El grupo inversor que representa José Miguel Garrido, propietario desde el pasado viernes de un paquete de 5.360 acciones del Tenerife -un 3 por ciento aproximado del total-, inicia un camino largo, según fuentes cercanas al empresario madrileño, con el firme propósito de llegar a tener en algún momento el control de un club que ha estado presidido por Miguel Concepción desde el mes de febrero de 2006 y que tiene programada para 2021 la próxima renovación de los miembros de su consejo de administración.

La presencia de Garrido en el escenario blanquiazul será activa, dentro de lo que le permita su condición de cuarto máximo accionista de la entidad y ciñéndose a las convocatorias de juntas, como la que se llevará a cabo a finales de año para aprobar las cuentas y la gestión realizada por los dirigentes en el último ejercicio. Seguramente, su asistencia será el principal reclamo de esa cita, aunque Garrido no debutará ahí como opositor del grupo de gobierno que encabeza Miguel Concepción, sino como el representante de un grupo que se ha colocado entre los que más acciones de la entidad poseen.

Mientras tanto, con el asesoramiento y la coordinación del exconsejero del Tenerife Corviniano Clavijo, que es su persona de confianza en la Isla, pondrá en marcha un plan destinado a aumentar el número de acciones a nombre de la sociedad limitada Only One Way. La estrategia no es otra que la de adquirir más paquetes de acciones, llegando a acuerdos con sus propietarios, o garantizarse apoyos para poder intervenir con mayores garantías en futuras juntas.

El grupo inversor se pone la meta de participar algún día en la gestión del Tenerife, sin obviar que no existe una garantía de éxito, ya que la mitad de las acciones del club están repartidas entre pequeños accionistas y una considerable parte del porcentaje restante queda en poder de los tres principales accionistas, en cuanto a número de títulos: el presidente del Tenerife, Miguel Concepción, con un 15 por ciento aproximado del total, y dos empresarios que le prestan su apoyo, Amid Achi y Juan Pelayo, que se acercan al 10 por ciento cada uno. La junta ordinaria de diciembre de 2018 dejó una referencia evidente del respaldo mayoritario con el que cuenta el dirigente palmero, dado que asistió con 93.356 acciones, entre títulos propios y delegados.

Por tanto, en Only One Way saben que están actuando como inversores dentro de un club atípico, sin la posibilidad de pactar con un único accionista la compra de un paquete que asegure el control inmediato de la gestión, como sí le permitió a Garrido convertirse en presidente del Albacete en 2013.

La particularidad del Tenerife aconseja una hoja de ruta diferente en la que ya trabajan Garrido y, sobre todo, Clavijo, cuyo recorrido como dirigente del representativo resulta indispensable para el que fuera máximo accionista del Castellón. Seguirán esa pauta con la idea de alcanzar acuerdos con otros accionistas y la voluntad de no desestabilizar a una entidad que consideran bien gestionada, pero en la que creen que conviene la llegada de nuevos rectores.

En esta línea, insisten en que el proceso para poder dirigir el Tenerife será largo, pero están preparados para desarrollarlo sin ninguna prisa, principalmente porque el club no se encuentra en una situación económica delicada ni está sujeto a medidas urgentes. No obstante, ven una oportunidad de impulsar al Tenerife hacia su verdadero nivel, el de un equipo de Primera División. La experiencia en la gestión deportiva de Garrido y el músculo financiero que atesora el grupo inversor destacan como avales de una alternativa que empieza a tomar forma.

Only One Way adquirió el pasado viernes las 5.630 acciones del grupo Gomasper que salieron a subasta dentro de un procedimiento concursal. Concepción, Achi y Pelayo tuvieron el mismo objetivo, pero la cantidad que aportaron para cerrar la compra quedó por debajo de la suma que puso el grupo que representa Garrido, cercana a los 400.000 euros.