Aritz López Garai (Barakaldo, 1980) es el primer entrenador elegido por un director deportivo del CD Tenerife en verano, con el objetivo de iniciar un proyecto y sin ataduras, desde 2012. Entonces, Quique Medina decidió que Álvaro Cervera era el idóneo para devolver al conjunto blanquiazul al fútbol profesional. Y acertó. Por eso, continuó en la 13/14 para certificar la permanencia en Segunda y hasta soñar con el playoff, que se escapó después de una recta final para olvidar (siete derrotas consecutivas). Quizás por eso, la temporada siguiente comenzó torcida y Cervera fue objeto de una persecución que desembocó en su destitución en febrero de 2015.

Le sustituyó en el cargo Raúl Agné, que fue renovado para el curso siguiente pese a la apurada salvación (penúltima jornada) y las malas sensaciones. Alfonso Serrano decidió darle una oportunidad al catalán, pero pronto se dio cuenta del error y apostó por su salida (jornada 11). Llegó entonces José Luis Martí, que se ganó la continuidad y dirigió al Tenerife hasta el playoff de ascenso en la 16/17. Un gol separó a los blanquiazules de la gloria. El balear se volvió a sentar en el banquillo para la campaña posterior, pero no encontró la fórmula y acabó siendo relevado por Joseba Etxeberria. Como en 2015 con Agné, las dudas no impidieron la renovación del vasco. El resultado, parecido: duró cinco jornadas. Se sentaron luego José Luis Oltra y Luis César Sampedro en un banquillo que volvió a poner el contador a cero el pasado mes de junio.

Víctor Moreno prefirió elegir libremente y señaló a David Gallego. Su ascenso al primer equipo del Espanyol abrió un periodo de incertidumbre que el director deportivo cerró con la llegada de Aritz López Garai. Ya en mayo había preguntado por su situación. Le quedaba otra temporada en el Numancia, pero el divorcio con la grada ayudó en la salida. Su forma de ver el fútbol ha conquistado a Moreno, obsesionado desde su llegada con implantar una idea, una identidad por la que fuera reconocible el Tenerife sobre el terreno de juego.

La escuadra que dirige López Garai podrá ganar o perder. Pero lo hará con una fórmula bien definida: "El que ponga la televisión sabrá a qué juega el Tenerife".

La identidad histórica

Ventura González

ES todo un detalle, un rasgo de inteligencia, proponer para el público del Heliodoro una forma de jugar basada en la posesión de la pelota. Más allá de determinadas coyunturas, los equipos tienen identidad histórica. La del Tenerife está llena de volantes creativos, medias puntas de último pase y centrales con buen pie. Así fue en los años buenos, lógicamente.

López Garai presenta una idea de juego matizada, con respecto a los cánones tradicionales, según los cuales el fútbol combinativo lleva el toque al extremo. Su Tenerife saca la pelota por abajo desde el portero, con los laterales en campo contrario, y coloca por delante de la línea del balón hasta ocho futbolistas, pero no propone llegar al área rival tocando siempre; su fútbol tiene cambios de orientación y rupturas por los costados; hay hasta cierta tendencia al pase vertical...

Es un estilo ofensivo y vistoso. Bien ejecutado, gustará. Pero como sucede en el fútbol actual, todo lo que funciona -sea del estilo que sea-, parte del equilibrio. El Tenerife ganará los partidos en los que defienda bien. Hay dos momentos: la presión alta tras la pérdida del balón y la activación necesaria cuando tenga que replegar.