En la jornada inaugural de la ACB, en un partido ya casi decidido, y en un contragolpe que parecía sin apenas trascendencia. Ahí acabó la temporada para Tomasz Gielo. El 30 de septiembre de 2018. Una rotura total del tendón rotuliano de la rodilla derecha, con afectación parcial del ligamento cruzado anterior y posterior, dejaba al polaco fuera de combate por toda la temporada. Contratiempo para Txus Vidorreta al perder a uno de sus fichajes y, sobre todo, palo anímico para el interior de Szczecin, que afrontaba el curso como el de su consagración en la Liga Endesa. Ahora, ocho meses después, Gielo afronta la recta final de su recuperación. Un proceso concienzudo, el del canarista, que cuenta los días para volverse a sentir baloncestista de verdad. Un regreso al que llegará, según su impresión, "como mejor profesional".

¿Cómo se encuentra Tomasz Gielo?

La verdad que he tenido un año duro, pero estoy muy feliz aquí. Sigo con mi recuperación y ya prácticamente puedo hacer de todo, correr, saltar? Solo me falta recuperar la confianza en los movimientos. Creo que la próxima temporada volveré a jugar con normalidad.

¿Se ha puesto un plazo determinado para estar de nuevo al cien por cien?

No, no tengo un día concreto en el que quiera volver. Si nuestro equipo siguiera ahora en playoff creo que podría haber empezado a entrenarme con el resto. Mi mentalidad es que cada día es un día menos para volver a jugar.

¿Pero es consciente de que la mayoría de los jugadores que han sufrido lesiones tan grandes como la suya, luego, cuando vuelven, necesitan unos meses para estar de nuevo en plenitud de condiciones?

Sí, sí, es normal. Sé que se necesita tiempo, como cuando vuelves a entrenarte en la pretemporada tras haber estado parado varias semanas. Después de un año sé que el tiempo será mayor, y tengo claro que necesitaré tener paciencia... y el club tenerla conmigo. Mi prioridad es trabajar cada día para recuperarme, esto no es una broma para mí y tengo claro que para volver al mismo nivel de antes debo hacerlo así. Mejorar a diario y estar feliz con lo que hago, porque así será más sencillo trabajar al día siguiente.

Desde fuera, y a tenor de algunas palabras suyas en redes sociales y en medios polacos, da la sensación de que mentalmente ha sido muy fuerte para afrontar este trance?

Mis amigos siempre me lo repiten, sí. Pero también he tenido problemas y me he sentido muy frustrado, aunque eso no se aprecie fuera. Por ejemplo, cuando en el gimnasio hago un nuevo ejercicio y no lo puedo ejecutar bien, ya me desilusiono un poco porque me acuerdo de que antes de la lesión sí lo podía hacer. Luego pienso que estas cosas están dentro del proceso de recuperación, y también que las lesiones forman parte del deporte. Yo tuve mala suerte con una situación que no podía controlar. Lo único que puedo controlar es el buscar las soluciones buenas para mejorar. Con esta lesión mi mentalidad cambió un poco y conozco muchas más cosas de mi cuerpo. Me he dado cuenta de que en la vida hay cosas que no puedes controlar ni cambiar. Y es positivo saberlo porque así tu mente solo se centra en lo que tú puedes variar.

Ahora, con perspectiva, ¿se ha parado a pensar cuál ha sido el peor momento en concreto de estos ocho meses?

Un momento exacto no, pero tuve dos o tres semanas muy duras, las de los primeros días en los que pude volver a correr. Pensaba que ahí todo se me abriría de nuevo, pero las dos primeras semanas fueron muy malas, por la técnica de la carrera, la artrofia en los músculos, la tensión en los ligamentos? Ahí sí estuve muy frustrado. Pero a la vez creo que esta lesión se ha convertido en una gran lección para mí y que me ayudará toda la vida; mi paciencia ha mejorado muchísimo, y creo que ahora soy más profesional que hace un año.

¿Ha dolido más la lesión o el no poder ayudar?

¡Pffff?! Ha habido días duros en los que no siempre las cosas mejoraban y además pensabas en que si estuvieras bien podrías ayudar al equipo? Con las lesiones de otros compañeros tuvimos un momento malo en la segunda parte de la temporada; esa fue una de las grandes razones de no estar en el playoff, y en el playoff todo hubiera sido posible, como demostró el Zaragoza contra el Baskonia.

¿Y desde fuera, qué cree que le faltó al equipo para acabar metido en esas ocho primera plazas?

Un poco más de consistencia y ser capaces de estar más tiempo al máximo nivel; ese muy el gran problema. Desde la pretemporada siempre tuvimos el convencimiento de que este equipo le podía ganar a cualquiera; de hecho tuvimos esos momentos y hasta febrero lo hicimos muy bien. Pero también hubo momentos malos, perdiendo contra rivales ante los que no puedes perder si quieres jugar playoff. A eso se añadió la mala suerte de las lesiones o algunos viajes en Europa extremadamente largos que nos afectaron en la liga. De cara al futuro confío en Txus; tiene muchísimo conocimiento como entrenador, y aunque no sabemos qué jugadores tendremos, seguro que acabaremos con una buena plantilla para seguir mejorando.

Un compañero que usted conoce bien, Sebas Saiz, ¿fue quizá el que más sufrió y ejemplificó esa inconsistencia del equipo?

Seguro que este año ha sido frustrante para él, pero nunca ha dejado de ser ambicioso. Creo que tanto a él como a mí todavía nos quedan tres o cuatro temporadas para alcanzar nuestros mejores años como jugador, por lo que a veces no es primordial tener que disputar 25 minutos cada partido, sino mejorar a diario. Y creo que Sebas ha hecho eso pese a no jugar lo que él hubiera deseado. Me gustaría que se quedara, pero será su decisión y la de su club. Seguro que tendrá muy buenos años, tanto en su club, como en la selección nacional. Es un tipo de jugador algo inusual, no muy alto, pero que puede rebotear un montón e incluso lanzar desde fuera.

Parece que este verano puede haber más cambios de los habituales en el CB Canarias. ¿Le gustaría volver a tener como compañero en el puesto de cuatro a Tim Abromaitis?

Sí, seguro. Tim es un gran jugador en la cancha y una buena persona fuera de ella. Me ayudó desde el primer día. Lleva cuatro años aquí y se ha ganado una gran reputación en el club y en la Liga. Me gustaría que se quedara, y aunque seguro que le llegarán ofertas, no tengo claro que siendo mejores económicamente se vaya a marchar. A él le gusta esto y si ha estado cuatro años en la Isla será por algo.

¿Y entendería que, en previsión de que usted no llegue en plenas condiciones al inicio de la competición, el club tenga en su plantilla a otros dos ala pívots?

Esa decisión es del club, yo no lo puedo controlar. Todavía no sabemos cuándo estaré al cien por cien, pero ¿por qué no hacerlo para el inicio de la liga? Normalmente una lesión como la mía se produce en jugadores más viejos, pero lo mío fue mala suerte, no fue porque mi rodilla no controlara el impacto tras un salto, fue una situación rara [Campazzo le cayó encima en un contragolpe]. Quizá tarde en estar al cien por cien en lo físico, pero este año me ha servido para conocer bien el estilo de juego de Txus y del resto de compañeros. Cuando vuelva a jugar lo haré sin dudas y con toda la confianza del mundo. Veremos lo que sucede en pretemporada?

En relación también a su posición en el campo y sus cualidades, ¿se ve en un futuro a medio plazo jugando de tres?

Es verdad que fue algo que probé en la universidad, y también al inicio del año pasado con el Joventut con Diego Ocampo, sobre todo para usar mi cuerpo y mis manos en la defensa. Y es cierto que puedo lanzar triples, o que en mis primeros años como jugador, por la altura, me ponían como pívot, aunque después de cada rebote salía botando de lado a lado; y si ahora el entrenador me pide que juegue de base, pues lo haría con tal de ayudar al equipo. En el baloncesto de ahora mismo las posiciones no están determinadas. Me da igual en qué puesto, yo lo que quiero es jugar de nuevo y volver a disfrutar con el baloncesto. Después de este año vuelvo a tener hambre por el baloncesto. Quizá en mis dos últimas temporadas todo esto lo entendía como una labor profesional en la que debía hacer cosas para mejorar. Pero ahora vuelvo a sentir amor por el baloncesto, y ver que en los entrenamientos y en los partidos los demás pueden jugar y yo no, me mata?

Se le nota con muchas ganas...

Sí. Cuando vuelva a jugar quiero dar todo lo posible porque siento que tengo una deuda con el club y con los aficionados. Ellos siempre tienen buenas palabras para ti, aún después de las derrotas, y nosotros, como jugadores profesionales, no siempre lo entendemos. Somos personas normales pero para ellos somos unas estrellas, y para mí es un orgullo jugar para esas otras personas que pagan las entradas y los abonos solo por verte jugar.

Una nutricionista

"Al segundo día tras mi operación, y aún en el hospital, hablé con Xisco Sanz [preparador físico del club] para buscar a una persona que me ayudara en mi dieta para volver a un buen nivel", reconoce Gielo, que dio con la nutricionista Verónica Dorta como pilar clave en estos meses. "Gracias a ello ahora tengo mucho más conocimiento de lo que puedo comer y de lo que no necesito comer, más ahora, que con tanto trabajo como mucho", explica el jugador.

Yoga y meditación

Al margen del plano físico, en estos meses Gielo ha trabajado otros aspectos, como el mental, donde la meditación y el yoga le han ayudado. El segundo lo probó ya en su etapa universitaria "aunque con la lesión" no puede llevar a cabo "todas las posturas". "De la meditación, a veces se me olvido, pero cuando la hago me noto mucho más calmado y tengo más paciencia, sin frustraciones con lo que no puedo controlar", comenta igualmente.

El idioma y sus aficiones

Disponer de un gran tiempo libre le ha permitido a Gielo mejorar notablemente su castellano en la Isla. "En Badalona pude hablar en español, pero había muchos que hablaban en catalán; aquí es un poco más fácil aprender nuevas palabras", recuerda, sin olvidar que estos meses le han permitido no solo ver "muchos partidos de varias competiciones, sino profundizar en el "business internacional y aprender cómo puedo proteger mi dinero en el futuro y en qué puedo invertir".

Su trabajo diario

Ya casi a pleno rendimiento, Gielo alterna la pista con el gimnasio del Santiago Martín en sesiones de varias horas y hasta dobles según la ocasión. "Cada día cambiamos la rutina con tal de que nunca esté cómodo, porque si lo estás dejas de mejorar", comenta Tomasz, "muy agradecido" por la ayuda que recibe del personal del club, a la vez que admite "haber aprendido" a cómo gastar su físico. "El trabajar bien día a día es mejor que hacerlo al máximo y luego verte obligado a descansar", reconoce.

La Copa del Mundo de China, ¿un reto al alcance?

Pese a que todavía no tienen ni el alta ni una fecha definida para ella, e incluso tendría que lidiar con el hándicap de una prolongada inactividad, Tomasz Gielo no renuncia a lucir la elástica de Polonia en la Copa del Mundo de China que arrancará el próximo 29 de agosto. Sus ganas de volver a jugar, el hecho de que sea "la primera vez que Polonia esté en un Mundial en los últimos 50 años", y que su selección nacional ande bastante escasa en lo que a cuatros se refiere, empujan al canarista a intentar esprintar para la cita asiática. "Por un lado es muy fácil para mí, querría jugarlo, pero también debo pensar en lo que viene por delante. Solo tengo 26 años y mi prioridad es mi carrera como deportista profesional; me gustaría jugar hasta los 36 o 38, incluso hasta los 40, y por eso sé que lo más importante ahora es centrarme en mi recuperación", argumenta Tomasz.

A su apreciación particular, Gielo deberá unir varias opiniones más. Por un lado la de su seleccionador, Mike Taylor. "Tendré que hablar con él y ver si puedo probar porque pienso que tenemos una oportunidad para hacer algo grande y, por qué no, meternos en las siguientes rondas", explica en primer lugar. Pero a la vez el ala pívot admite que en el Canarias haya ciertas reticencias a ello. "Es normal que el club no quiera que lo juegue; necesita proteger sus intereses, y yo lo entiendo. Seguro que se podrá hablar para no tener ningún problema con ello, porque tengo al menos un año más de contrato aquí y en estos meses el club me ha ayudado mucho. Seguro que podemos buscar una solución en la que salgamos ganando los dos", añade.