La imagen esquelética de varios sectores de la grada de Herradura sorprendió a muchos aficionados que paseaban o circulaban con sus vehículos por las inmediaciones del Heliodoro Rodríguez López en el día de ayer. La realidad es que formarán parte del paisaje durante los próximos nueve meses, plazo de finalización de las obras de esta grada que desarrolla la empresa VVO después de la licitación de las mismas por parte del Cabildo Insular de Tenerife.

Con el fin de evitar trastornos a los seguidores blanquiazules, el club consiguió que las mismas se desarrollaran por tramos. En la primera fase, que incluye la pretemporada y los primeros partidos de competición, se están viendo afectadas las butacas del sector Z y parte de las del sector Y. Las puertas 7, 8 y 9 estarán cerradas en el partido ante el Real Madrid Castilla del próximo sábado, en el que se cubrirán las obras con una lona. Tampoco estará operativa la zona para el estreno liguero contra el Numancia.

Atendiendo la excepcionalidad que supone la temprana fecha del derbi contra la UD Las Palmas (primer fin de semana de septiembre), el Cabildo ha transmitido a la empresa adjudicataria la conveniencia de que esos sectores estén habilitados ya para el duelo de rivalidad.

Además, se efectuaría un parón hasta que se disputara el mismo con el objetivo de no mermar la capacidad del recinto capitalino en el partido con mayor demanda de entradas de la temporada.

En este cambio progresivo que se llevará a cabo en el fondo norte del Heliodoro, los sectores más pegados a la grada de San Sebastián serían los siguientes en verse afectados, por lo que se entendería ese parón para el derbi al producirse la intervención en el lugar donde iría ubicada la afición visitante.

Como ya anunció el Tenerife a principios del mes de julio, los abonados afectados en esta primera fase podrán directamente, durante la campaña de abonos, elegir las localidades donde desean ser reubicados en el transcurso de esas obras (ya sea en otros sectores de Herradura Alta o en el A de Tribuna).

El ya vetusto Heliodoro requería obras contempladas para su mejora estructural, algo que obligaba a la entidad blanquiazul a tomar medidas para minimizar en la medida de lo posible las molestias ocasionadas a los aficionados que las sufrieran. De ahí que se adoptara esta reubicación, de la que se continuará informando en cuanto el Cabildo Insular ofrezca más detalles sobre las fechas concretas del resto de fases.