"Por creencia y por estar donde estamos, el Tenerife siempre ha sido un equipo vistoso que ha propuesto buen fútbol. Esa es la idea. La llegada de Aritz López Garai ya es un incentivo de ello. Quiero que seamos reconocibles tanto con balón como sin balón". Las palabras de Víctor Moreno, director deportivo del CD Tenerife, a la hora de referirse al nuevo técnico suponen un anticipo de lo que viene en el proyecto 19/20, "un cambio de ciclo y una nueva oportunidad".

El nuevo entrenador blanquiazul utiliza habitualmente un 4-3-3 que puede mutar, en función de las necesidades defensivas a un 4-1-4-1. Utiliza habitualmente un seis y dos interiores, con perfiles distintos: uno más creativo y otro más físico y llegador, aunque ambos activos en el inicio de la presión. En el caso del seis, su intención es que participe casi siempre en encontrar una salida limpia de balón y aportar en la consistencia defensiva del equipo.

En Soria, Escassi era el encargado de resguardar la espalda de Fran Villalba (el interior más creativo) y Diamanka. Son estos jugadores determinantes en el esquema para dar amplitud en la salida, aparecer a la espalda de la línea de presión y aprovechar los espacios que genera por dentro la línea de tres atacantes. El papel de los dos interiores lo adoptarían ahora Borja Lasso y Aitor Sanz (si Milla no continúa). No obstante, habrá fichajes en esta parcela.

La intención de López Garai es ganar la posesión, no como argumento sino como herramienta a utilizar. En el Numancia logró imponerse a 30 de sus 41 rivales. Todo un síntoma de sus intenciones. "Me gusta que mis equipos salten a ganar al campo, no a ver qué sucede; es como entiendo el fútbol y no me sentaría cómodo de otra manera", ha dicho el preparador vasco en alguna ocasión.

No obstante, la idea no es "entretener" el balón. Tanto en el Reus como en el Numancia, López Garai ordenaba constantes desmarques en ruptura y cambios de orientación, además de trabajar bien con sus extremos la ocupación de los pasillos interiores en momento de finalización de acciones para dar amplitud por los costados con la llegada de los laterales. Al de Baracaldo no le tembló el pulso para retrasar a Marc Mateu al lateral zurdo buscando un recurso ofensivo más con ello.

Sin balón, el ahora entrenador del Tenerife suele ordenar una presión alta que inician el nueve y uno de los interiores. En algunos casos, los extremos pueden asumir un rol de ayuda a los laterales si es necesario un repliegue intensivo. La intención es ser "un bloque solidario y compacto defensivamente". El acoso al poseedor del balón es inmediato en caso de pérdida. Es otra de las señas de identidad de su juego.

En el apartado de la estrategia, suele preferir los marcajes zonales. No obstante, en el Numancia acabó haciendo marcas individuales en los córner, en los que libera los palos; y con el formato "doble muralla" en las faltas laterales, acumulando hombres cerca del área pequeña para defender de frente esos balones aéreos.

Discípulo de Natxo González

Natxo González fue el entrenador de López Garai en el Reus Deportiú y siempre le consideró pieza clave en el funcionamiento del equipo. El ahora entrenador del Tondela portugués sabe que ahora es un alumno aventajado en los banquillos: "Te cala cuando ves que algunos de los jugadores que vas teniendo demuestran que creen en lo que les decías", comentó esta temporada en alusión a la idea de juego del Numancia.

'Profesor' de sus futbolistas

En el otro sentido, el ahora entrenador del Tenerife ya ha conseguido que muchos de sus jugadores alaben su forma de ver el fútbol. "A Aritz le gusta llevar la presión al campo rival, se enfoca más en una intención de ataque", le definió Ricardo Vaz en el Reus. Jugadores como Escassi han crecido con él: "Participas mucho para dar salida al balón entre los centrales o de la defensa", ha comentado en varias ocasiones. Gus Ledes, al que tuvo en ambos equipos, llegó a Soria "convencido de la idea de fútbol que tiene el míster".