Aitor Sanz ha vuelto. Lo ha hecho para quedarse mucho tiempo. En el Tenerife y en el once titular. Poco a poco va quemando etapas: volver a jugar, aguantar noventa minutos, afrontar un derbi...

¿Buen partido el derbi canario para olvidar el desastre de Ponferrada?

Sí, porque ha sido un golpe fuerte para nosotros. Creo que era un campo en el que podíamos sacar algo positivo y nos volvimos con un resultado desastroso y una mala sensación.

¿La sensación es sobre todo por la segunda parte, en la que no se ofreció el nivel del Tenerife?

A raíz del segundo gol creo que bajamos mucho anímicamente y esas cosas hay que corregirlas porque los partidos cambian enseguida. Son pequeños detalles y nunca se sabe si se les puede dar la vuelta. El año pasado, por ejemplo, fuimos capaces de protagonizar varias remontadas y nunca hay que darse por vencido antes de tiempo.

Futbolísticamente da la impresión de que hay cosas por mejorar, quizás por la idea de juego escogida por López Garai.

Está claro que este modelo de juego es complejo, no es fácil de manejar. A mí me parece que nos sentimos cómodos con él, que el equipo lo interpreta bastante bien. Pero llegan los matices y los pequeños detalles, que son los que te hacen ganar los partidos o perderlos. Ahí es donde tenemos que afinar y ajustar porque te hace estar arriba o abajo. El equipo está en un buena línea en cuanto a saber ejecutar lo que propone el míster, pero la competición es lo que es, te compromete si cometes un pequeño error porque te va lastrando un poquito. No debemos perder la confianza en este modelo de juego porque es bueno y nos sentimos bien practicándolo.

Quizás no es un modelo muy de Segunda División.

Puede ser. Es verdad que en esta categoría prima el orden defensivo, más que la soltura de los jugadores de ataque a la hora de decantar el juego del equipo y generar ocasiones de gol. No es lo más habitual, pero al final se trata de que el equipo esté cómodo haciéndolo y que se haga bien. Yo, por momentos, he visto un equipo haciéndolo muy bien. Si somos capaces de llevarlo a ese nivel, el futbolista se sentirá muy reconfortado porque saca sus mejores virtudes.

Las vigilancias y los costados de Aitor Sanz. El punto débil.

Es una de las zonas débiles. Esas vigilancias son fundamentales cuando atacamos porque nos exponemos mucho. Hay que tener cuidado ahí. Si se quedan sueltos, el rival busca contragolpes porque generan poco espacio a su espalda si atacas con uno o dos jugadores. Es evidente que, jugando así, los costados del pivote son lugares a proteger siempre porque te los van a buscar. Pero si somos capaces de estar juntos, de saltar a la presión de una manera intensa y de evitar las distancias al replegar lo haremos bien. El nivel de atención tiene que ser alto para que los puntas y mediapuntas de ellos no se sientan cómodos ni reciban cómodos.

¿Cómo se está sintiendo Aitor Sanz en el retorno?

Pues muy bien. La verdad es que llevaba tiempo sin jugar y sin jugar ahí. Estoy bien, tengo jugadores por delante que me ayudan mucho, con una buena atención y un buen despliegue físico. Los de atrás sacan bien el balón... me siento arropado.

Ha recuperado el ritmo Aitor Sanz hasta con las tarjetas amarillas.

Ja, ja, ja. En esa zona hay que marcar bien el territorio. Jugadores como Pedri, que es el que toca esta semana, no pueden estar cómodos ahí. Sería peligroso para nosotros. Hay que estar atento y si hay que hacer falta o ser duro, pues toca ser duro.

¿Y es tan bueno Pedri?

Le he visto poco. En pretemporada y contra el Racing. Veo que maneja bien las dos piernas, que hace grandes controles y te llama la atención la precocidad. Es que tiene 16 años y no es habitual lo que hace. Tiene proyección y mucho potencial. Va a ser, si no pasa nada, un gran jugador.

Las Palmas ha cambiado algo su forma de jugar. Ahora domina registros como el contragolpe.

Es un equipo que no necesita veinte ocasiones para meter un gol. Ni jugar especialmente bien. Dos que coja Rubén (Castro), una contra de Drolé, un pase interior de Pedri... ellos son capaces de ganarte con poco. Es lo más peligroso.

Vuelve usted al derbi. Pensará que ya era hora.

Es un partido muy especial para toda Canarias. Para mí, incluso un poco más de lo habitual después del parón que he sufrido por la lesión. Poder jugarlo es un regalo. Tengo las mismas ganas que un canterano de que llegue el partido, quizás por el arraigo a la isla y al club.

¿Llega demasiado pronto para ambos equipos?

Lo hubiera preferido más tarde porque venimos de un mal partido y con malas sensaciones. Pero no llegamos en buen momento ninguno de los dos equipos. El derbi es uno de esos partidos que consideras importantes en la temporada y creo que se viven más y se disfrutan cuando estamos a mitad de temporada o al final. Pero eso no nos quita la ilusión de jugarlo ni la intención de ganarlo.