisoñez de los suyos, Lucena pretende hacer "un juego muy, muy agresivo, y defendiendo muy arriba para que sea la temporada en la que se corra más que nunca". En este sentido el preparador nauta reconoce que en estas semanas previas de trabajo ha tenido que dosificar "la ilusión de los jugadores" y sus "energías". "Parece un equipo júnior", comenta en el más amplio de los sentidos, sin esconder que no está resultando sencillo "meter tantos conceptos".

El rendimiento de este Náutico Tenerife es ahora mismo una incógnita, toda vez que ha perdido a buena parte de sus grandes referentes, sobre todo el pívot danes de 2,13 Sami Eleraki y el ala pívot tinerfeño Samu Rodríguez, "cuyo nivel estaba muy por encima de la categoría", según admite Lucena. "Sus bajas son muy complicadas de cubrir", comenta el técnico. Tampoco contarán los chicharreros con la veteranía de Roberto de la Rosa (se marcha al Güímar de Autonómica) ni los puntos desde el exterior de Mads Bonde y Tim Tomazic.

La responsabilidad en estos compases iniciales deben asumirla viejos rockeros como Fallou Niang y Juanan García. Ambos respaldado por jugadores que vienen despuntando como Jorge del Pino, Saulo Román y Danilo Brnovic. El salto de calidad lo deben dar los vinculados al Iberostar Tenerife, tanto el de la casa, Alberto Cabrera, como los llegados este verano, caso de Rihards Berzing y José Luis Ibáñez. Si los isleños salvan el arranque, pueden dar de qué hablar.