Con tiempo suficiente para digerir la consecución del Campeonato Mundial Iska, Maikel García revela a El Día sus sensaciones tras abrocharse el cinturón planetario -en menos de 67 kilos- que le arrebató al italiano Hamza Imane por decisión unánime de los jueces. Ahora, sin un reto definido en el horizonte, pero con la probabilidad de que sea en el mes de noviembre, el fajador santacrucero será el rival a batir en la importante Federación Iska.

"La pelea fue muy complicada y en la que sabíamos que el rival no nos regalaría nada. Hicimos nuestro combate y ejecutamos lo que habíamos trabajado para sacarla bien. Creo que fuimos superiores y acabamos llevándonos el Mundial", asevera García sobre lo acontecido en la jaula octogonal del Quico Cabrera.

En un análisis pormenorizado del cara a cara, reconoce haber "entrado mejor" que el transalpino en un combate en el que dominó los primeros cuatro rounds, y, quizá, Imane "ganó el quinto".

Las consignas del mentor Moi Ruibal desde la esquina disiparon los pequeños inconvenientes que amenazaron con mermar al natural de Añaza. "Desde fuera se ve todo más claro. Mi consejo a todos mis compañeros es que hagan caso a la esquina. En un momento del duelo -final del segundo asalto-, Moi, que quiere lo mejor para mí, me dio buenas indicaciones para que subiera la guardia", apostilla.

En la esquina azul también estaba presente el sanmiguelero Jonay Risco, el cual es un "apoyo fundamental" para Maikel desde que se inició en el contacto, según revela el propio fajador. "Cuando las cosas no han ido bien en un entreno o en un combate, siempre ha estado ahí para levantarme", refrenda García sobre su compañero de equipo y referente en el kickboxing.

Con el triunfo internacional del pasado sábado, Maikel se quitó "la espinita" de la derrota ante Superbon Banchamek en el Mundial IPCC celebrado el 30 de marzo en el Recinto Ferial de Tenerife. "Me sentí impotente en aquella ocasión. ¿Qué mejor manera de quitarse esa sensación que con otro mundial de este calibre?", comenta.

Uno de los factores que marcó el desenlace favorable para el pupilo de Moi Ruibal fue el ambiente vivido en el Pabellón Quico Cabrera. "Inconscientemente, de entrada, tenía algo de presión por pelear en casa. Sin embargo, una vez en el cuadrilátero, la afición te lleva en volandas; cuando parece que uno no puede, ellos (por los acérrimos) y mi entrenador sacan todo lo mejor de mí. Es un placer pelear con el público tan entregado", refrenda el vencedor estelar del Enfusion Cage Event.

Al empuje de los entusiastas a los deportes de contacto, se le une el factor Quico Cabrera, un emplazamiento fetiche para Maikel García, que no se olvida del 20 de mayo de 2017, fecha en la que noqueó al chino Zhou Tao para adjudicarse el Mundial de la Strikers League en menos de 70 kilos. "Cada vez que veo ese pabellón (por el Central) me saltan muchos recuerdos, es espectacular. Siempre que hemos peleado ahí han sido noches grandes y, por suerte, siempre hemos salido con victoria", apunta.

El kickboxer, pese a no poder seguir los combates que tuvieron lugar como preludio al suyo, sí que estuvo presente en las peleas de Patri Rodríguez, "que fue un peleón aunque perdió"; así como los triunfos en thai de Moisés Baute y Nauzet Trujillo. El primero de ellos "protagonizó un espectáculo de pelea increíble" y, el segundo, "estuvo impresionante", comenta.

Después de su debut con victoria en jaula octogonal y pelear en menos de 67 kilos, Maikel García dice sentirse "cómodo y rápido" en un peso en el que quiere seguir compitiendo y dejando el nombre de Tenerife en la cima del k1 mundial.