Un éxito con muchas connotaciones. La derecha, en el segundo asalto, que propició el nocaut del británico Wade Sword en Güímar se ha desvelado como un absoluto bálsamo para Isaac Araya. Con ella se ajustó el cinturón del Campeonato de Europa WBC de muay thai, en el peso superpluma -58,967 kilos-.

"Es el título más importante y reconocido de mi carrera", señaló a El Día el adejero. "Subo unos peldaños, que me hacían falta para recuperar la motivación, después de caer con Jonathan Haggerty". En efecto, el también británico le dejó, en Gatwick -Londres, Inglaterra-, sin el Campeonato Internacional WBC en mayo del pasado 2018. "Aquel título suponía un peldaño por encima de este, pero estoy muy contento".

El mayor de los Araya se quitó un peso de encima en el Terrero Mariano Díaz de Tasagaya. "Tenía bastante presión, pero a la vez estaba tranquilo. Era una sensación muy extraña. Quizás, por todo lo que ha conllevado el sacrificio de organizar el combate. Tenía responsabilidad por toda la gente que me vino a apoyar y por el título que estaba en juego. Había perdido un par de cinturones importantes y eso ya te genera exceso de presión", expuso el fajador.

En el primer asalto, el sosiego ganó a la agitación en su proceder. "En el muay thai siempre se empieza tranquilo", a ver venir al adversario y a coger sensaciones. "De hecho, lo hice, pero en estos casos nunca me siento bien del todo y no voy fluyendo. Cuando voy metiendo más ritmo, es cuando me voy viendo más cómodo. En el primer asalto lo dejé pasar un poquito y no me encontraba muy cómodo. Wade Sword tenía muy buena distancia y fallé algunos golpes. En el cuerpo a cuerpo, me cogió dos veces y me tiró al suelo", rememora el deportista insular.

Sin llegar a pasar por momentos críticos -el asalto había estado igualado-, la incomodidad de Isaac en el primer receso era patente. "Estaba un poco desconcertado", indica. Carlos, su hermano, "me quiso tranquilizar de cara a meter ritmo en el tercer y cuarto asaltos". Empero, Isaac hizo caso a sus sensaciones. Necesitaba revoluciones. "Tengo la sangre caliente y salí encendido al segundo. Quería batalla".

No solo él, sino también la afición, que en momentos álgidos "lo vive como si estuviera en el ring conmigo". En el otro lado de la moneda, salir a por todas "también tiene sus peligros porque te pueden entrar golpes innecesarios".

Con las pulsaciones mucho más elevadas, Araya se empezó a "sentir más cómodo. Vi que mi rival bajaba la mano izquierda un poco. En el primer asalto ya le había intentado tirar una derecha un poco curva por encima de su guardia; y en el segundo, se la tiré sin mucha intención, pero a cogerlo". Y lo hizo, para que la cuenta de protección sobre Sword se agotara.

"Mi gran sueño es ser campeón del mundo"

La ambición corre por las venas de Isaac Araya. Una vez conquistado el Campeonato de Europa de la WBC, y después de haber cedido hace un año en el Internacional, el sureño ya apunta a un objetivo de marca mayor. "Mi gran sueño es ser campeón del mundo", reconoce. "Los mejores títulos son los que se dirimen en Tailandia, pero fuera de eso, el título planetario de la WBC es el más importante a nivel profesional". Su apuesta es clara por la citada federación, en cuyo ranking subirá tras obtener el cetro continental -era decimoséptimo en el pasado mes de mayo-. "Podría pelear otros títulos que me pueden salir, pero este es mi reto principal". El Europeo le podría abrir las puertas a disputar el Mundial próximamente: un cinturón que "ahora se encuentra vacante en mi peso". Araya ya está ideando una velada, en su tierra, para el último mes del año. "Seguramente, el cinturón mundial se hará antes de ello, pero si no es así, no descarto que pueda disputarlo yo aquí, en Tenerife, probablemente frente a un tailandés", manifiesta un Isaac con ganas de más.