La tradición hecha añicos. Lo que se había convertido en una ley no escrita lo ha dejado de ser este verano para el CB Canarias. Acostumbrado en estos últimos lustros a dar continuidad de una temporada a otra -como mejor argumento de estabilidad- a buena parte de su núcleo duro, el club isleño se ha visto abocado en el presente periodo estival a un machuca y limpia totalmente ajeno a su proceder. Y es que si no se tuviera en consideración a un Tomasz Gielo inédito en el ejercicio 18/19 (solo jugó 12 minutos) y fuera de combate desde la jornada dos por una grave lesión de rodilla, el Iberostar Tenerife 19/20 no conservará a ninguno de los 14 profesionales que vistieron de aurinegro el ejercicio que concluyó, de manera repentina, el pasado 26 de mayo con la derrota en Fuenlabrada. Lo nunca visto en el club aurinegro, menos aún teniendo en cuenta que la cúpula directiva y deportiva siguen siendo las mismas.

Varios han sido los condicionantes de este cambio radical en el seno del Iberostar; brusco giro de timón que choca principalmente por el número de bajas, pero también por la no continuidad de un sólido bloque de jugadores que acumulaban al menos tres años seguidos como canaristas. Son los casos de Richotti (acumulaba casi una década en el club), San Miguel, Beirán, Abromaitis, Niang y Bassas. Si bien la mayoría de ellos entraban en los planes de Txus Vidorreta, todos acabaron prefiriendo destinos con mejores ofertas deportivas, económicas, e incluso personales. Situación similar ha sido la de Colton Iverson, al que el conjunto lagunero dio por perdido casi de entrada sabedor de que al de Dakota del Sur le iban a llegar ofrecimientos inalcanzables para sus opciones. Solo Nico no tenía hueco en el esquema de la dirección deportiva canarista, que entendía que el escolta estaba para rendir, pero solo un partido a la semana.

Situación algo diferente fue la de Brussino, cuyo buen rendimiento final le abría las puertas a la continuidad. Sin embargo, el club buscó otra alternativa mejor en lo que a relación-precio se refiere, pero sobre todo no hizo efectiva su renovación para poder ocupar su ficha por un cupo, concretamente Santi Yusta. Tampoco fue renovado Janari Joesaar, que apenas pudo demostrar en los tres meses que estuvo en la Isla.

En el otro lado de la moneda, el resto. Gillet cumplió, pero no lo suficiente, con el gran añadido de que la recuperación de Gielo hubiera generado un overbooking de cuatros; mientras que el rendimiento de Saiz, Staiger y White fue tremendamente irregular, por lo que su no continuidad estaba cantada.

Una operación salida de magnitudes casi desconocidas en la Liga Endesa y aún más exorbitantes dentro del CB Canarias. Y es que desde su regreso a las competiciones de ámbito nacional, allá por el ejercicio 98/99, el club lagunero no había experimentado una variación tan brusca en su roster. Ni siquiera con el citado ascenso desde Autonómica, ya que del éxito logrado en Don Benito (Badajoz) siguieron ocho jugadores.

Lo más parecido a la presente revolución hay que buscarlo en 2009, cuando solo escaparon de la quema cuatro jugadores tras una discreta campaña, segunda de los laguneros en LEB Oro. Siguieron en el Ríos Tejera Jakim Donaldson, Jaime Heras, Airam Marrero e Iker Urreizti. Cambiaron de aires, respecto al equipo del ejercicio anterior, Antonio Bustamante, Álvaro Calvo, José Coego, Jason Detrick, David Padgett, Antonio Morón y Alberto Ruiz de Galarreta. Tras la citada limpia aquel Canarias fue cuarto de la liga regular y se quedó a solo dos pasos de lograr el ascenso.

El de Alicante, el mejor ejemplo al que puede agarrarse Vidorreta

Si bien para Aniano Cabrera estos dos últimos meses probablemente hayan sido los más ajetreados en años, la situación de cambiar a prácticamente todos los inquilinos de un vestuario de un verano a otro no es nueva para Txus Vidorreta. Y es que el técnico bilbaíno ya pasó por una situación casi idéntica hace prácticamente una década con el Alicante. Tras cogerlo en la novena jornada del ejercicio 10/11, el preparador bilbaíno logró enderezar una delicada situación y salvar por los pelos a los levantinos. Como le sucedió al Canarias en este caso, en el Lucentum hubo una revolución y solo pasaron el corte Álex Urtasun y Pedro Llompart. No siguieron jugadores como Heurtel, Doellman, Guardia, Rejón, De Miguel... hasta un total de 10.

Pese a ese giro de 180 grados el Alicante no se resintió y firmó un más que notable curso 11/12. Lejos de acusar la falta de química, los lucentinos arrancaron con un 5-1, reprís que les permitió meterse en la Copa como quintos (balance de 12-5, el mismo que el tercero). Y aunque en el torneo del KO fueron eliminados por el Barça, la tendencia positiva se alargó hasta la jornada 25 (quintos con 14-11) e incluso hasta el término de la fase regular, colándose octavos en play off.

Ejemplo al que agarrarse, como también el del Zaragoza de este pasado curso, donde solo siguieron Jonathan Barreiro y Tomás Bellas. Los rojillos fueron de menos a más para acabar entrando incluso en semifinales ligueras. Mejor no mirar, eso sí, al Real Betis de hace dos años, donde solo arrancó el curso una cara conocida: Alfonso Sánchez. Los sevillanos, pese a otro ramillete más de cambios a lo largo del curso, acabaron descendiendo a la LEB.