Adán Silvera no pudo cerrar su corta -y tardía- pero intensa carrera deportiva profesional con otro éxito de suma resonancia. El tinerfeño sufrió un nocaut técnico en el décimo asalto del combate que le midió, en el Sport and Congress Center de Schwerin -Alemania-, al berlinés Tyron Zeuge por el título de la Unión Europea (EBU-EU) del peso supermedio. Una mano abajo en el décimo asalto terminó con la resistencia del púgil de Añaza, que ya había caído a la lona por hasta dos ocasiones con anterioridad.

El fajador santacrucero, que con este duelo puso fin a su trayectoria en el boxeo rentado, había reconocido en los días previos a la contienda que debía salir a buscar a su rival desde el arranque, con el objeto de que sucediesen cosas.

Empero, el comienzo no pudo ser peor para Silvera. La rapidez de Zeuge se dejó notar desde las primeras acometidas y una mano suya a la cabeza del insular propició la primera cuenta en el asalto inicial.

No fue la única, dado que el teutón volvió a mandar al suelo a Adán en los primeros compases del segundo. Parecía que todo estaba demasiado cuesta arriba, mas Silvera sacó el coraje para entrar a los duros intercambios que propuso Tyron. Sus golpes al hígado del canario se empezaban a hacer notar.

Asentado en el cuadrilátero, el tinerfeño se fue creciendo y haciendo retroceder por momentos a su adversario. En el séptimo asalto saltaron chispas y se acentuó el cansancio.

Arreciaron los golpes de Zeuge, que comenzaron a desmoronar -acorralado contra las cuerdas- a Silvera. En el décimo asalto, una nueva mano al hígado del tinerfeño acabó con su resistencia. El árbitro paró el choque.