Cristo Marrero se ha consolidado como hombre de club con un salto de apenas un mes desde el Juvenil A al primer equipo "para echar una mano". En una coyuntura de emergencia, con el Tenerife al borde del abismo, fue reclutado para formar parte del cuerpo técnico de Luis César Sampedro y no lo dudó un segundo. "Con las mismas ganas", asume ahora su retorno al puesto anterior.

¿Cómo vivió esas cuatro jornadas?

Pues fue increíble. Para empezar, contento por la oportunidad y porque salió todo bien. Nos vimos en una situación difícil, eso es cierto. Fueron solo cuatro semanas, pero muy intensas. Tengo que agradecer a Luis César (Sampedro), que trató fenomenal a todo el cuerpo técnico y nos mostró toda su confianza. Por la situación, me lo tomé con muchas ganas de ayudar al equipo.

¿Qué fue lo más difícil?

Teníamos que ganar. En la última jornada el Rayo sumaba tres puntos seguros contra el Reus y necesitábamos una o dos victorias para evitar el descenso. Estábamos presionados y eso lo notaban los jugadores.

Pues la derrota en Elche fue traumática.

Fue un palo muy duro, un fin de semana complicado. La semana había sido buena. El equipo había trabajado bien y no salió, sin embargo, como pensábamos. No salimos bien, quizás por todo lo que había pasado. Nos hizo daño que cada vez que nos íbamos encontrando mejor sobre el césped nos hacían un gol. Ellos nos llegaban poco, pero siempre con peligro.

¿Qué fue lo que cambió para ver un Tenerife tan distinto sobre el campo?

Que los jugadores dieron un paso al frente fue decisivo. Y eso que nos venía un partido complicado como el del Oviedo, que se jugaba el playoff. Defensivamente estuvimos muy bien, se trabajó mucho durante la semana. Luego, es verdad que gracias al empuje de la afición sacamos adelante el partido. Nos ayudaron mucho en el día que más falta nos hacía.

Hablaba usted de los jugadores. Parece que, sin menospreciar al cuerpo técnico, algo de autogestión hubo.

Lo que decía antes, un paso al frente. Fueron ellos los que lograron continuar un año más en Segunda. Desde mi posición, estoy orgulloso porque supieron poner intensidad en los entrenamientos, se dejaron ayudar por el míster y quisieron aportar desde su punto de vista.

Logrado el triunfo ante el Oviedo, quedaba refrendarlo en Lugo. Pero con un ojo en lo que hiciera el Rayo.

El míster no quería saber nada del otro partido, eso es verdad. Pero sin querer estábamos pendientes del otro resultado. La misma afición del Lugo nos iba diciendo lo que pasaba en el partido del Oviedo. Sobre el campo, nosotros queríamos ser sólidos, sumar y fuimos capaces de empatar dejando la portería a cero.

¿Qué fue lo que sintió cuando se logró la permanencia? ¿Alivio?

Después de la primera semana, de la derrota en Elche y siendo conscientes de lo que nos jugábamos, nos sentimos muy responsabilizados. Yo, desde luego, respiré bien, aliviado. Era importante lograr la permanencia. Por el club, por la gente, por todos. No queríamos pensar en lo otro (el descenso).

Encima, en un partido de tanta tensión por lo que había en juego, el aplazamiento.

Se nos hizo largo porque estábamos fuera de casa. Pero el Deportivo nos dejó las instalaciones y fueron cinco días preparando ese partido. Nos vino bien porque estuvimos juntos, concentrados casi una semana y te distraes menos del partido. Estás pendiente de lo que había en juego, que era mucho. Quizás llegamos hasta mejor.

¿Entonces no llegó a pensar en Segunda B?

Prometo que no. Desde que me lo plantearon me mostré firme en lo que hablé con Víctor (Moreno), diciéndoles en lo que les podía ayudar. Lo asumí con responsabilidad. Siempre pensé que con esta plantilla íbamos a sacar adelante el objetivo. Para ellos, sobre todo a sus capitanes, a gente como Suso y Aitor Sanz, solo tengo palabras de agradecimiento. Son grandes profesionales.

Y ahora le toca volver a su puesto anterior.

Lo hago agradecido al club porque estoy aquí para sumar. Agradecido por darme esta oportunidad de vivir esas semanas con el primer equipo, de seguir ahora una tercera temporada en el Juvenil. Me lo planteo como una posibilidad de seguir creciendo. La verdad es que estoy muy feliz.

¿De verdad que le motiva repetir en el Juvenil A?

Ahora mismo estoy en el Campus Suma encantado de la vida. Trabajar para el Tenerife ya es un regalo y quiero seguir aprovechándolo, formándome. Estoy hasta más motivado que cuando empecé con Quico de Diego, luego en el Juvenil B, el Juvenil A...

¿Para cuándo Cristo en el primer equipo sin provisionalidad?

En más de una ocasión pensé como jugador en que me dieran la oportunidad de llegar al Tenerife. Era un sueño, casi una obsesión. Como técnico me gustaría, pero no es un como aquello. Claro que quiero seguir creciendo, mejorando y, si tiene que llegar, llegará.