Mantener el mismo esqueleto sobre el que construir el siguiente proyecto. A esta tan básica y a la vez efectiva premisa se ha venido agarrando el CB Canarias para ir creciendo, paso a paso, dentro de la élite del basket nacional. Una fórmula casi con copyright labrada en un buen hacer diario y en un mejor tino a la hora de dar con las piezas de recambio adecuadas. Una marcada hoja de ruta que, sin embargo, tiene visos de verse enormemente alterada durante este próximo parón estival. Sobresalto que a quien primero puede afectar es a la posición de base, ya que tanto Rodrigo San Miguel como Ferran Bassas -sobre todo el primero- tienen (por deseo propio) casi los dos pies fuera del Iberostar Tenerife 19/20.

Un cambio de cromos -por partida doble- en la dirección del juego, que no se producía en la nave canarista desde hace un buen tiempo, en concreto desde la campaña 12/13. Incluso en aquella ocasión fue la dirección deportiva del club (Aniano Cabrera y Alejandro Martínez) la que decidió no dar continuidad ni a Albert Sabat ni a Adrián Fuentes (los bases del ascenso) para dar cabida en el roster de su regreso a la ACB a Ricardo Úriz y a Carles Biviá, dos jugadores con más piernas y físico que sus antecesores. Ahora, y contra su propia voluntad, el Canarias se topa con una situación casi inédita (solo ocurrió igual en el ejercicio 03/04 y en el 04/05) desde su vuelta a las categorías nacionales, allá por el curso 02/03.

Con San Miguel decidido a convertir en realidad su deseo de competir en casa (Zaragoza) en sus últimas temporadas de profesional (tiene ahora 34 años), y con Bassas tentado (y casi convencido) para cambiar de Isla -el Gran Canaria ve en él un sustituto perfecto de Albert Oliver-, Aniano Cabrera y Txus Vidorreta tendrán que sacarse de la chistera una nueva pareja con la que el estilo de juego promulgado por el técnico vizcaíno no se resienta. Una sustitución forzosa no exenta de agravantes; el más evidente y tangible, la condición de cupo de los dos que se marcharán.

Sin Rodrigo, Vidorreta perderá además a su mayor y más sólido especialista defensivo de los últimos años. Un jugador al que el propio entrenador vasco había reconvertido al puesto de dos en su propio lado de la pista. Y con la más que probable marcha de Bassas el Canarias también se quedaría sin un jugador que aterrizó en la Liga Endesa generando alguna que otra duda por su inexperiencia pero que poco a poco ha ido mostrando su valía en medio de una constante trayectoria ascendente de la que todavía se desconoce techo. Un giro de timón, forzado y de 180 grados, de cuya brusquedad va a depender buena parte de la estabilidad que requerirá el Iberostar Tenerife 19/20.