Cinco días después de hacer su mejor marca de la temporada (1:13.49) que le dio el subcampeonato mundial en su prueba fetiche de 100 braza, Michelle Alonso volvió a la piscina Acidalio Lorenzo para realizar un entrenamiento de activación y recuperación. Su sonrisa brillaba en la calle cinco, poco después se colocó las gafas para hacer su primer largo tras agrandar su currículum.

Regresó el pasado viernes a Tenerife con un equipaje que pesaba más que el de la ida del 7 de septiembre. Michelle Alonso Morales (Santa Cruz de Tenerife, 29/03/1994) consiguió su cuarta medalla S14 en un Mundial de natación paralímpica, después de sobreponerse a una tendinitis, a una alergia respiratoria y a una temporada llena de certámenes adaptados.

Durante los primeros 50 metros de prueba, Alonso cabalgó en cabeza y se mantuvo líder tras el viraje. No obstante, la nueva perla londinense, Louise Fiddes, consiguió imponerse por 29 centésimas. "El oro estaba muy complicado, pero luché y me quedé a poquito. Con todos los problemas que tuve -por la tendinitis y alergia-, la plata es como si fuera el oro y representa el esfuerzo que he hecho", declara Michelle a EL DÍA.

"Estoy muy muy contenta. No me esperaba acabar subcampeona, y más después de lo asfixiada que me sentí en el 200; pensé que no aguantaría el 100 braza. En la clasificación me vi bien y lo di todo", relata la Sirenita.

Además, la plata cosechada por la capitalina le brindó una plaza a España para los Juegos Paralímpicos de Tokyo 2020. Michelle, como el resto de nadadores que no obtuvieron oro, deben de confirmar su presencia certificando las marcas mínimas. "Espero conseguir la plaza para las Paralimpiadas. Entrenaré duro, primero para lograr la mínima, luego, para los Juegos", dice.

Que el curso competitivo de Michelle apenas cuenta con fechas libres, se corrobora con lo que será este tramo final de 2019 para la Sirenita, que partirá mañana, junto a su técnico José Luis Guadalupe y su compañera Judit Rolo, con destino a Tokio. El torneo que disputará en Japón congregará a las mejores nadadoras paralímpicas del planeta, que se retarán con especialistas locales.

En una semana se cumplirá un año desde que el técnico José Luis Guadalupe, Guada, tras abandonar el Ademi, creó el Midayu, club al que también marchó Michelle Alonso -la primera sílaba de su nombre es la del nombre de la entidad-. "Siempre iré con Guada; él es el que mejor me conoce y sabe cómo tengo que entrenarme. No tenía ninguna duda. Ahora tenemos un equipazo", concluye.