El siempre esperado primer fichaje del Tenerife con vistas a una nueva Liga, la 19/20 en este caso, no tardó en aparecer. Álex Bermejo, un joven centrocampista ofensivo procedente del Espanyol, se convirtió hace dos días en el punto de partida de un mercado de verano que, para la entidad tinerfeña, tiene la novedad de la presencia en los despachos del director deportivo Víctor Moreno, cuyo sello quedó patente en la ventana de enero.

Nombres como los de Andrés San Martín, Suso o Raúl Cámara protagonizaron noticias idénticas en otros cursos, tomando como referencia las trece campañas y media que lleva Miguel Concepción como presidente del club.

Haciendo paradas en los meses de junio de cada uno de esos años, el refuerzo número uno más lejano fue el de Andrés San Martín. Con el argentino, avalado por su experiencia en River Plate -se desvinculó a mediados de esa temporada-, nació en 2006 el primer proyecto de unos recién llegados a las oficinas del Callejón del Combate Concepción y Alfonso Serrano, secretario técnico que repitió en el período estival siguiente dándole la bienvenida, antes que a nadie, al defensa Juanma Delgado, otra incorporación que no llegó a triunfar en el equipo blanquiazul.

Tras la marcha del dirigente vallisoletano, en 2008, Santiago Llorente le dio su toque a una plantilla que acabó ascendiendo a la máxima categoría. Y lo hizo contratando primero al portero Luis García. Luego le siguieron jugadores como Alejandro Alfaro, Kome, Richi, Juanlu Hens, Luna...

El plazo de altas y bajas posterior -de verano- no resultó tan fructífero, y arrancó con la apuesta por un lateral del Numancia, Carlos Bellvís. A las puertas de la Primera, el plantel se completó con Román Martínez, Aitor Núñez y Dinei.

Para tratar de ilusionar a los aficionados tras el decepcionante regreso a Segunda División (2010), Llorente se decantó por un viejo conocido, Antonio Hidalgo, que ya había sido fichado por el club diez años antes. El desenlace fue opuesto: del descenso de 2001 a la caída a Segunda B de 2011.

El plan de retorno cayó en manos de Pedro Cordero, cuya primera adquisición no llegó ni a ser presentada. Kike Tortosa fue anunciado como fichaje el 20 de junio de 2011, pero el club se echó atrás al día siguiente argumentando que el futbolista había sufrido un problema personal. Una baja extraña, sin una explicación clara.

Y de Cordero a Quique Medina, que sí consiguió conducir al Tenerife al ámbito profesional. Lo hizo con una clara demostración de intenciones recuperando a Suso tras su paso por el fútbol escocés. Luego siguió apuntalando el grupo que entrenó Álvaro Cervera.

El mismo director deportivo dio nuevamente en la tecla un año después. Empezó con Raúl Cámara -luego se sumaron Carlos Ruiz, Aitor Sanz...-, un futbolista que se despidió del Tenerife por la puerta grande el pasado domingo.

La etapa en Segunda División que todavía dura se abrió, a modo de incorporaciones y de nuevo con Alfonso Serrano como jefe, con la vuelta al representativo de Vitolo en 2014 y las adquisiciones, en los siguientes años, de Pedro Martín, Álex García -estos dos últimos destacaron en el Mirandés, pero no en el Tenerife-, Juan Villar e Iker Undabarrena. Ahora, Víctor Moreno pone la maquinaria en marcha con un Álex Bermejo que tendrá compañía, en torno a unas diez altas más.