Luis Milla se despidió del Heliodoro el 9 de junio en el partido ante el Zaragoza. Su siguiente paso, el lógico en un jugador con su potencial, era dar el salto a Primera. Había cumplido año y medio en el Tenerife, a menudo con un rendimiento alto y siempre como titular. Por su comportamiento, siempre irreprochable, esperaba una solución feliz para todos.

Su representante, Julio Llorente, ya conocía el interés de varios conjuntos de la máxima categoría y eso suponía un aval para pensar en un futuro vestido con otra camiseta para el madrileño. Gran parte de la afición blanquiazul lo daba entonces por perdido. Pero algo cambió el previsible final de la historia. Miguel Concepción dijo "basta" y, después de aceptar la salida de Juan Villar un año antes, cambió la estrategia.

Milla se iría del club si se abonaba la cláusula de rescisión: 5 millones de euros. La petición no pareció tan inflexible en un primer momento. Por eso, cuentan fuentes de la entidad insular, que llegó hasta una irrisoria oferta de 500.000 euros a la que el Tenerife ni respondió. El Leganés, equipo más interesado durante el verano, llegó hasta los 2 millones. Ni por sus posibilidades económicas ni por la temporada que había protagonizado la escuadra vendedora entendía que podía ir más allá.

El final de las vacaciones se acercaba y Milla volvió, como buen profesional, a la Isla para retomar los entrenamientos con sus compañeros. Pero sorprendido, eso sí, por la rigidez del Tenerife en las negociaciones. Solo Víctor Moreno deslizó, en una conversación informal, que a partir de 4 millones y con un porcentaje futuro de traspaso se podría empezar a hablar.

Valladolid y Getafe, este último desde las más altas instancias, tantearon la operación. Los dos huyeron asustados por el coste. Al jugador se le vio disperso en el primer amistoso de pretemporada contra el Águilas. Incluso, mantuvo una conversación con Aritz López Garai al respecto. El míster matizó unas declaraciones en las que pedía a Milla ser "agradecido", que en el entorno del chico sentaron mal.

Llorente viajó a la Isla para desbloquear el asunto, pero vio que no había marcha atrás en el precio. Solo un inesperado salto adelante de algún pretendiente en los últimos días podría cambiar el futuro blanquiazul de Milla, que, dando un nuevo ejemplo de profesionalidad, se prepara, como él mismo publicó en sus redes sociales, para una "temporada ilusionante".