Héctor Hernández Ortega (Valladolid, 23/5/91) volvió a jugar el pasado domingo. Lo hizo en el partido Tenerife-Real Oviedo después de nueve jornadas sin participar ni un minuto en la competición y, en muchos casos, sin tan siquiera entrar en las convocatorias. Su caso es uno de los más llamativos dentro de la plantilla blanquiazul en la presente temporada. Tras una primera vuelta casi en blanco, supo aprovechar su oportunidad en el momento más delicado, cuando su nombre sonaba entre los posibles descartes del club en el mercado de invierno. A partir del 20 de enero, día del 2-0 al Nástic, el lateral izquierdo enlazó nueve jornadas siendo titular y ofreciendo un rendimiento notable. Parecía que ya se había consolidado en el once, pero desapareció de las alineaciones y también de casi todas las listas de citados. El cambio de entrenador, de Oltra a Sampedro, le ha devuelto el protagonismo; de momento, con un encuentro disputado. Héctor considera que no es el momento de hablar abiertamente sobre su inesperado paso del campo a la grada, pero advierte de que si no continúa en el Tenerife -firmó el pasado verano hasta el 30 de junio- se marchará "con la conciencia muy tranquila y con la cabeza alta".

¿Cómo se sintió el domingo en su regreso a la competición?

La verdad es que tenía muchas ganas de volver al once y, sobre todo, ayudar al equipo. Me quedo con la victoria y con el apoyo de la afición. Creo que eso es más importante que la parte individual.

¿Se quedó conforme con su aportación? ¿Notó la falta de ritmo?

Llevaba casi tres meses sin hacer lo que más me gusta, que es jugar al fútbol, y no me resultó fácil. Pero las ganas que tenía de volver y el apoyo de los compañeros y de la afición, hicieron que todo me resultara más sencillo.

¿La sensación que percibe en la plantilla es de alivio después del 2-1 al Real Oviedo?

Antes de la llegada del nuevo entrenador ya sabíamos que íbamos a tener que ganarle al Oviedo sí o sí. Y así pasó. Fue una victoria que necesitábamos. Pero ahora no vamos a dejarnos ir. Este triunfo nos está ayudando e iremos a Lugo a por los tres puntos para cerrar la permanencia. Tanto nosotros como la afición, que es la que más lo sufre, tenemos ganas de conseguir ya ese objetivo.

¿Cómo fue verdaderamente la semana anterior, después de perder en el campo del Elche?

Esa derrota quedó olvidada enseguida, desde el entrenamiento posterior. Dejamos a un lado ese resultado y nos centramos en ese partido tan importante contra el Oviedo. Teníamos que ganar sí o sí, y más aún tras el pinchazo del Rayo Majadahonda. Lo logramos y todos contentos.

¿Cómo lo vivieron por dentro?

Al final, los que salimos al campo somos nosotros y no el que anima o el que critica; somos nosotros. A partir de ahí, si la afición nos quiere ayudar, vamos juntos de la mano... Así es mejor. Se notó en el ambiente del domingo pasado. Antes de salir al campo ya íbamos ganando 1-0. Me quedo con la victoria, que fue lo más importante, y con tener un poquito más cerca la permanencia.

Por fin pueden resolver la continuidad en la categoría, incluso perdiendo.

Lo principal es que dependemos de nosotros y que con una victoria estaremos matemáticamente salvados, pero hasta perdiendo podría ser. De todos modos, nos centraremos solo en lo nuestro y no pensaremos en otros resultados. Queremos hacer un buen partido en Lugo y ganar, y si no se puede, sumar un punto, que también nos ayudaría. Vamos con esa mentalidad. Sabemos que será duro, porque el Lugo también se estará jugando la salvación.

¿Qué ha cambiado con Luis César Sampedro? ¿Hay diferencias?

Un nuevo entrenador siempre llega con sus ideas, sus dibujos, sus esquemas, las cosas que quiere aportar... El equipo tenía antes una idea y ahora vamos con otra. En Elche perdimos claramente, pero ante el Oviedo competimos bien, no sufrimos en defensa, encajamos el gol de penalti... En resumen, el equipo hizo un partido muy serio y disputado. Para eso creo que trajeron a este entrenador.

¿Cómo definiría la idea del nuevo técnico? ¿En qué incide?

Este entrenador trata de simplificar los procedimientos. Por ejemplo, no corremos riesgos atrás. La realidad es que estamos en una situación en la que no podemos correr ni el menor riesgo. Estamos todos juntitos y formamos un grupo compacto y unido, tenemos una defensa cerradita y junta... Lo definiría diciendo que somos un equipo: todos vamos hacia delante y hacia atrás, estamos cerraditos... Más o menos, esa es la idea que tiene el nuevo entrenador.

¿Imaginó un final como este cuando firmó con el Tenerife?

Ni esperaba un final así ni la situación que he vivido yo. Han sido muchas cosas: una temporada difícil para mí y para todos los compañeros, pero sobre todo para la afición. Al final, ha pasado así, quedan dos jornadas y solo nos resta acabar la temporada con la permanencia asegurada para preparar un proyecto ambicioso y que enganche e ilusione a la afición.

Le pregunto por eso que le ha tocado vivir. Sorprendió su salida del once tras la visita al Alcorcón.

Reconozco que no soy de leer la prensa, pero tengo amigos y conocidos que me han enviado mensajes diciendo que la gente está conmigo. Eso me llena de orgullo. Es mi afición, nuestra afición, y el hecho de que me apoye, me da muchas más ganas, si cabe, de luchar por el puesto. ¿Qué puedo decir? Son decisiones de un entrenador. No puedo hacer más. He entrenado a tope deseando tener un hueco en el equipo para poder hacerlo bien y seguir jugando.

Dejó de jugar y más tarde sufrió una lesión de rodilla. ¿Tuvo que ver ese inconveniente?

No tuvo nada que ver. Acabé bien ese partido en Alcorcón. Me quitaron y a las tres semanas tuve un problema en la rodilla que me obligó a parar dos o tres semanas antes de volver a estar disponible. Pero el entrenador no confió en mí, había otros compañeros que lo estaban haciendo bien y me centré en seguir trabajando duro.

Supongo que le pidió explicaciones a Oltra. ¿Le convenció?

Fueron decisiones suyas. Poco más puedo decir. Solo podía seguir trabajando, como he hecho desde mi primer día en este club, para intentar ganarme una oportunidad y demostrar que estaban equivocados al no alinearme.

¿Su teoría coincide con la que le expuso el entrenador?

Creo que este no es el momento de dar esas explicaciones. Lo más importante ahora es centrarnos en el Tenerife y en que estamos cerca de conseguir la ansiada permanencia, porque ha sido un año difícil para todos. El mío es un caso más. No hay que darle más importancia con el partido tan trascendente que tenemos en Lugo.

¿Le había pasado antes algo así?

No. Esta situación no la había vivido nunca. Pero esto es fútbol y pueden pasar estas cosas. También digo que esta situación me hace más fuerte y me lleva a valorarlo todo más y aprender de ello.

Por todo lo que ha comentado, interpreto que acaba la temporada la conciencia tranquila.

Para mí es una satisfacción saber que la afición está conmigo. Su apoyo me da más ganas de seguir entrenando, luchando por el puesto y dejármelo todo cada vez que tengo una oportunidad. No sé qué pasará, pero sí puedo decir que si me tengo que marchar, me iré con la conciencia muy tranquila y con la cabeza muy alta.

Acaba contrato el 30 de junio. ¿El club se ha dirigido a usted para proponerle la renovación o informarle de que no seguirá? ¿En qué equipo se ve el próximo curso?

Son cosas que lleva mi representante. Me mantengo al margen. Para nada estoy pensando en si sigo o no o en qué haré la próxima temporada. Estoy centrado en el partido en Lugo y en todo lo que nos jugaremos. Bajar a Segunda B sería muy duro para todos, sobre todo para el jugador. Quedan dos partidos y cuando termine la temporada, mi representante empezará a hablar y a negociar. Es algo que no me preocupa ahora mismo.

¿Repetiría en el Tenerife?

Nunca hay que cerrar puertas a nada. Este vestuario me acogió con los brazos abiertos, con todos tengo un trato exquisito y los compañeros me ayudaron y me apoyaron un montón por la situación que he vivido. Por poner un ejemplo, el domingo, Raúl Cámara salió al campo a abrazarme y me dijo que me lo merecía. Son gestos que hacen que me sienta querido. Ya veremos qué pasa.

Hablando de veteranos, ¿qué conclusión saca del papel que han tenido compañeros como Carlos o Suso en los últimos partidos?

Carlos Ruiz es un profesional de los pies a la cabeza. Se merece más que ninguno haber marcado en el derbi y ante el Oviedo. Estando dentro del campo o en la grada, es el que más anima. Para eso también es un capitán y uno de los que más tiempo llevan aquí. Puede ser el que más lo viva y uno a los que más le importa todo esto. Me alegro por todo lo bueno que le pase a mis compañeros, pero especialmente en el caso de Carlos Ruiz. Es una grandísima persona y, sobre todo, un muy buen profesional. Y en el caso de Suso, el domingo dio una muestra más de que el capitán está a muerte con el equipo. Se hizo mucho daño en un lance del partido con el Oviedo. En ese momento no se percataron de que tenía el hueso fracturado. Le deseo una pronta recuperación y tengo claro que vamos a sacar al equipo de esta situación complicada por él y por todos.