El llamamiento que hizo el CD Tenerife para sentirse acompañado en Lugo, en un partido que podía resultar determinante para lograr la permanencia y que tiene la condición de duelo directo por este objetivo, fue respondido por centenares de seguidores blanquiazules. Desde distintos puntos de la Península iban a desplazarse a Galicia decenas de aficionados aprovechando el fin de semana. Muchos de ellos, coordinados por la Peña Ibérica. Desde la Isla, más de centenar y medio.

La agencia Creamos Tu Viaje, que planificó un desplazamiento que debía partir hoy hacia Santiago en vuelo directo y que tenía organizado el regreso para mañana a primera hora, se encontró ayer con un aluvión de llamadas. La preocupación caló entre los que habían reservado su plaza para acompañar al conjunto blanquiazul en el Anxo Carro desde que se enteraron del aplazamiento del partido al martes. La gran mayoría se veía imposibilitado de quedarse hasta el martes en tierras gallegas o cambiar las fechas para viajar ese mismo día por cuestiones laborales.

De esta forma, se produjeron anulaciones (muchas) y cambios (los que menos), no sin las dificultades propias de una gestión de emergencia de este tipo. El precio (190 euros) había atraído a muchos aficionados que no querían dejar solos a los jugadores de Luis César Sampedro en el recinto lucense, donde se había colgado el cartel de no hay billetes desde hace algunos días. Aunque la victoria contra el Oviedo rebajó la preocupación entre la hinchada, siguieron durante la semana llegando interesados en el viaje. Otros buscaron billetes, desplazamientos y hasta entradas por su cuenta. El Tenerife había puesto 400 a disposición de sus seguidores de forma gratuita, sufragando el coste de las mismas para fomentar ese efecto llamada que pretendía.

Los más madrugadores se encontraban ya en Lugo ayer por la mañana. Es el caso de un pequeño grupo de siete aficionados, componentes de la murga Desbocados, que se vieron en la tesitura de decidir si continuaban en la Península hasta el martes o se volvía a la Isla sin ver el encuentro. Al menos dos de ellos, por motivos laborales, tendrán que perdérselo.

Otros dos grupos organizados (una treintena) se encontraba de excursión, entre Santiago de Compostela y La Coruña, cuando se enteraron del aplazamiento del choque. Situados en un sábado, muchos ni siquiera tuvieron margen de maniobra para variar su plan de viaje. Todo un problema para aquellos que invirtieron un dinero para ver el Lugo-Tenerife a muchos kilómetros de casa y se encontraron con una suspensión entendible, pero que no pensó en ellos.