Lágrimas en la despedida de Raúl

Carlos Ruiz conoció a Raúl Cámara en el verano de 2013, tras ser fichados por el Tenerife junto a otro blanquiazul esenciales desde entonces, Aitor Sanz. El domingo no pudo evitar llorar en la despedida del lateral, cuyo contrato termina este mes y no será renovado. "Llegué al Tenerife con Raúl y Aitor. Hemos vivido momentos inolvidables dentro y fuera del terreno de juego. Creamos una amistad que durará para siempre. La despedida de Cámara fue uno de los momentos más especiales que he vivido en mi carrera. Se marcha un amigo, y lo hizo como lo merecía, con el estadio en pie coreando su nombre. Fue inevitable soltar alguna lágrima".

Jorge, al Valencia sin tocar techo

La primera baja de Carlos Ruiz por acumulación de tarjetas en la Liga 14/15, coincidiendo con una visita del Sporting al Heliodoro, le abrió las puertas del primer equipo del Tenerife a Jorge Sáenz. El entrenador blanquiazul en aquel entonces, Álvaro Cervera, se decantó por el canterano para cubrir la vacante de Carlos, quien el pasado domingo, cuatro años y medio después, asistió emocionado a la despedida del tinerfeño. "Es un jugador con una proyección tremenda y no ha tocado techo. Tiene cabida en la máxima categoría y me siento orgulloso de él. Es un tío excelente. Es humilde y trabajador. Son valores que quizás no están en el ADN de todos los jugadores que vienen de abajo. Ojalá le vaya genial al Valencia".

Aprendizaje para la 2019/20

En tiempo de análisis, Carlos aconsejó "plantearse cosas" y tirar de "humildad y trabajo" para evitar que se repitan temporadas como la que finalizó el pasado domingo. "Tenemos que cambiar todos", advirtió el capitán blanquiazul. "No hay que establecer objetivos a largo plazo, sino estar centrados en el día a día, en cada semana. Eso será lo que nos puede llevar a tener éxitos. La experiencia de la Liga 18/19 nos va a servir para mejorar y para trabajar en el día a día. Esperamos que los nuevos compañeros se incorporen a esa dinámica del equipo y tengamos una temporada con más alegrías".

La llave de la permanencia

En su balance de la "durísima" temporada recién finalizada, Carlos situó la clave del desenlace de la permanencia en la capacidad de la plantilla para adaptarse a su nueva realidad después de iniciar la Liga con la intención de competir por subir a Primera. "Todos teníamos la esperanza de pelear entre los primeros puestos para ascender, pero la competición nos puso en la zona de abajo. La clave estuvo en el cambio de mentalidad. Es muy difícil cambiar el chip para luchar por la permanencia, pero lo hicimos a tiempo. Bajar habría sido un palo muy grande para todos".

Si Carlos Ruiz hubiera tenido que confesar antes del 3 de mayo de este año si se veía cerca de continuar en el Tenerife, sabiendo que su contrato iba a finalizar en junio, seguramente no se habría mostrado muy optimista. Hasta ese momento había desarrollado una temporada discreta, con continuidad en las alineaciones solo en el tramo inicial, hasta la quinta jornada, la del despido de Etxeberria. Con la llegada de Oltra, el defensa granadino avanzó con intermitencia, sin competir con la frecuencia de otros años. De hecho, llegó a enlazar siete jornadas sin participar ni un minuto.

Rompió esa racha el 10 marzo, sustituyendo a Jorge en el partido con el Numancia. No fue sino un paréntesis dentro de la espesa rutina en la que había entrado. Su papel secundario continuó con el paso de las semanas. Pero el destino le tenía reservada una tarde que iba a cambiarlo todo. El 4 de mayo se celebró en el Rodríguez López un Tenerife-Las Palmas en el que la situación del defensa no se modificó de inicio, pero sí con el partido avanzado. En el minuto 51, Oltra ordenó la salida del campo de Mauro dos Santos. El argentino dejó su puesto a Carlos Ruiz, que se convirtió en el héroe inesperado de un derbi que llevará su nombre. Marcó de cabeza el gol que neutralizó la ventaja de la UD Las Palmas y, poco después, se presentó en el área amarilla para sorprender con una genialidad y servirle una asistencia a Naranjo (2-1). Sin esa actuación, probablemente no habría comparecido ayer en la sala de prensa del Rodríguez López para responder preguntas sobre la ampliación de la duración de su contrato por una temporada más, hasta 2020 y sin cláusulas que le permitan prorrogarla por determinados objetivos. "Es un año más y a pelear", contó compartiendo su deseo de que "ojalá pueda ser alguno más". De momento, ya ha completado seis campañas en el Tenerife. Y cerca de cumplir los 36 años de edad, asegura que se encuentra en un momento óptimo. "Uno se gana seguir en un sitio a base de trabajo y de entrenar duro para estar preparado cuando hay que competir", afirmó satisfecho por haber aprovechado su oportunidad, la del derbi; y haberla apuntalado con el valioso gol en el partido ante el Real Oviedo y con tres partidos como titular.

Ruiz reveló que llegó a verse más fuera que dentro del Tenerife. "No jugué tanto como quise, pero sí estuve preparado en el momento adecuado; y ese partido ante Las Palmas pudo cambiar mucho mi futuro".

Aquel 4 de mayo no solo afianzó su vínculo con el club, sino también el reconocimiento del tinerfeñismo. Aún se siente abrumado por tantos mensajes de agradecimiento. "Ha sido increíble", aseguró. "Siempre noté un respeto especial, pero a raíz del derbi ha habido una avalancha de opiniones favorables", dijo esperando responder con "trabajo y esfuerzo". Para ello tiene una temporada más por delante.