Ocurrió un 22 de junio de 2014 y ha quedado ya grabado como uno de los días más tristes en la historia de la UD Las Palmas. Era el partido de vuelta de la segunda eliminatoria del playoff de ascenso a Primera. El 0-0 de la ida permitía ascender a los amarillos ganando en casa. Y así estaba sucediendo desde que Apoño, en el minuto 47, anotó el tanto local.

La afición, desesperada por celebrar la vuelta a la máxima categoría después de 13 temporadas, comenzó a saltar al campo. Primero decenas, luego cientos... al final parecían miles. Sánchez Martínez, árbitro murciano de la contienda, mandó parar. El resto ya se conoce. El encuentro se reanudó y el Córdoba, inferior hasta ese momento, logró el empate gracias a Uli Dávila. No se jugó más. El gol daba el ascenso a los andaluces y desataba una ola de indignación y tristeza entre la sufrida parroquia amarilla.

Los jugadores blanquiverdes corrieron a celebrarlo, primero tímida y rápidamente en el campo. Luego, para no verse afectados por la invasión de campo, en el vestuario visitante. Uno de ellos era Aritz López Garai, ahora entrenador del CD Tenerife. Aquel día, como tantos otros, fue titular. Vio pronto la tarjeta amarilla y Chapi Ferrer se decidió a dar entrada a Pelayo Novo en su lugar cuando quedaba poco más de un cuarto de hora para el final. El vasco vio, por tanto, desde el banquillo el histórico tanto de Uli.

Días después, López Garai calificó aquel partido como "el momento más feliz" de su vida hasta entonces. "He tenido momentos familiares muy bonitos, nacimientos de sobrinos, viajes con mis padres increíbles, pero como ese día no recuerdo ninguno. Tenía una sensación por dentro increíble y lloraba, lágrimas de mucha felicidad, porque no sabía cómo expresar esa inmensa felicidad", decía un hombre al que le tocará intentar este sábado que, de nuevo, ceda la UD Las Palmas.

Como técnico no le ha ganado

En dos ocasiones se ha enfrentado como entrenador Aritz López Garai a la UD Las Palmas y, de momento, la suerte no le ha sonreído. Sucedió la pasada campaña cuando dirigía al Numancia. En Gran Canaria perdió con contundencia (3-0), mientras que en Los Pajaritos cedió un empate (1-1). Como jugador, se midio a los amarillos en 16 emparejamientos, con el empate como resultado más repetido (nueve veces). En otras cinco veces logró la victoria, cayendo derrotado solo en otras dos oportunidades. El del sábado será un enfrentamiento distinto contra Las Palmas.