El del pasado domingo en Adeje no fue un partido de entrenamiento cualquiera para Aitor Sanz. Cerca de cumplir los 35 años de edad y con 200 encuentros disputados en Segunda División A, el mediocentro del Tenerife entró en el campo del Tenerife Top Training para enfrentarse al Águilas como si de un principiante se tratara. Después de dieciséis meses y medio sin jugar por una tendinitis aquílea, el madrileño no solo logró reencontrarse con una situación parecida a la competición, sino que completó 45 minutos con sensaciones muy positivas. Superado el reto más complicado, ahora se marca el desafío de recuperar su mejor nivel.

Aitor confesó que la experiencia en el primer ensayo de la pretemporada fue "muy especial", porque pudo "disfrutar" de lo que más le gusta después de casi un año y medio de baja. "Me encontré bastante bien y no tuve ninguna molestia", destacó antes de asegurar que se volvió a sentir futbolista.

Llegado a este punto, Sanz recordó que lo pasó "muy mal" durante la fase de recuperación de la lesión. "Ha sido muy difícil superar esto", añadió mostrándose agradecido por el "apoyo de todos", desde los aficionados que le animaban "por la calle", a su familia, sin olvidar a los servicios médicos del club. "Entre todos hemos salido adelante y ahora quiero ver si soy capaz de recuperar el nivel competitivo que tenía", afirmó estableciendo una nueva meta.

A pesar de ser un futbolista con un amplio recorrido en la profesión y de que el Tenerife tuvo enfrente a un rival de Preferente, Aitor reveló que se sintió nervioso antes de pisar el césped del T3. "Hacía mucho tiempo que no jugaba y notaba esa cosilla que tenemos los futbolistas cada vez que entramos a un campo. Nos pasa a todos, ya sea ante un rival de tres categorías menos o el Barcelona. Y el domingo lo sentí más de lo normal. Pero luego empezó a rodar el balón y se me olvidó todo, y esa fue la mejor noticia, porque no tuve ningún temor a meter la pierna", relató el mediocentro.

Aitor intervino en la segunda parte del amistoso ante el Águilas realizando la función de pivote de referencia en un trío de centrocampistas, con Borja Lasso y Javi Alonso un poco más adelantados. El segundo capitán de la plantilla extrajo conclusiones constructivas de un test en el que el Tenerife puso en práctica su nuevo modelo de juego. "Tenemos futbolistas con mucha calidad y muy buen pie", advirtió Sanz dando a entender que la idea de llevar el peso de los partidos teniendo la posesión del balón encaja con la materia prima que hay en plantilla. "Hemos estado entrenando las posesiones y hemos practicando este estilo de juego, entendiendo dónde nos tenemos que ubicar, y la gente lo está cogiendo todo con rapidez", señaló pensando en la puesta a punto con vistas a una Liga que, para el Tenerife, comenzará el 17 de agosto en La Romareda. Precisamente, al equipo le queda "lo más difícil", pulir los detalles que "marcan diferencias" y sirven para ganar. "Pero el grupo está asimilando bastante bien el modelo que quiere el míster. A ver si podemos llevar esta idea a la mejor expresión posible, porque eso nos va a dar puntos", finalizó.

Su último partido, en marzo de 2018

Aitor venía soportando molestias en el pie, pero no imaginó que el Tenerife-Oviedo disputado el 9 de marzo de 2018 fuera a marcar el inicio de un largo período sin competir. El 17 de abril se dio a conocer el diagnóstico definitivo: tendinitis aquílea. El 12 de julio inició la pretemporada con aparente normalidad, pero sufrió una recaída y vio pasar la siguiente temporada estando de baja.

Limpieza y células madre

La recuperación no avanzaba y el 29 de enero viajó a Vitoria para ser valorado por Mikel Sánchez, quien le aconsejó readaptar las cargas de trabajo para evitar una mayor inflamación del tendón. Este intento tampoco ofreció signos positivos, de manera que el especialista planificó para el 25 de febrero una limpieza del tendón y la implantación de células madre. El paso por el quirófano resultó definitivo.

El plan conservador, sin éxito

En octubre de 2018, Aitor empezó un tratamiento en la Unidad de Fisioterapia Avanzada de Vitoria, supervisado por el traumatólogo Mikel Sánchez. Pasó los tres meses siguientes en la capital alavesa hasta completar el plan de recuperación. El 13 de enero regresó a la Isla de manera definitiva para abrir otra fase en el Heliodoro y El Mundialito sin contar aún con el alta médica y mucho menos con la deportiva.

Volvió a jugar casi 500 días después

El pasado 11 de julio, Aitor comenzó la pretemporada con la garantía de sentirse verdaderamente recuperado de su lesión. No obstante, le faltaba confirmar esas sensaciones con su respuesta en los entrenamientos. Superó esas primeras pruebas y, al fin, intervino en el primer partido amistoso de este verano, el 21 de julio ante el Águilas. Volvió a jugar 499 días después.