Ismael López Blanco (Pamplona, 29 de enero de 1990) afronta su segunda temporada en el CD Tenerife. Llegó a mitad de la pasada, como apuesta de Víctor Moreno, para dar un salto de calidad al lateral izquierdo. Seguramente afectado por la mala dinámica que arrastraba el equipo, no terminó de rendir como se esperaba. Lo reconoce él mismo. Este curso 19/20 debe ser el de la recuperación de su mejor versión. Por tanto, no hubiera visto lógico plantearse su salida del club.

¿Cómo está después del derbi?

Queríamos dejar los tres puntos en casa, pero no fue posible. Creo que hicimos una buena primera parte y que luego ellos subieron el nivel con el cambio de posiciones de la segunda. La expulsión también marca la recta final. Creo que ahí supimos resistir ante un buen equipo. El año pasado fue al revés y conseguimos ganar gracias también a la superioridad numérica. Hay que darle valor al punto.

Vamos, que la referencia es la primera mitad.

En la primera parte estuvimos un punto mejor que ellos. Tenemos que seguir sumando sensaciones positivas después de un año duro, con el objetivo de cambiar la dinámica. Hay que mejorar, coger el juego que el míster nos demanda y que nos está dando confianza para hacer.

Pero no se sufrió tanto en la recta final del partido.

Es verdad que ellos han tenido sus problemas en verano, pero siguen teniendo un buen equipo y, en ese final de partido, supimos contrarrestarlos. Era un derbi y tenían ese extra de motivación. Por eso hay que darle mérito al equipo porque incluso tuvimos la oportunidad de ganarlo.

¿Qué balance hace de estas cuatro jornadas de Liga?

Ha habido diferencia entre unos partidos y otros. En la primera parte de Zaragoza estuvimos muy bien, aunque ellos luego están mejor. En casa contra el Numancia hicimos un buen partido, aunque luego los goles en contra te lo empañan un poco. Y en Ponferrada tuvimos ese día malo que tienes cada temporada. Espero que sea el único que tengamos. Contra Las Palmas las sensaciones fueron positivas.

¿Cree que el bagaje de puntos está por debajo de las sensaciones que tiene la plantilla?

Creo que las sensaciones son positivas si tenemos en cuenta que ha llegado un entrenador nuevo, con ideas nuevas a las que nos tenemos que adaptar, y con mucha gente nueva. Hay que valorar también que tendemos a rendir mejor cuando ya llevas tiempo en un sitio. Quizás podíamos haber sacado un punto más, por ejemplo en Zaragoza. Pero no debemos obsesionarnos con eso, sino centrarnos en los próximos. Hay que hacer buenos partidos fuera de casa, que es nuestra asignatura pendiente desde la temporada pasada. Y ahora tenemos dos oportunidades para tratar de hacerlo. Los encaramos con buenas sensaciones.

¿Tanto pesa en el Tenerife afrontar los partidos como visitante?

Es algo que pasa a todos los equipos, que juegan más valientes y mejor en casa. Pero tenemos equipo para hacer las cosas mejor y ganar partidos a domicilio. Toca pensar en positivo, ceñirse al plan que trabajamos durante la semana para atacar sus puntos débiles, potenciar nuestros puntos fuertes y quitarnos cualquier psicosis que nos haga pensar en negativo. Tenemos que ver cómo afrontar estas dos oportunidades de darle la vuelta a la dinámica porque, ganando fuera, los rivales se sienten incómodos y te ganas su respeto.

¿Pediría un margen de confianza al entorno blanquiazul?

Desgraciadamente el fútbol es resultadista. Poca gente le da importancia al juego, a lo que se puede estar generando. Casi todo el mundo exige resultados inmediatos. Pero nosotros estamos contentos, confiamos en lo que estamos trabajando y considero que tenemos el vestuario y el equipo como para poder crecer.

Da la impresión de que la defensa que hacen todos del modelo de juego es sincera.

Es que al jugador de fútbol le gusta proponer, tener el balón, le gusta apretar en campo contrario y, cuando no lleva la iniciativa, le cuesta más disfrutar. También se puede disfrutar sufriendo en un campo de fútbol, pero creo que es más fácil de la otra forma. No es fácil cambiar una dinámica de un año negativo a un año bueno. Pero creemos que podemos hacer las cosas bien y esa es la clave del éxito.

Como lateral ofensivo se tiene que sentir cómodo en esta idea.

Los laterales, con este sistema, jugamos mucho en el campo rival y participamos más en el juego, los disfrutamos más. En estos partidos he visto a Luis (Pérez) a un nivel muy alto, tanto de juego como de confianza, y se está volcando el ataque más por su banda. Pero sabemos que durante la temporada nos tocará todos participar y ser muy protagonistas.

¿Es correcto afirmar que todavía esperamos ver al mejor Isma López en Tenerife?

La temporada pasada no fue buena. No se vio para nada mi mejor nivel. Es cierto que en deportes colectivos condiciona el funcionamiento del equipo al rendimiento individual. Pero este año estoy con ganas de darle la vuelta a la situación, tanto en lo individual como en lo colectivo. Espero que se pueda ver a ese jugador que la gente espera, del que la gente habla y que yo sé que he sido. De momento no se ha podido ver. Creo que poca gente tiene la autocrítica que tengo yo y quizás eso me penaliza en exceso. Pero soy realista, sé que no he dado mi mejor nivel, pero no voy a parar de trabajar para conseguir ofrecerlo. La idea es que se vea al Isma López por el que se me firmó, el que se ha ganado tener la carrera que he tenido.

¿Cómo se gestiona mentalmente una situación así?

Es complicado porque tú quieres mostrar a la afición, al club y a los compañeros ese nivel que sabes que tienes. Muchos de mis compañeros me han sufrido como rivales y ahora no lo están viendo. Entiendo esas situaciones, pero ese exceso de darle vueltas, de querer trabajar más, venir por las tardes y hasta obsesionarme igual es negativo. Pero no conozco otra manera que trabajar y trabajar, por lo que voy a seguir así. Sé que llegará el momento.

Las dudas llevaron al CD Tenerife a plantear una posible salida suya en los últimos días del mercado estival.

Son cosas contractuales, cosas de club. Cada uno tenemos unas condiciones que hacen que se tenga más interés en que salgan ciertos nombres en lugar de otros. Te tienes que abstraer de eso. Yo vine con un propósito, tras una negociación en la que se acordó un contrato en cuanto a años que pienso cumplir, y no tiene mucho sentido que a los seis meses de venir, porque no se han dado las cosas como queríamos, romperlo. No es mi forma de ser, nunca me he rendido y tampoco sé si esas situaciones se dan por nivel de juego o por otras cosas que puedan beneficiar al club. Mi idea es estar aquí, ya estoy centrado en el día a día y en darle lo mejor al equipo.

¿Pero le sorprendió esa opción de abandonar la entidad?

Realmente no son temas de los que yo esté encima. Tenemos personas de confianza, como mis agentes, y no me llegó ningún tipo de comentario. No sé si se planteó una salida. Yo hablé con mi agente este verano y le dije que quería seguir aquí y no llegué ni a hablar en esos días con él. Supongo que si se hubiese dado algo de verdad, le hubiese comunicado mi intención, que era la de quedarme y luchar.

El que ha mostrado plena confianza en usted e incluso ha pedido que quitemos el foco sobre su actuación es Aritz López Garai. Será un alivio.

El míster fue compañero mío y vio cómo me fue en Gijón, que en lo colectivo no fue buena del todo mi primera campaña. El equipo entró en playoff, pero no se ascendió. En lo individual me fue mejor en la segunda temporada que en la primera. Además, me conoce en lo personal. Cree que generando ciertas situaciones se podrá ver mi mejor versión. Entiendo que está en eso, me apoya y he hablado con él en varias ocasiones al respecto. Estamos buscando el clima idóneo para que se vea al mejor Isma.

¿Le dolió quedarse fuera de la convocatoria para Ponferrada?

Es algo entendible. No siempre puedes llevar a todas las posiciones dobladas a todos los campos. En Ponferrada le tocó jugar a Robert y es normal. No tienes que explicar por qué juegas o no.

A diferencia del técnico, Víctor Moreno ha dejado la puerta abierta a realizar movimientos en enero si el rendimiento no mejora.

No he escuchado la rueda de prensa, pero es que se me vino a buscar a Chipre. Allí estaba contento, jugando y, sin embargo, vine aquí haciendo una apuesta porque no era un año fácil con la situación como estaba. Creí en un proyecto a dos años y medio, estoy ilusionado con lo que veo y no me voy a obsesionar con situaciones que ahora no tocan.

A veces, una sola jugada lo cambia todo. El otro día juega por la ausencia de Mazan y si hubiera entrado la ocasión que tuvo en el último minuto...

No me quedo con que jugué porque no estaba Robert, porque también veníamos de un mal partido en Ponferrada, sino con que me tocó jugar. Creo que el equipo hace un buen partido en líneas generales, conseguimos dejar la portería a cero y, si llego a hacer ese gol, pues nos hubiese venido bien a todos. Fue una pena, sobre todo, a nivel grupal. Hubiese sido un impulso importante, pero no se dio.

¿Siente el respaldo de sus compañeros?

A muchos los conozco de enfrentarme a ellos, seguro que quieren ver al que les hizo gol el año del ascenso o que ha sabido defenderlos en otro, estoy encantado, son buenos jugadores y unas personas magníficas, y el grupo es fuerte, con una unión muy importante, como se vio en la situación del año pasado. Hay grandes equipos que no saben sacarlo y nosotros, con más o menos problemas, con base en lo que había aquí dentro, lo sacamos. Eso me parece ilusionante para este año.

Eso quiere decir que no se repetirán esos errores.

Espero que sí. Todos somos conscientes de qué pasa cuando no ganas fuera de casa, cuando te vienes abajo en el primer golpe o se te adelantan siempre, tanto en casa como fuera. Somos conscientes de nuestras debilidades del año pasado y no queremos que se repita.