"Llegué sin hacer ruido y me gustaría irme así". Raúl Cámara, 174 partidos con la camiseta blanquiazul a sus espaldas, no se esperaba un homenaje como el que recibió sobre el césped del Heliodoro Rodríguez López. Afectado como estaba el pasado viernes al recibir una noticia tan esperada como dolorosa, la de que no iba a ser renovado por Víctor Moreno, vivió ayer el día de su adiós. Saltó al césped con el brazalete de capitán dispuesto a dejarse la piel, como había hecho 173 veces antes.

"He sido muy feliz aquí, le agradezco a mi mujer, a mi familia y a Carlos Ruiz y Aitor Sanz, que son mi familia también. De estos seis años me llevo el respeto de la Isla y dos niñas preciosas. Ha sido un placer estar aquí", señaló en su despedida. Agradeció a Quique Medina, "que fue quien me trajo", y a Miguel Concepción "por la confianza que ha depositado en mí" durante seis temporadas.

En cuanto al homenaje recibido, Cámara se mostró agradecido por la respuesta de la afición. "Siempre he sido un chico discreto, no hago ruido. Solo me he dedicado a competir, luchar y dar el máximo por este escudo. He hecho mi trabajo, nada más, y recibir todo este cariño ha sido muy especial", comentó no sin colocar al Tenerife incluso por delante del Sporting de Gijón en su carrera. "Ha sido el club que más me ha marcado. Agradezco al Sporting también porque me dio la oportunidad de ser profesional, pero en Tenerife es donde más he disfrutado. Ha sido lo más grande de mi carrera y jamás lo olvidaré", explicó llegando a bromear sobre una futura visita: "No sé si seguiré jugando en Segunda, pero volver al Heliodoro sería raro. Creo que me expulsaría antes de volver como visitante".

El lateral madrileño se va "con una espinita clavada" en su trayectoria. "Lo de Getafe es una herida que nos llevaremos todos de aquí, una cicatriz. Estuvimos a un gol de lograr el ascenso, creo que nos lo merecíamos", dijo antes de mostrarse comprensivo con la decisión del club. Eso sí, discrepando porque "todavía podía aportar cosas".