Con el aliciente de ver a buena parte de una plantilla totalmente remozada, y con las buenas referencias y sensaciones dejadas el viernes en Adeje, el Iberostar Tenerife se presenta esta tarde ante su parroquia en el marco de la III Copa Isola. Un duelo -con carácter benéfico- en el que el roster aurinegro se estrenará en el Santiago Martín contra un adversario, el Fuenlabrada, al que ya derrotó con cierta facilidad 48 horas antes: 103-75.

Una diferencia final de 28 puntos a simple vista inconstable, si bien es cierto que no fue hasta bien entrado el tercer cuarto (tras un 47-42) cuando los canaristas lograron poner tierra de por medio. Lo hicieron en suelo sureño gracias a que dejaron de lado cierta precipitación delante e inconsistencia atrás. Factores presentes en su juego hasta después el descanso. Una mayor contundencia en defensa y una mejor circulación de la bola en la parcela ofensiva resultaron claves en el estirón isleño, que tuvo en el tiro de tres su mejor aliado: 10/15 tras el intermedio.

Fiabilidad exterior como seña de identidad que quedó de manifiesto en una actuación coral, con siete jugadores llegando o superando la decena de anotación. Producción grupal como fruto de una adaptación del cuadro aurinegro. No solo en su proceso de conocimiento, sino también en la reubicación de piezas (con Lundberg solo de base o Atkins al cuatro) por las lesiones. Hoy, con las bajas seguras de Aguilar, López y Huertas, seguirán las probaturas.