Todo el mundo debería tener una segunda oportunidad y la de Víctor Moreno llega ahora, en verano, y con la posibilidad de confeccionar su propio proyecto desde cero. El director deportivo blanquiazul elegirá entrenador y completará, a su gusto, una plantilla que deberá aspirar al menos a ilusionar con el ascenso a una afición triste y hasta enfadada por el curso 18/19 que ha protagonizado su equipo.

Será una auténtica reválida para el elegido por Miguel Concepción el pasado mes de diciembre para sustituir a Alfonso Serrano, que llevaba en el cargo desde el verano de 2014 y cuyo desgaste acabó pasándole factura. Ni su demostrada capacidad para fichar en invierno evitó su pactada marcha.

Entonces, el presidente tomó el mando y escogió a Moreno. Su llegada, escenificada un 11 de diciembre, le colocaba en la difícil tesitura de realizar un diagnóstico y elegir un tratamiento antes del 1 de enero. Presionado por las fechas y las necesidades, el profesional conquense tuvo que cerrar el traspaso de Bryan Acosta para obtener la liquidez suficiente para meter a su plantilla en el quirófano. El primer pago de su traspaso y el ahorro de Aveldaño y Joao, que también salieron, le dio 1,3 millones de margen.

Incorporó a cinco futbolistas, pero ninguno de ellos completó una segunda vuelta de rendimiento óptimo. Fernando Coniglio jugó 614 minutos. Con el enorme problema de gol que tenía el Tenerife, este delantero argentino se marchó sin estrenar su cuenta realizadora. En la historia solo hay un nueve que jugara más que él y se fuera sin marcar. Fue en la temporada 85/86: José Manuel Haro (1606 minutos y cero goles).

Tampoco respondió a las expectativas Mauro dos Santos, lastrado por una lesión inicial y con un estado físico aparentemente deficitario luego, el central argentino se quedó en siete apariciones. El derbi fue la última. Ni fue el jefe de la defensa ni aportó la seguridad deseada y que su dilatada trayectoria hacía prever. Tiene dos años más de contrato.

A Isma López le costó entrar en el once, aunque jugó desde que estuvo disponible. Apareció más como interior en las segundas partes. Cuando actuó como lateral (ocho de sus nueve presencias como titular) dejó síntomas de debilidad defensiva y tampoco aportó una gran proyección ofensiva.

Racic y Borja Lasso empezaron lanzados. El serbio 15 partidos desde el inicio y el equipo tinerfeño solo ganó dos. Se fue diluyendo con el paso de las semanas hasta perder, ya en el epílogo, la condición de indiscutible. Mientras, al mediapunta andaluz pareció poderle la presión de una temporada difícil en el Tenerife. Cerró el curso en la grada y lesionado. Tiene contrato y se confía en él.