Héctor Hernández publicó ayer una carta de despedida en la que asegura que pone fin a la temporada que pasó en el Tenerife "con la cabeza bien alta".

El lateral recuerda que fichó a finales del pasado agosto para "afrontar un reto ilusionante", y destaca la acogida de sus compañeros. "Llegaba a un vestuario desconocido y en apenas unas semanas se volvió una familia", asegura antes de profundizar en este apartado. "Siempre es fácil decirlo, pero en este caso también ha sido fácil demostrarlo: si algún compañero tenía un problema, el resto lo escuchábamos; si había que alegrarse, todos aplaudíamos. Sin duda, es el mejor recuerdo que me llevo del equipo".

En el momento de "decir adiós", confiesa que recordará "con cariño" una temporada que finalizó con una semana que calificó como "extraña" por saber que "no iba a continuar" en el Tenerife y sentir "el calor de la gente" en la calle y en las gradas del Heliodoro. Por tal motivo, considera que la afición fue "la mejor noticia" del año. "No cumplimos las expectativas, pero nunca dejasteis de animar", agrega.

"Dije que si me tenía que ir, lo haría con la cabeza bien alta. Y así es. Pasé momentos difíciles y disfruté de otros mejores, pero la consigna era clara: entrenar y aprovechar cada oportunidad. Sin lamentos ni euforias desmedidas. Simplemente intentar rendir en un club que había apostado por mí", explica Héctor para cerrar dando las gracias a los "compañeros, empleados y aficionados".