El papel icónico de Cristo Marrero en el entorno del Tenerife toma un brillo especial en la semana de los derbis. De este lado del partido más grande del fútbol canario, Cristo abandera el carisma. Cercano y agradable al trato, como ha sido siempre, el excapitán nos ayuda a caminar por las interioridades del clásico de esta tarde, porque lo ha vivido como pocos en las 8 oportunidades que tuvo de estar en el escenario. "Será como siempre, igualado, complicado como todos los derbis, bonito para vivirlo, no solo para los jugadores, sino para la afición y los medios de comunicación. Es un partido diferente y de los que gusta de verdad", asegura el técnico del equipo juvenil del club, que ahora lo vive como tal. "Me pongo histérico en la grada. Intento llevarlo mejor posible, peor lo paso mal".

El derbi llega en la cuarta jornada, pero no parece que este factor rebaje tensiones. "Es posible que el hecho de llegar tan pronto lo puede hacer parecer distinto a los anteriores, pero una vez empiece el partido, por como lo va a vivir la gente y como lo harán los jugadores, va a acabar siendo igual que los otros años. Estamos hablando del partido más bonito de la temporada. Especial, no solo para los jugadores, sino para todo el mundo". Cristo responde dejando entrever cierto desconsuelo por estar sobre el césped. "Es que dentro del campo, este partido es pura pasión. Todo los jugadores quieren participar en este tipo de encuentros. Siempre he dicho que el jugador que más lo disfrute desde el minuto uno, desde que empieza la semana es el que estará mas cerca de llevárselo. Al final, dentro del campo todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, pero antes, durante la semana, el que más disfrute de un derbi es el que estará más cerca de ganarlo", considera.

Lo dice por su experiencia. Los partidos de este calado, jugados en medio de tanta tensión ponen a prueba el carácter de los jugadores. "Es que la semana es totalmente diferente a las del resto de la temporada. No solo para los jugadores sino para todos los de fuera, todo el mundo está muy metido. Pero cuando empieza a rodar el balón se trata de llevarte los tres puntos, de agradar a tu afición, ante una grada casi completa. Es un partido más para los que están dentro, pero son tres puntos importantísimos", asegura.

Hay un asunto que tiene vigencia eterna en los choques de rivalidad canaria: la influencia del factor canariedad. El peso de la cantera, su uso reivindicativo en especial en épocas de flaqueza económica como la que atraviesa Las Palmas. Es un argumento a esgrimir antes de una cita como la de hoy. "Los jugadores de fuera lo van a sentir igual, -asegura Cristo-, porque viven la semana y acaban metiéndose". De la mano de Cristo entramos en una visión más futbolística. "Todo puede pasar, creo que se va a ver un muy buen partido, por como juegan los dos equipos. Creo que será un derbi alegre, en el que los dos van a intentar llevar la iniciativa del juego. Estoy convencido de que va a ser un partido de goles. Ojalá sean a favor nuestro y seamos capaces de llevarnos los tres puntos", pero al excapitán le gusta la propuesta de su eterno rival. "Estoy convencido de que va a ser un equipo competitivo, que va a estar en la parte alta y va a ponerle las cosas difíciles a todos. Estamos hablando de un equipo que tiene jugadores importantísimos en Segunda División", vaticina el excapitán.

Hoy se pone en marcha

Precisamente este mediodía comienza una nueva edición de la Liga nacional de juveniles y lo hace con el Tenerife como campeón. Es el primer gran éxito de Cristo como entrenador. De su mano cambió la tendencia que hacía 'fracasar' al juvenil blanquiazul un año tras otro, en la búsqueda da la supremacía en Canarias. "Empezamos un reto más. No vamos a cambiar el guión, vamos a seguir en la misma línea que es la de formar futbolistas para el Tenerife C y el B, pero seremos respetuosos con la competición", en tal sentido, el entrenador valora que esta Liga presenta mucha competencia. "Va a ser un año muy complicado, no solo está Las Palmas, hay otros muy bien reforzados como el Marítima o el Acodetti, que van a competir", asegura.

Invicto y sin sombrero

Cristo Marrero jugó cinco derbis, aunque formó parte de la plantilla del Tenerife en ocho. Tiene a gala no haber perdido ninguno de ellos. "Fueron cuatro victorias y cuatro empates, no sé lo que es perder un derbi", pero como denominador común "me quedo con todos ellos, les tengo muchísimo cariño a todos". El relato es emotivo. "Fueron semanas increíbles, tuve la oportunidad de vivirlas y las recordaré siempre. No me puedo quedar con un solo recuerdo". Aunque la situación es más distendida cuando repasa "aquél que empatamos en Las Palmas 0-0, en el que debuté y fallé un gol de cabeza. ¿El del sombrero? Sí, ése (risas)". Krauss, entrenador entonces, dijo que él hubiera metido ese gol con un sombrero puesto... "Pero hay grandes momentos, como los goles de Iriome o el 0-1 del año del ascenso".